Un apoyo -aunque no unánime, pero sí general en cuanto al fondo de sus críticas- recibió de parte de los distintos gremios empresariales el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfredo Ovalle, tras la fuerte arremetida del Gobierno en contra del timonel de los privados.
El debate surgió tras el cierre de la Enade 2007, el martes en la noche, cuando Ovalle le dijo directamente a la Presidenta Michelle Bachelet que son inaceptables escándalos como EFE y Chiledeportes, que les preocupa la violencia sindical y la tardía respuesta del Gobierno, que hay un ambiente "enrarecido" y que las desconfianzas se presentan cada vez con más fuerza.
Forma y fondo
Si bien la mayoría de los dirigentes consultados confirmó que hay preocupación por las materias laborales y de conducción del Gobierno, o sea comparten el fondo del discurso, no todos respaldan la forma y el tono de las palabras de Ovalle.
Los titulares de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Luis Schmidt; de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Pedro Corona, y de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Luis Nario, ya expresaron su apoyo al máximo dirigente. La Sociedad Nacional de Minería (Sonami) evidentemente también, pues Ovalle la preside.
Pero las otras dos ramas que integran la CPC hicieron ver internamente su desacuerdo: la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) y la Asociación de Bancos (ABIF). Esta discrepancia se debe a que estos dos últimos gremios -presididos por Bruno Philippi y Hernán Somerville, respectivamente- optan por un tono conciliador con el Gobierno.
El propio Andrés Concha, secretario general de la Sofofa, dijo que no cree que haya un ambiente enrarecido ni desconfianzas, apuntó que aquí las formas conducen a interpretaciones y varias veces destacó que la opinión de su gremio la expresó Philippi en la Cena Anual de la Industria.
El titular de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez, cree que esto no es propio de Ovalle y observa que el dirigente se vio obligado a decir esto por presión de su sector.
Tono pensado
El discurso de Ovalle no le fue remitido antes a Bachelet, y un actor que conversó con él dice que el tono fue buscado para remecer al Gobierno y no para atacar políticamente a la Presidenta. Ovalle recogió ideas de las otras ramas en la reunión del comité ejecutivo del martes 27 de noviembre, pero la redacción la hizo él y lo corrigió hasta el final. Consultó a otros dirigentes, entre quienes no estuvo Philippi.
Según esta fuente, lo que generó la mayor molestia de Ovalle fue el reciente informe de subcontratación de Codelco, lo que se une a otras resoluciones de la Dirección del Trabajo contra empresas mineras y agrícolas. A eso se sumaron críticas por abrirse demasiado al Gobierno.
Para varios actores del mundo privado, Ovalle no sólo enfrentará la ira de La Moneda, sino también de la Sofofa y la ABIF. Como contrapartida, recibirá el apoyo de los "halcones" de la CPC, como Schmidt y Corona.
Reviva las declaraciones de Alfredo Ovalle en www.eyn.cl
Las evaluaciones que
Ayer en la mañana, el vocero de Gobierno, Ricardo Lagos Weber, imprimió el duro discurso del presidente de la CPC, Alfredo Ovalle, y subió con él al despacho presidencial para elaborar, junto a la Presidenta Michelle Bachelet, una respuesta al jefe de los empresarios.
Minutos más tarde, durante una actividad de Educación a la que llegaron juntos, la jefa de Estado golpeó la mesa y se defendió de los dichos de Ovalle.
Antes de comenzar el acto, dijo que iba a referirse a un tema "de interés nacional". Y entre las frases que lanzó dijo "no es aceptable una actitud beligerante, de oportunismo, o las expresiones de arrogancia, así es que yo quiero hacer un llamado a recuperar la compostura". Para ello, usó un tono duro dejando en claro que lo ocurrido la noche anterior la había disgustado profundamente.
En Palacio aseguran que el discurso del empresario no fue conocido de antemano. "Si lo hubiéramos sabido, otra habría sido la historia", reveló una alta fuente de La Moneda.
Lo mismo opinó públicamente el hasta esa hora vocero de Gobierno, quien negó tajantemente haber tenido acceso al texto o al tenor de éste, señalando, además, que los contenidos se conocen sólo una vez que se exponen.
