La crisis de rentabilidad produjo el milagro: los gremios agrícolas formaron un frente común. Cuál es la situación de cada rubro comprometido.
U n inesperado efecto tuvo la crisis del agro sureño. Más allá de la caída en picada de la rentabilidad, el temporal económico ha actuado como un poderoso imán para unir a los gremios sectoriales y consiguió que, la semana pasada, años de desconfianzas y peleas comenzaran a quedar atrás.
Tenemos que estar muy 'complicados' como para habernos puesto de acuerdo en media hora, reconoce uno los dirigentes presentes en el inédito cónclave de las cúpulas gremiales, que se realizó el miércoles pasado en el recinto de exposiciones de la Sociedad Agrícola de Osorno. Luis Schmidt, por la SNA; Fernando Serrano, por el Consorcio Agrícola del Sur, y Gonzalo Palma, por la Confederación la Voz del Campo, de la pequeña agricultura, más los presidentes de las federaciones por rubro, sellaron la creación del Consejo Nacional Agropecuario. Para ellos, la realidad de varios rubros es crítica. El tema, más allá de los precios a la baja - porque reconocen que es difícil hacer comparaciones con los peaks del año pasado, que fueron inusuales- es de rentabilidad.
Los agricultores de rubros extensivos - maíz, trigo, ganadería- , debido al obligatorio ciclo agrícola, sembraron e invirtieron el año pasado justo en el momento de mayor alza de los fertilizantes y otros insumos. El problema es que ahora están vendiendo sus productos a precios que reflejan la crisis global. A ello se suma la percepción de que los precios pagados no reflejan el costo de importación.
En tanto, en el gobierno buscan ponerle paños fríos al duro análisis de los agricultores.
A lo que estamos enfrentados es a una baja de rentabilidad y esto se superará en la próxima temporada, cuando se produzca el ajuste en el costo de los insumos. Ahí volveremos a tener un sector razonablemente rentable, explica Eduardo Meerhson, gerente de Cotrisa.
Sin embargo, los dirigentes manifiestan sus dudas. Afirman que los fertilizantes, el insumo de mayor impacto en los costos, no han reflejado la baja de los precios internacionales.Para los líderes agrícolas, el Gobierno tiene mucho por hacer para paliar la crisis que viven. Y su intención es aprovechar la coyuntura para conseguir políticas de largo plazo. Para ello, ya pidieron cita con los ministros de Hacienda, de Interior y de Agricultura. Además, planean hacer lobby con los candidatos a la Presidencia.
El momento es complejo y la mirada de futuro poco clara. Hay un grado profundo de deterioro en los cultivos y ganadería de la zona centro sur. Se requiere una política que garantice mercados competitivos, que generen un precio lo más aproximado al equilibrio o al que sea justo. El gran mal del sector es que opera una demanda con demasiadas imperfecciones. Necesitamos más estabilidad y cierta predictibilidad sobre la comercialización y el dólar. Necesitamos tasas de interés acordes; y no podemos seguir contemplando cómo demandas oligopólicas, más encima de su posición dominante, importan el producto cuando el agricultor está cosechando, señala Fernando Serrano, presidente del Consorcio Agrícola del Sur.
Pasos concretos en esto es tipificar y homologar productos para acceder a mejores precios o insistir en un mecanismo de estabilización basado en los precios internacionales.
Mientras, el inicio de la temporada está cada vez más cerca y los agricultores se preguntan ¿y ahora qué hago? En pocas semanas, dependiendo del clima, habrá que empezar con las siembras de invierno, principalmente de trigo.
LECHE CON ESPERANZAS
Luego de un feliz año 2007 para los lecheros, con precios sobre los $200 el litro y costos razonables, éstos se preparaban para iniciar un 2008 en pleno crecimiento. La partida fue firme, pero los costos subieron fuertemente y empezaron a pisarle los talones al valor del producto. Septiembre marcó el término del corto período de bonanza. Los costos se quedaron arriba y después de cuatro bajas de precios que superaron el 30%, en marzo se llegó a $145. Frente a esto, los productores afinan una presentación a la Fiscalía Nacional Económica porque consideran que no hay antecedentes objetivos para las bajas. Queremos llegar bien acompañados y con un buen caso al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, señala Enrique Figueroa, presidente de Fedeleche.
Pero el horizonte comienza a despejarse. Los mercados a futuro muestran recuperación.
MAÍZ SALVA LOS COSTOS
En el resultado del maíz se han conjugado todos los factores negativos: caída en la demanda por la crisis de la dioxina en los cerdos y por menor interés en los biocombustibles, baja de precios e insumos en el nivel más alto. Con eso las perspectivas a productor son de 110 pesos el kilo en el mejor de los casos, lo cual permitirá que los agricultores eficientes salven los gastos, a juicio del empresario Patricio Crespo.
Aquí también lo malo está en el pago de insumos que están muy altos, como los fertilizantes que son usados en forma intensiva.
Todo dependerá de que los precios de la industria reflejen el costo de importación.
TRIGO EN LA PROTESTA
El comienzo de las cosechas de trigo fue polémico. Los productores reclamaron por los precios que ofrecían los molinos. Ellos querían 19 mil pesos por el quintal y no $14.000. La discusión derivó en protestas en Ñuble. Las comisiones de Agricultura del Congreso pidieron usar el poder comprador de Cotrisa y el Gobierno respondió con una presentación ante la Fiscalía Económica y una oferta de condiciones favorables de guarda. Hoy los precios fluctúan, en Santiago, entre 15.100 y 16.000 pesos, valor razonable para los trigos suaves, pero la mayor parte de los chilenos son fuertes, lo que el mercado interno todavía no reconoce. Como señal de futuro, Cotrisa señala que la superficie sembrada en Estados Unidos bajó 9%.
LOS OTROS EN PELEA
Los productores consideran que la temporada del raps fue un desastre, por precios, rendimientos y poder de compra. La razón principal fue la baja en la demanda por parte de la industria de los salmones, afectada a su vez por las crisis económica y sanitaria. Hubo crecimiento de 57% en la superficie sembrada, que fue atenuada en cosecha por la sequía.
El arroz después de que en 2008 tuvo precios de 30 mil pesos el quintal, comenzó el descenso. Hoy llega a 18.200 base Santiago. El problema es que aún no se paga por el valor real del arroz chileno.
En avena, después de que Chile vivió una temporada feliz en 2008 con precios históricos, tras transformarse en exportador por dos temporadas internacionales por la baja cosecha internacional, pasó de $17.000 o $18.000 el quintal a $8.000 hoy.
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