lunes, febrero 04, 2008

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL UN PUNTO DE VISTA PARA DISCUTIR

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Responsabilidad social, ¿responsabilidad de quién?

 
Comprar un producto con determinadas condiciones laborales, velar por los derechos de los trabajadores, legislar y dar ejemplo... Jordi Pons, director de Setem Cataluña, habla de la responsabilidad de ciudadanía, empresas y gobiernos.
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Foto: www.setem.cat Jordi Pons / Setem * (04/02/2008)
Todos sabemos que nuestra acción, individual o compartida, tiene eco en nuestros semejantes y en la dinámica que guía la colectividad humana de la que formamos parte. No somos islas ni podríamos vivir como tales. Pese a esto, cuesta que nuestra acción sea consecuente y nos hace falta recordar que somos responsables de los impactos sociales, económicos, culturales y medioambientales de nuestras acciones.

Somos responsables a título individual, como consumidores: el acto de comprar un producto o un servicio tiene repercusiones en el modelo de economía, de territorio, de cultura, de país y de mundo, en nuestro entorno próximo y en el más lejano. Detrás de cada producto hay unas determinadas condiciones laborales de producción, un impacto medioambiental concreto, unas relaciones comerciales particulares... y las opciones que ofrecen el comercio justo, el ahorro ético, el turismo responsable y los alimentos de agricultura ecológica y de proximidad están impregnadas de un compromiso social y solidario.

Entrevista online
El viernes día 8 a las 12 horas, Jordi Pons hablará sobre responsabilidad social en todos los niveles -ciudadana, de empresas y de administraciones- en una entrevista online con los usuarios y usuarias de Canal Solidario.

¡Ya puedes hacer tu pregunta!
Identificamos también responsabilidades a nivel empresarial si somos propietarios, directivos o pequeños accionistas. El sector privado tiene una destacada y obvia responsabilidad en las condiciones de vida y de trabajo de la mano de obra, tanto de la localizada cerca de su sede como de la que se ubica a miles de kilómetros y en contextos geográficos diferentes. También es responsable de las condiciones que sufren los trabajadores de las empresas que subcontrata, condiciones directamente vinculadas a los precios, volúmenes y plazos de entrega que impone en sus pedidos.

Las empresas, por otro lado, no pueden vender un producto convenciéndonos de sus calidades si, de hecho, contienen defectos en su génesis, en el proceso de intercambio comercial o tras ser consumido. Es una exigencia ética que un producto que quiere ser bueno sea bueno para todo el mundo, para quien lo produce, para quien lo consume, para la colectividad y para el medio ambiente.

Las empresas "no se pueden jactar de tener una política de Responsabilidad Social y a la vez presionar a los gobiernos para la desregulación económica y la rebaja de los estándares"
También hace falta exigir coherencia y honestidad a las empresas en lo siguiente: no se pueden jactar de tener una política de Responsabilidad Social y a la vez presionar a los gobiernos para la desregulación económica y la rebaja de los estándares, o bien hacer lobby contra la adopción de leyes que buscan evitar abusos económicos y sociales y daños a la salud y al medio ambiente.

Aquellas empresas que se presentan como socialmente responsables, con anuncios 'verdes' o 'humanitarios' y con departamentos de RSE y memorias carísimas de papel 'couché' el día de la asamblea de accionistas, pero que establecen agentes cerca de las fuentes del poder y de la legislación (estatal, europea, o mundial) para impedir o frenar la aparición de normativas garantistas, su discurso de responsabilidad social está teñido de una gran hipocresía. Y hemos señalado el freno o estorbo a las normativas garantistas como podíamos haber indicado las gestiones que hacen algunas grandes empresas para que la Unión Europea obligue a los países empobrecidos a abrir sus mercados, a privatizar sus recursos naturales, o a aceptar créditos a cambio de privatizar sus exiguos servicios públicos en beneficio de estas mismas grandes empresas.

La empresa socialmente responsable es la que, de entrada, acepta que el sector público regule las condiciones de la actividad económica y la justicia castigue las infracciones y, a partir de aquí, va más allá en su auto-exigencia.

"La administración pública debe dar ejemplo de responsabilidad social fijándose en las condiciones que hay detrás de los productos y servicios que adquiere"
Finalmente hay las responsabilidades de los integrantes de nuestros gobiernos y parlamentos, como responsables de la administración pública. En línea con lo que decíamos, el poder político tiene el deber ético fundamental de no abandonar su función de regulación de las actividades humanas para que el fuerte no abuse del débil. Su intervención es vital para la justicia y la equidad, y no debe dejarse llevar por la oleada de demagogia que sustenta el actual proceso de globalización neoliberal. Como ha dicho el ex ministro de trabajo norteamericano Robert Reich, la única garantía sobre la empresa es la obligatoriedad de la Ley, el control y la fiscalización: la voluntariedad no sirve.

Por otro lado, la administración pública debe dar ejemplo de responsabilidad social fijándose en las condiciones que hay detrás de los productos y servicios que adquiere. El sector público es uno de los mayores componentes de la demanda, y la adopción de una política de Compra Pública Ética tiene mucha importancia por las cifras que mueve y por la ejemplaridad que comporta.

Y aquí llegamos de nuevo a la responsabilidad individual: cerramos el círculo recordando que, antes de ser consumidores, somos ciudadanos, y que las políticas públicas en general, y respeto la regulación de la actividad empresarial en concreto, dependen de nuestro voto, de nuestra acción cívica, de nuestra opinión. Depende de nosotros que triunfen fórmulas de recorte de servicios públicos (sanidad, educación, transporte) o de mecanismos de solidaridad (cpmo son, a través de los impuestos progresivos a la riqueza, los subsidios de enfermedad, vejez o paro), y que los Estados occidentales respeten o no la soberanía política y económica de los países empobrecidos.

Somos, para acabar, responsables de las generaciones futuras y de nuestros semejantes con quienes coincidimos en el tiempo pero no en el espacio. Quizás nos hace falta un revulsivo ético, que ensanche las fronteras de lo que consideramos que es permisible y de lo que no lo es.

(*) Jordi Pons es el nuevo director de Setem Cataluña, en sustitución de Toni Codina. Setem es una entidad que desde hace años promueve la sensibilización para la participación y la movilización y trabaja cuestiones de incidencia política en comercio Norte-Sur y en formación y asesoramiento para la solidaridad y la cooperación.

Qué PueDo HacEr Yo?


Si quieres saber más sobre temas como la responsabilidad social y el comercio justo, puedes participar en la entrevista online que el viernes 8 de febrero mantendremos con Jordi Pons, director de Setem Cataluña.

Entra en la web de Setem Cataluña para conocer alguna de sus iniciativas, como la campaña Ropa Limpia, el programa Buen Café y el programa de Compra Pública Ética.

Más información:
Setem Cataluña
Federación Setem
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Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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