Según señalan en la sede del Ejecutivo, los asesores de prensa que acompañaban a la Presidenta sólo se enteraron que el discurso venía "duro" cuando Bachelet ya se encontraba en la testera, y no pudieron hacerle ver la complejidad del tema.
Pero la pregunta que circulaba en la sede de Gobierno en la mañana de ayer era: "¿Y por qué la Presidenta no respondió de inmediato a estos emplazamientos?" Y junto con reconocer que la reacción de ella fue tardía, también se evaluó negativamente el desempeño de Andrés Velasco, pues aseguran que no supo encarar la situación como ministro de Hacienda.
Las situaciones más tensas que marcan la relación entre el Gobierno de Bachelet y los empresarios
Las críticas entre autoridades y empresariado no son nuevas en este Gobierno. Si bien este 2007 no se ha caracterizado por grandes conflictos, sí se ha visto un endurecimiento en los discursos. Cabe recordar que el año pasado reinó una atmósfera de consensos entre el empresariado y el gobierno, que sólo se interrumpió por la discusión de la reforma previsional, cuando el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, dijo que las AFP estaban ganando más dinero que otras empresas del sector financiero.
A principios de este año, el Transantiago, que se ha transformado en el gran dolor de cabeza de la administración Bachelet, se convirtió en un foco de críticas entre Ovalle y la Presidenta. Recién inaugurado el sistema de transporte, la Mandataria culpó al empresariado por el mal funcionamiento y los problemas del Transantiago.
"Esto fue algo que se le dio al sector privado, y el sector privado, lamentablemente, no dio el ancho", manifestó la Mandataria, a lo que Ovalle no tardó en contestar que a esos empresarios los eligió el gobierno y "si hay algunos empresarios que no dieron el ancho, bueno, a esos hay que llamarlos... creo que hablar de que el empresariado no dio el ancho no es lo más adecuado".
Pero sin duda la situación que dio origen a los mayores dimes y diretes entre el gobierno y los empresarios se dio en septiembre pasado.
En esa oportunidad se filtraron las actas reservadas del consejo general de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) realizado a fines de agosto, en las cuales se repetían críticas similares a las planteadas el martes por Alfredo Ovalle.
En esos documentos, el presidente de los industriales, Bruno Philippi, afirmaba que "son los parlamentarios los que están cogobernando frente a la debilidad de un gobierno que no ejerce autoridad". Por su parte, el vicepresidente, Rafael Guilisasti, dijo que "hay un vacío de poder con una Presidenta de escasa capacidad de decisiones, que sólo mantiene un orden macroeconómico, pero de quien no se puede esperar más".
En la ocasión, los ministros de Estado no dudaron en responder. "No siempre estaremos de acuerdo, pero hay una disposición. Quisiera de parte de los empresarios la misma disposición, pero eso implica reconocer que hay falencias, abusos e inequidades, de las cuales tenemos que hacernos cargo", dijo el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade.
Felipe Harboe, subsecretario del Interior, también dio su opinión sobre las actas de la Sofofa. "Les falta autocrítica a los empresarios respecto de cómo enfrentar el proceso que están viviendo. Es muy fácil llamar por teléfono y pedir la intervención de la fuerza pública en un conflicto laboral, en vez de meterse la mano al bolsillo y mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores", manifestó.
También en octubre de este año, en la cena de Asimet, su presidente, Arturo Lyon, en su discurso señaló: "Nos preocupa el clima hacia el mundo empresarial que hemos apreciado durante los últimos meses (...) Solicitamos que algunos funcionarios de Gobierno y parlamentarios no desempolven libros de la década del 60: el mundo ha evolucionado y el socialismo también".
Reacciones
"Algunos empresarios insisten en el tema de las señales poco claras, y yo me atrevería a decirle al presidente de la CPC tres señales inequívocas, para que lo tenga claro, para que no tenga temores: queremos terminar con la cultura del abuso en materia laboral; nos parece importante que él entienda que cuando el Gobierno habla de diálogo, lo que está planteando es que debe haber entre el mundo empresarial y los trabajadores un entendimiento; y la última es que a este gobierno le interesa crecer, pero con inclusión".
Ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade.
"En verdad, yo creo que Ovalle hizo un discurso más que para la Presidenta, más preocupado de lo que los otros querían decir".
