Crisis: cambio brusco [en el curso de una enfermedad], ya sea para mejorarse, ya para agravarse [el enfermo]. El paciente de la responsabilidad social corporativa (RSC) parece estar saliendo fortalecido de este brete. Eso es lo que apuntan todos los datos. Durante los primeros momentos de incertidumbre económica se alzaron muchas voces pronosticando lo que sería el final de la RSC. Algunos opinaban que la responsabilidad se daría de bruces con la falta de fondos y creían que una moda o un elemento de marketing no podría sobrevivir a la falta de dinero.
Pero el tiempo se ha ocupado de quitarles la razón. El compromiso social corporativo ha sobrevivido porque aquellas empresas que lo habían integrado en su gestión han comenzado a percibir el retorno del valor proporcionado por su aplicación.
Eso sí, hasta antes de la llegada de la crisis, a la RSC se le presuponía el valor; con la llegada de ésta, las empresas quieren poder medir lo que de verdad están ganando gracias a esta apuesta. Hace sólo unos días, Telefónica prestó su sede para que los expertos de McKinsey explicaran los resultados de un estudio realizado entre grandes empresas internacionales.
El objetivo del análisis era el de tratar de acotar los resultados empresariales ligados a la RSC. El estudio constató que alrededor de la mitad de los inversores y los directores financieros encuestados creen que más del 5% de la creación de valor para el accionista es el resultado de la actividad en áreas de sostenibilidad.
El informe de McKinsey destacaba que los inversores consideran que la recesión, lejos de restar importancia a la RSC, ha impulsado este tipo de valores. El director de Reputación Corporativa, Identidad y Medio Ambiente de Telefónica, Alberto Andreu, opina que la RSC se encuentra en un momento de madurez de mercado. "Cuando sucede esto la curva o crece o se cae. Y, para conseguir que crezca, tenemos que vincularlo a los conceptos de creación de valor, retorno de la inversión, gestión del riesgo, o de los costes".
Juan Alfaro, secretario general del Club de Excelencia en Sostenibilidad, una asociación compuesta por empresas como ABB, Adif, Cepsa, Endesa, FCC, Iberdrola, Holcim, Telefónica o Vodafone, entre otras, apunta que "la responsabilidad corporativa se convierte en una herramienta de palanca positiva en un escenario de crisis". Alfaro recuerda que existen diferentes contrastes empíricos que muestran la relación entre actuar de forma responsable y la creación de valor tangible e intangible para la organización. "Luego si actuar de forma responsable es un indicador de generación de valor en el tiempo, las empresas deberían abordar ese proceso".
Rediseñar
Un reciente informe realizado por la Fundación Alternativas señala que "pasado, aparentemente, lo peor del crac, podemos poner en tela de juicio la capacidad adivinatoria de los más pesimistas, aunque sí que cabría darles algo de crédito; hemos vivido un replanteamiento del sentido empresarial de la RSC". Además, recoge la opinión de responsables de las grandes empresas españolas para concluir que más del 90% de ellos cree que el clima de incertidumbre actual no producirá una disminución del interés de las compañías por la RSC.
El informe de esta fundación apunta también que la opinión pública percibe que la depresión ha sido consecuencia de la irresponsabilidad de unos pocos. "Como consecuencia han crecido las exigencias de transparencia y buen gobierno para con las empresas. Los consejos de administración y la alta dirección de las grandes compañías van a situarse, todavía más, bajo los focos".
El informe analiza la situación de la RSC en las compañías del Ibex 35 y concluye que en el año 2000 se inició la progresiva incorporación de los departamentos de responsabilidad a las grandes empresas, cuyo punto de inflexión fue 2005. Otro aspecto sobre el que las empresas españolas hanmostrado su liderazgo es en la divulgación de información sobre sostenibilidad corporativa.
El análisis de la Fundación Alternativas y KPMG señala que si se estudia la protección de la relevancia de la RSC a corto y medio plazo, "se mantiene y consolida la tendencia de creciente importancia". Una importancia que se plasma incluso desde el punto de vista del incremento en el número de posgrados que tratan de formar a los futuros directivos en esta materia. Así lo asegura Juan Alfaro, que además de su cargo en el Club de Excelencia en Sostenibilidad dirige un máster de RSC en el IE Business School. "Vemos cómo se incrementa la formación de ejecutivos en materia de responsabilidad corporativa. En el IE hemos comenzado la quinta edición del Programa Superior de Responsabilidad Corporativa manteniendo el nivel de alumnos de años anteriores y vamos a lanzar una edición para Iberoamérica en los próximos días", añade.
Pero el convencimiento de que la crisis no sólo no acabará con la RSC sino que incluso reforzará este movimiento no es exclusivo de las empresas y los expertos españoles. El mismo The Economist, un medio que en otras ocasiones se ha mostrado descreído respecto a la RSC, aseguraba el pasado mes de mayo: "Los resultados preliminares de la prueba de tensión de la RSC son esperanzadores. [...] muchas empresas han encontrado el modo de mejorar el entorno en el que operan a la vez que hacen dinero".
El informe de la consultora McKinsey, del pasado mes de junio, apostaba por la responsabilidad social corporativa con los siguientes argumentos: "Los acontecimientos económicos más recientes y la importancia de los medios de comunicación participativos, el crecimiento de las organizaciones no gubernamentales y otras entidades y la pérdida de confianza en la publicidad están generando un cambio en la forma de construir y mantener la reputación corporativa".