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En la Segunda Paulina Salcedo elabora esta interesante entrevista. Yo agregpo Carlos es un gran amigo y que hace cosas. Desde cuando describimos las primeras máquinas del Museo de Colchagua, a la fecha todo ha cambiado en ese espectacular sitio de la cultura Chilena. ¿A donde esta la ciencia de todo esto? En la pasión por las cosas, en la fuerza, en la fe en el proyecto. Eso ha sido inspiración para muchos.Chile es un pais agradecido. Felicitaciones Carlos de tu amigo Rodrigo González Fernández. consultajuridica.blogspot.com |
La "mala educación" es la culpable de la falta de identidad de los chilenos
El recién galardonado critica cómo se enseña Historia en los colegios y propone que los niños aprendan mapudungun.
"Dicen que cuando el caballo es nuevo hay que afiatarse en la montura y conocerle el tranco antes de empezar a trotar. Creo que la Presidenta está en eso".
Su pelea contra el cáncer: "Hay que arrancar para adelante, sacar el sable y vamos cortando cabezas a todo dar".
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"Yo les he dicho en broma a mis amigos que me han otorgado premios que no me voy a morir todavía. Pasé susto, pero parece que de ésta me salvé".
Con ese comentario, cargado de espontaneidad, con cero complicación y mucho optimismo, el empresario Carlos Cardoen recibió complacido la noticia de que ganó el Premio a lo Chileno 2006, por su contribución a la difusión de las tradiciones y el enriquecimiento del patrimonio cultural chileno.
Y es que éste ha sido un año cargado de galardones para este hombre de negocios, que ha sabido combinar el turismo, la cultura y el vino con sus obras como el Museo de Colchagua, el Hotel de Santa Cruz, el Museo Histórico de Vichuquén y la creación del "Tren del Vino".
En junio fue elegido el "Empresario del Año" por el comercio. Pocos días antes, más de 11 dueños y chefs de restaurantes de Santiago lo condecoraron con el premio "Alex González" por su aporte a la gastronomía nacional.
Y ahora el Premio a lo Chileno, organizado por Empresas Iansa.
"Estoy muy feliz. Es la tercera o cuarta vez que me postulan y agradezco el reconocimiento, porque a todos nos gusta que nos hagan cariñitos", cuenta sonriente, en su despacho del Museo de Colchagua, lugar donde desde hace diez años atesora y expone al público invaluables reliquias que ha recogido con pinzas.
Se le ve tranquilo, más repuesto físicamente después de la quimioterapia a la que se sometió por el cáncer que lo atacó el 2004, y lleno de proyectos. Varios ejecutándose y otros en carpeta.
Ahora está de cabeza afinando los detalles del lanzamiento oficial de un enorme complejo turístico y viñatero, previsto para el 28 de octubre: Viña Santa Cruz.
"El éxito es la consecuencia natural de hacer las cosas bien"
-El Premio a lo Chileno es como cosechar la siembra que ha hecho aquí...
-Uno no hace las cosas para recibir premios, pero los reconocimientos son sumamente bien recibidos y con mucha humildad. La esencia es concentrarse, no en el supuesto éxito, sino en hacer bien las cosas. Siempre he dicho que el éxito no es otra cosa que la consecuencia natural de hacer las cosas bien.
-¿Y qué le parece que por primera vez este premio recaiga en un empresario?
-Es bueno, porque somos un país de buenos imitadores y quisiera de verdad, y modestamente lo digo, tratar de influenciar a otros empresarios para que hagan en su tierra lo que nosotros hacemos acá. Siempre critico el modelo de la empresa chilena que busca maximizar su riqueza sin necesariamente pensar en el entorno. Más que nunca, que somos un país emergente y relativamente joven, se puede modificar el concepto de empresa y darle más humanismo. Que ella no tenga sólo el lucro como objetivo, sino también ayudar a hacer sentir esto tan rico que es la identidad, para luego recibir la influencia de otras culturas de una manera más segura.
Porque -advierte- "si no sabes quién eres y recibes influencias, te transformas en alguien que ni siquiera conoces".
La confidencia con Coco Legrand
Cardoen confiesa que no fue fácil tener a Coco Legrand -su gran amigo y "hermano", como él le llama- entre los competidores al Premio a lo Chileno.
Y cuenta, entre risas, la conversación que sostuvieron por este motivo: "Llamé a mi compadre Coco y le dije, "Pucha, voy a competir contigo y mi voto era por ti, si hubiese tenido que votar". El, con su maravillosa filosofía, me contesta: "No poh, compadre, si este premio es pa' los que hacen huevás, no pa' los que hablan huevás".
Carcajada general en la oficina de Cardoen.
El empresario cuenta que con el destacado humorista y el chef Coco Pacheco forman un "triunvirato", donde los une una "tremenda amistad y un profundo amor por nuestro país".