"Yo siento que ése no es un pensamiento de Ovalle, no es su forma de plantear las cosas, y más que nada creo que estaba tratando de decir algo que había sido el debate o algo que había pasado en reuniones internas de su sector".
Arturo Martínez, presidente CUT.
"Hay problemas de forma y de fondo sobre los cuales mucha gente puede opinar. Nosotros, como Sofofa, entregamos nuestra opinión sobre estos temas de fondo en nuestra cena anual, que se realizó a fines de octubre, de manera tal que nuestra opinión al respecto quedó claramente expresada".
"Las palabras pueden generar reacciones contrarias a lo que se desea, pero considero que en el fondo hay que ver los temas de fondo y estudiarlos en su mérito".
Andrés Concha, secretario general Sofofa.
"Ovalle es un hombre educado. Aquí hay también una tremenda susceptibilidad de parte del Gobierno, porque ante cualquier asomo de crítica se les paran los cachirulos".
Carlos Larraín, presidente de RN.
"Afirmaciones como éstas, que rayan en la falta de respeto a la Presidenta Bachelet, no son convenientes". Agregó que en los últimos años se ha avanzado en base a la colaboración y que dichos como estos no le hacen bien al empresariado. "Está bien que ellos hagan sugerencias o planteen inquietudes, pero de una vez por todas debemos tener un sector empresarial ajeno al mundo político desde el punto de vista de las expresiones que ellos formulan".
Soledad Alvear, presidenta DC.
Con las actuales tasas de crecimiento, no es el momento ni necesitamos diálogos de sordos o concurso de descalificaciones. Quiero llamar a la Presidenta, a los empresarios, a la Alianza, y los trabajadores, a recuperar el camino del diálogo, del respeto y de los acuerdos y no seguir con esta crisis de descalificaciones que no conducen a ninguna parte. Los chilenos necesitan y merecen solución a los problemas, y no que los políticos incendien los problemas".
Sebastián Piñera, presidenciable RN.
Ricardo Ariztía: "En vez de contraatacar, el Gobierno debe analizar qué se dijo"
Fue Ricardo Ariztía, el último titular de la CPC -antes de Alfredo Ovalle-, quien criticó con dureza a un Presidente de la República en la Enade. En 2001, Ariztía le pidió a Ricardo Lagos que dejara "trabajar tranquilos" a los privados e irritó a La Moneda, igual que Ovalle ahora.
El ex dirigente narra su caso, y dice que estas molestias son pasajeras y felicita a Ovalle.
-En 2001, usted se enfrentó con Ricardo Lagos y el ex Presidente reaccionó irritado.
"La respuesta del ex Presidente fue irritada al día siguiente, pero ahí encontró muy adecuado lo que se dijo. Mire, estas cosas son positivas y así deberían tomarse. El Gobierno, en vez de contraatacar, debería analizar qué se dijo ahí y qué se puede corregir".
-Cuando usted hizo su crítica, ¿le generó problemas posteriores en el contacto con La Moneda?
"Este cargo no es para hacer discursos suaves que no generen problemas. Si hay problemas, hay que decirlos, y si no, hay que reconocerlo y agradecerlo. Es nuestra función, es el cargo de presidente; por lo tanto, no tengo más que apoyar y felicitar lo que dijo el presidente de la CPC".
-¿A usted no se le cerraron las puertas de La Moneda?
"Es indudable que uno toma riesgos, La Moneda se molesta, pero después de 48 horas o tres días ya estábamos conversando y trabajando juntos por el bien del país. Tenemos alguna altura de miras también. Las cosas fueron más complejas, por supuesto que sí, pero si usted revisa la historia posterior del 2001, y la del 2002, no quiero decir que con mis palabras se hayan corregido, pero sí se tranquilizaron muchas cosas en el gobierno en aquella época. Hay que ubicarse en el contexto de cada oportunidad y cada año".
-¿Estamos hoy casi en el mismo contexto?
"En ese momento eran únicamente la ley laboral y los aumentos de impuestos lo que nos preocupaba. Ahora es cuestión de revisar la lista que hizo el presidente de la CPC y es bastante más amplio que el que a mí me tocó en ese minuto".
-O sea, ¿ve que Ovalle tuvo más motivos para lo que dijo?
"Sí. Si se analiza cada uno de los planteamientos, a algunos sectores del empresariado no les afectan, pero a una mayoría importante sí".
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