EE.UU. ayudará a agricultores en países vulnerables a aumentar cosechas
(Es posible reducir el hambre y la pobreza, dice funcionaria de USAID)
Por Kathryn McConnell
Redactora
Washington - Ayudar a aumentar la producción alimenticia de los agricultores en 25 a 30 de los países más vulnerables a la escasez de alimentos es un objetivo clave del enfoque cada vez más decidido de Estados Unidos en el desarrollo agrícola y la ayuda alimentaria, dijo Josette Lewis, la funcionaria principal de agricultura de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Más de 920 millones de personas en todo el mundo no tienen suficiente que comer. En 2007, el número de desnutridos aumentó en 75 millones de personas debido al incremento de los precios de los alimentos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Lewis dijo en el Simposio Mundial de Precios de Alimentos realizado a mediados de octubre en Des Moines, Iowa, que la USAID desea ayudar especialmente a los pequeños agricultors del África subsahariana a duplicar su cosecha de arroz, maíz y otras cosechas principales para el año 2015 así como a incrementar los ingresos de los agricultores.
Reducir el hambre y la pobreza a la mitad es "una meta que se puede lograr", dijo Lewis, y algo que se ha incluido en la legislación propuesta ahora ante el Congreso y que contempla un incremento significativo del apoyo de Estados Unidos al desarrollo agrícola.
Los senadores Richard Lugar de Indiana y Robert Casey de Pensilvania han propuesto 10.000 millones de dólares en nueva financiación para programas agrícolas internacionales. Para el período 2008-2009, Estados Unidos ha comprometido 5.500 millones de dólares en asistencia al extranjero para alimentos y agricultura.
Estados Unidos desea "fortalecer todos los eslabones de la cadena de valor alimentario", inclusive investigación agrícola e intercambio de información, programas de créditos para pequeños agricultores y el uso de nuevas semillas de alto rendimiento resistentes a plagas y sequías, según indicó Lewis.
Lewis dijo también que Estados Unidos apoyará más programas de capacitación para los agricultores en países en desarrollo para ayudarles a utilizar técnicas modernas de producción de alimentos.
La capacitación ayudará a los países en desarrollo a reducir en un 75 por ciento su dependencia de la ayuda alimentaria, según explicó.
Lewis agregó que la USAID también se centra en mejorar el valor nutritivo de la ayuda alimentaria que proporciona a los niños menores de 5 años y está refinando sus programas comunitarios de vigilancia de la nutrición. Además, la USAID refina sus herramientas de pronóstico para obtener mejor información respecto a dónde es posible que ocurra una emergencia alimentaria.
Estados Unidos trabaja ya con otros países donantes en la aplicación de una estrategia para abordar la crisis alimentaria presentada en junio en un foro internacional en Roma. Entre las medidas acordadas se incluye la provisión de ayuda inmediata a países más vulnerables al alza de los precios de los alimentos. Entre 2007 y 2008, los precios mundiales de alimentos aumentaron un 52 por ciento, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
La estrategia de Estados Unidos incluye también el estímulo de políticas para ampliar el comercio regional de los productos agrícolas y reducir las restricciones de la infraestructura como son las carreteras en mal estado y los controles fronterizos que afectan la rapidez del comercio, comentó Lewis.
A largo plazo, la USAID piensa realizar una alianza con compañías del sector privado, dijo.
Dijo la funcionaria que un número de empresas con sede en Estados Unidos tales como John Deere, Land O'Lakes Inc. y Monsanto "han dejado bien sentado que están listos para unirse" y asociarse con varias organizaciones para ayudar a estimular la producción agrícola y reducir la pobreza en países en desarrollo.
"Es hora de una segunda revolución verde que incluya una gama más amplia de actores", declaró Lewis, en referencia a la primera revolución agrícola de principios de la década de 1970 que aumentó los rendimientos agrícolas con el desarrollo de nuevas variedades de granos. Se crearon nuevos tipos de trigo resistentes a enfermedades y se salvó a más de 1.000 millones de personas de la hambruna en Asia.
Estuvieron también en el foro el secretario de Agricultura de Estados Unidos Edward Schafer y el presidente del Premio Mundial de la Alimentación Kenneth Quinn quienes firmaron un acuerdo para mejorar el intercambio de información entre las dos entidades y traer más científicos agrícolas y agricultores de países en desarrollo a Estados Unidos para enseñarles las tecnologías agrícolas que sus contrapartes estadounidenses utilizan.
Para más información sobre el Premio Mundial de la Alimentación 2008 véase Premio Mundial de la Alimentación de 2008 a dos ex-senadores de EE.UU (
http://www.america.gov/st/washfile-spanish/2008/June/20080617155056pii4.512966e-03.html ).
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web:
http://www.america.gov/es )