sábado, diciembre 18, 2010

COMPAÑÍAS DE SEGUROS FUERON SORPRENDIDADAS POR LOS SINIESTROS

BUSCAN ARGUMENTOS PARA PAGAR MENOS O NO PAGAR
 
Las compañías de seguros el mayor valor que tienen es la confianza de sus clientes .El accionar de las compañías de seguros tras terremoto es una vergüenza. Esta claro que no estaban preparadas para atender eficientemente las pólizas y siniestros que anteriormente habían vendido. Es decir, vendieron algo que en caso de siniestro no podrían satisfacer de manera idónea. Pero los siniestros llegan cuando menos se los espera y eso ellos lo saben y debieron estar preparados. Pero otra cosa distinta  es buscar permanentemente argumentos para pagar menos o simplemente no pagar lo pactado , amparados en la "letra chica" de esas pólizas que todos conocemos. Allí es donde la autoridad competente  debe aplicar su rol subsidiario y en defensa de los ciudadanos.
www.parciudadana.blogspot.com
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU

 CEL: 93934521
Santiago- Chile
Soliciten nuestros cursos de capacitación  y consultoría en GERENCIA ADMINISTRACION PUBLICA -LIDERAZGO -  GESTION DEL CONOCIMIENTO - RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL – LOBBY – COACHING EMPRESARIAL-ENERGIAS RENOVABLES   ,  asesorías a nivel nacional e  internacional y están disponibles  para OTEC Y OTIC en Chile

Cumplimiento de las obligaciones por Pablo Rodríguez Grez


Cumplimiento de las obligaciones
 
por Pablo Rodriguez Grez en EMOL

Muchas de las malas prácticas imperantes en nuestro país pasan inadvertidas para autoridades y observadores. Son ellas, sin embargo, las que van formando los hábitos y templando el carácter. Casi sin excepción, los políticos, especialmente en períodos electorales, proclaman toda suerte de beneficios y ventajas en favor de los más necesitados, estimulando el incumplimiento de las obligaciones contraídas. A la vuelta de poco tiempo, la decepción arrastra a muchos de ellos a exigencias y soluciones de fuerza, invocando promesas pendientes. En otras palabras, en lugar de estimularse la honradez, el cumplimento de los compromisos y el respeto por la palabra empeñada, se ofrece toda suerte de soluciones al margen de las obligaciones asumidas. Lo que señalo no está limitado a un cierto sector de nuestra sociedad; se proyecta con la misma fuerza hacia todos sus estratos, especialmente los más acomodados.

Cuando una persona no cumple lo convenido, el afectado tiene dos caminos posibles: o se conforma con la conducta del deudor renunciando a lo suyo, lo que ocurre en la mayor parte de los casos (piénsese en el incumplimiento de las empresas de servicios públicos, constructoras, compañías financieras, etcétera), o inicia en su contra un proceso judicial para obtener el cumplimiento forzoso o una reparación sustitutiva (indemnización de perjuicios). En la medida en que prolifera la primera de estas actitudes, se erosiona imperceptiblemente el Estado de Derecho, dejando en la víctima del incumplimiento una sensación de abandono e impunidad. Cabe entonces preguntarse por qué puede un sujeto no acudir a las instancias contempladas en la legislación para obtener lo que le pertenece. La respuesta es una: porque el acceso a la justicia es caro, engorroso y, casi siempre, la solución llega demasiado tarde. Lo que señalo no es imputable al Poder Judicial, sino que al sistema legal vigente, a la falta de recursos en relación con las necesidades judiciales que deben satisfacerse y, por sobre todo, a una verdadera cultura del incumplimiento que se ha ido forjando a través del tiempo. En Chile, durante muchos años se ha fomentado el incumplimiento y dado al deudor moroso toda suerte de facilidades para eludir sus obligaciones. Desde luego, la saturación de los tribunales con juicios de cobranza provenientes de bancos, cadenas comerciales y entidades financieras provoca un retardo insuperable que afecta a quien acude a estos procedimientos para conseguir lo que en derecho le corresponde. En todo juicio ejecutivo -en el cual se supone la existencia de un título que da cuenta de una obligación cierta, indubitada y exigible- se permite al deudor deducir toda clase de excepciones (el artículo 464 del Código de Procedimiento Civil contempla 18 excepciones, muchas de las cuales son propias de un juicio declarativo de lato conocimiento, como la nulidad de la obligación o la prescripción), lo que transforma una simple "cobranza" en un pleito complejo y engorroso, cuya gestión demanda varios años de tramitación. Finalmente, hoy en día es más efectivo, para conseguir el cumplimiento de una obligación, la amenaza de aparecer en Dicom que la iniciación de un juicio interminable. De estas debilidades se han valido los más inescrupulosos para sacar ventaja, y no faltan los que se jactan de burlar al acreedor con artimañas y recursos engañosos.

