jueves, marzo 10, 2016

OJOS VENDADOS CON ANTONIO CORREA IDEA PAÍS

Antonio Correa, Director Ejecutivo de IdeaPaís

JUEVES 10 DE MARZO DE 2016LONGUEIRA2

Ojos vendados

Desde que conocimos las conversaciones privadas entre Pablo Longueira y el gerente de SQM, Patricio Contesse, se esperaban las declaraciones públicas del ex senador y ex Ministro de Economía. Longueira ayer renunció a su militancia hasta —en sus palabras— acreditar su inocencia.

Desde luego, Longueira al renunciar establece nuevos estándares, al menos al interior de la UDI, levantando la vara que Jovino Novoa enterró bajo tierra. Sin embargo, el avance fue muy poco. Los partidos no pueden seguir conformándose con el silencio  y la presunción de inocencia. La actitud demuestra, a fin de cuentas, que aún no se ha logrado entender la diferencia entre un juicio político y uno legal. Pensando que ambos son lo mismo, los políticos suspenden sus opiniones y declaraciones hasta que exista sentencia judicial. Así llevamos un año, y quién sabe cuánto más tendremos que esperar.

Por su parte, en la UDI, pueden existir diferentes convicciones respecto a este caso: estar convencidos de la inocencia de Longueira, o por el contrario, creer que él es totalmente culpable o quizás, señalando matices, piensan que faltan antecedentes sobre la mesa y que se olvida lo normal que es recibir "recomendaciones" de grupos de interés al tramitar una ley -de ahí la necesidad de regular el Lobby-. Da lo mismo, ante todas se reacciona igual. El silencio, en este caso, es peor que cualquier palabra: tiene tonalidad de cobardía.

Detrás de todo esto, sobra decirlo, existe una renuncia de la política. La frase "dejar que los tribunales funcionen", como decíamos, implica asumir que  la actividad política se mide exclusivamente por parámetros legales. Pero más grave aún, continua con la estrategia del avestruz: esconde la cabeza, incapaz de transparentar cómo se venían haciendo las cosas en la política de los últimos años.

Algo huele mal, algo apesta, en la política chilena hace un tiempo. Pero nadie quiere pararse de frente a todos los chilenos y levantar completamente el velo. La pega sucia, la hacen los tribunales, mientras los políticos están pensando en la próxima elección. Todos sentimos la fetidez, pero varios políticos parecen haber perdido el olfato entre tanto olor podrido.

¿Cómo generar empatía con la ciudadanía si no se reconoce nada, ni se agacha por ningún momento la cabeza? ¿Cómo tener legitimidad cuando al mismo tiempo que — se supone— se defienden convicciones morales, se actúa de manera dudosa arrancado ante cualquier inquietud? ¿Cómo creerle a políticos que buscan responsabilidades y culpables ante cualquier problema, pero aplican riguroso silencio a los propios errores?

Todo indica que nuestra clase política cree en la generación espontánea de las confianzas, dejando de lado el mérito y los gestos. Por eso la UDI no expulsó a Jovino, ni Bachelet criticó a su hijo, ni Piñera dirá nada (como presidenciable esperamos algo más de él), y MEO seguirá recorriendo el mundo. Pero como Chile ha cambiado, sus omisiones siguen enterrándolos cada vez más; se han vendado la vista antes de su propia ejecución.












































































































































Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU( 
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