El diputado del Partido Radical (PRSD), Marcos Espinosa, presentó un proyecto de ley con el fin de crear un sistema de seguridad social integral para el adulto mayor, con el Estado como garante, para prevenir la violencia contra personas de la tercera edad y, a su vez, para que reciban atención especializada si son víctimas de este tipo de acciones.
Este organismo estatal, afirmó el parlamentario, debe tener una extensa red social que cubra las necesidades más urgentes, pasando por la conformación de organismos que den asistencia psicológica y apoyo a la integración social, hasta la reforma del sistema penal que califique en forma especial la violencia, tanto física, como psíquica, a los mayores de 60 años.
"El envejecimiento de la población chilena es un hecho. En el último censo realizado el año 2002, esa cifra había alcanzado al 11,2% de la población. Lo anterior, se agrava por la inexistencia de un sistema de seguridad social y protección jurídica que vele por los más de 1,7 millones de ciudadanos, adultos mayores", explicó el legislador.
El diputado oficialista agregó que "el adulto mayor se diferencia del resto de la población ya que, en términos generales, éste ha dejado de ser una persona económicamente activa, y comienza a ser un costo real a la nación, por cuanto este es uno de los segmentos más vulnerables de la población en el ámbito de la salud, vivienda, alimentación, ingreso e integración social. A pesar de no existir cifras concretas en nuestro país, un gran porcentaje de adultos mayores pasan a ser cargas para sus familiares, lo que a su vez degenera en una serie de problemas, llegando incluso a la violencia psíquica y física".
Marcos Espinosa sentenció que la "importancia de legislar al respecto radica en el hecho que en los únicos tres estudios efectuados en el país sobre este tema, se señala que más del 30% de los adultos mayores habían sufrido algún tipo de maltrato, cifra alarmante, pues estamos hablando de uno de cada tres adultos mayores".
Espinosa dijo que comparativamente hablando, "en los países desarrollados estas cifras llegan solo al 3%, lo que grafica claramente que éste es un problema importante para la sociedad ch