¿Cómo abordar esta anomalía que tanto daño ha provocado a la ética individual y colectiva? Creemos nosotros que la única solución consiste en transferir todos los llamados juicios ejecutivos a "fiscalías de cobranza" que se encarguen de los procedimientos administrativos para imponer al deudor el cumplimiento de la obligación pendiente, sin perjuicio de que éste, cuando estime lesionados sus derechos, sea quien recurra a los tribunales para obtener la restitución de aquello que pagó indebidamente, materia indudablemente jurisdiccional. En otras palabras, invertir el orden actual de las cosas, haciendo prevalecer el cumplimiento formal de lo convenido, sin perjuicio de abrir un proceso para que impere, en definitiva, el cumplimiento en estricto derecho. No cabe duda de que con esta reforma se reduciría considerablemente la obstinación de tantos deudores que emplean excusas muchas veces pueriles para eludir aquello a que se comprometieron. Paralelamente, se desahogarían nuestros tribunales del 80% de su labor, la cual, a mayor abundamiento, no corresponde a una actividad jurisdiccional, sino meramente administrativa. El legislador tiene la palabra

 
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Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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Medicamento utilizado por diabéticos pudo haber causado 2.000 muertes en Francia Se trata de Mediator, remedio que fue objeto de varias investigaciones para determinar las cusas de su uso. Ya había sido retirado de Italia y España.EFE-->

Medicamento utilizado por diabéticos pudo haber causado 2.000 muertes en Francia

Se trata de Mediator, remedio que fue objeto de varias investigaciones para determinar las cusas de su uso. Ya había sido retirado de Italia y España.

EFE
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Sábado 18 de Diciembre de 2010 07:02

PARÍS.- El Mediator, un medicamento utilizado para el tratamiento de diabéticos con problemas de peso, pudo causar hasta 2.000 muertes en Francia, según un estudio revelado este sábado, frente a los 500 fallecimientos que reconoció la Seguridad Social.

El diario "Le Figaro" publica hoy otro estudio encargado por la Seguridad Social, que tiene en cuenta el largo plazo y sitúa el número de fallecidos en un mínimo de 1.000 y un máximo de 2.000.

Además, el rotativo revela una carta dirigida a la Agencia Nacional del Medicamento (ANF) que alertaba de los riesgos del Mediator en 1998, mientras que el producto no fue retirado del mercado hasta noviembre de 2009.

El correo, firmado por tres médicos, pedía al presidente de la ANF de la época, Jean-René Brunetiere, que volviera a evaluar la incidencia del producto en la salud y, por tanto, su libre prescripción facultativa.

Los tres galenos que enviaron el correo, de reconocido prestigio en Francia, comparaban el Mediator con el Isoméride, un producto de características similares y que fue retirado del mercado mundial en 1997 porque incrementaba la hipertensión arterial pulmonar y el riesgo de enfermedades en las válvulas cardiacas.

El medicamento, producido por los laboratorios franceses Servier, fue objeto de otras investigaciones, tanto a escala francesa como europea, por lo que acabó retirado del mercado en Italia y España en 2003, al igual que el resto de los productos que, como el Mediator, estaban destinados a quitar el apetito a los pacientes.

Sin embargo, en Francia las autoridades sanitarias lo mantuvieron al considerar que los signos de riesgo eran pequeños.Hasta que una última investigación, lanzada en 2007, acabó por apartar al Mediator de las farmacias dos años más tarde.

La Seguridad Social reconoció a mediados del mes pasado que el Mediator estaba en el origen de, al menos, 500 muertes.

Sin embargo, "Le Figaro" revela hoy que otro estudio encargado por la Seguridad Social eleva el número de fallecidos por el consumo de Mediator, que sitúa en un mínimo de 1.000 y un máximo de 2.000.Al igual que el primer documento, el estudio conocido hoy reconoce el riesgo de valvulopatía derivado del consumo del producto, una patología cardiaca que llevó a 597 pacientes al hospital sólo en 2006.

De ellos, fallecieron 64, una proyección que llevó a los autores del primer estudio a estimar en 500 el número de muertos desde su comercialización.

Pero el nuevo estudio tiene en cuenta también el grado de sobremortalidad registrado entre los supervivientes a lo largo de los años siguientes.

Señala que el riesgo de enfermedad cardiaca se multiplica por tres entre los pacientes que toman Mediator, por lo que eleva la estimación de muertes ligadas al producto.

Ideado inicialmente para diabéticos, el Mediator comenzó a comercializarse en 1976 para aquellos pacientes que, además, tenían problemas de sobrepeso y grasa en la sangre.

Con el tiempo, sus propiedades para quitar el apetito llevaron a que fuera prescrito también como adelgazante, por lo que se calcula que en Francia lo consumieron dos millones de personas.

En 2006, año del estudio divulgado hoy, lo tomaron 303.336 personas, de las cuales el 70% no eran diabéticos.


Fuente:EMOL
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