Justamente con Coco Pacheco está terminando el Centro Gastronómico que tendrá la Viña Santa Cruz, en la localidad de Lolol, también en el valle de Colchagua.
El complejo considera además una bodega turística, un teleférico, una aldea indígena que muestra las culturas aimara, mapuche y rapa nui, y un observatorio astronómico con cinco telescopios.
El lugar ya está en marcha blanca, pero a fines de octubre será la partida oficial. Luego vendrán un Museo del Vino y un Spa, junto a una cascada, donde los visitantes podrán someterse a una "vinoterapia".
"Vitacura, Manquehue...¡nadie tiene idea qué significa!"
Lo que quiere Cardoen es "mostrar a nuestros hijos los valores y la esencia de lo que es nuestra identidad para que, al conocerlo, puedan compartir el orgullo de haber nacido en esta tierra".
Y desea que el fenómeno turístico que se vive en el valle de Colchagua se replique en otros lugares de Chile.
"Que las familias que viven en la selva de cemento salgan a conocer su tierra y que el niño adquiera cariño y respeto por nuestras tradiciones, porque en los colegios de Santiago se habla de 'disfrazarse' de huaso, en vez de 'vestirse' de huaso", agrega.
-¿Qué produjo esta falta de identidad que usted tanto critica?
-El primer culpable es la muy mala educación general que recibimos. El idioma de nuestra tierra es el mapudungun y sobre él está hecha nuestra toponimia (nombre de los lugares): tenemos Vitacura, Tabancura, Manquehue... ¡pero nadie tiene idea qué significa! Habría que enseñar el mapudungun en los colegios. Otro responsable es la manera poco atractiva en que se muestra nuestra historia.
Agrega que un tercer culpable en la carencia de identidad de los chilenos es la falta de tradición que hay en las familias, en el sentido de preocuparse de conservar su propia historia.
"¿Sabe alguien el nombre de su bisabuela materna? Por ahí parte el orgullo de la pertenencia a tu raíz", dice Cardoen.
-Los jóvenes admiran mucho lo que proviene del extranjero y poco lo propio. ¿Los chilenos no nos creemos el cuento?
-Es que los chilenos somos fomes. Hay que mejorar la presentación del producto y tenemos que marquetearlo mejor. Este museo, por ejemplo, es la antítesis de otros que son una fomedad y que para los niños son sinónimo de una cuestión llena de tierra, de animales medio pelados, una cosa horrorosa.
Otro proyecto en el que está embarcado es el de levantar un casino, aledaño al Hotel Santa Cruz. "Pensé que si llegaban algunos filibusteros internacionales e instalaban aquí un casino, me harían bolsa todo nuestro esfuerzo y transformarían esto en un mini Las Vegas. Fue entonces cuando decidí meterme en esto".
Aclara que, de adjudicarse el casino (lo sabrá antes de fin de año), "tendrá nuestra identidad, marcado por la arquitectura de una América colonial mestiza".
"El cáncer es muy veleidoso"
"Salvaje", contesta Carlos Cardoen cuando le preguntamos cómo está su salud y en qué etapa está el cáncer al colon que le descubrieron hace dos años.
Tras la quimioterapia -ahora sólo tiene permanentes chequeos- afirma encontrarse en "un estado en que no tengo cáncer. Sin embargo, ésta es una enfermedad muy veleidosa y de repente ataca. Hay que andar muy al aguaite".
Para él lo principal es la "actitud".
-El rodearse de gente positiva. Tengo una familia muy bonita y además están las buenas vibras de los amigos, los que rezan por uno y te desean bien. En este tema del cáncer debe haber algo somático muy fuerte. Tengo una teoría: todos tenemos cáncer, pero lo gatilla la pena. A mí se me murió mi padre, que era mi gran amigo, y también mi único hermano. Ambos en un período muy corto. Hay una relación fuerte, cuando te pilla anímicamente débil.
Agrega que con el cáncer "hay que arrancar para adelante, sacar el sable y vamos cortando cabezas a todo dar, con una actitud de pelea y de querer salir adelante".
-¿Y cuáles han sido los momentos más duros en esta pelea?
-La pena de dejar cosas incompletas y la más fundamental es tal vez mi hijo más chico, Alvarito, de 8 años. Pero no le tengo ningún miedo a la muerte, nunca se lo he tenido. Jamás.
-¿Ha tenido rebeldía?
-No, no. Esta es la ley de la viroca, al que le toca le toca y se acabó la cuestión.
-¿A qué se aferra cuando siente pena?
-A lo entretenido que es la vida. Cada día me despierto como cuando voy a cocinar un plato. Abro el refrigerador y veo qué tengo. Con lo que tenga haré el mejor plato que sea capaz de preparar. Con la vida es igual... Hay que arrancar para adelante. Soy feliz hoy y no voy a postergar la felicidad para mañana o cuando jubile. No, ahora soy feliz.
Lo que se pierde Fidel
Una década estuvo Cardoen ligado a Cuba, a través de la producción de frutas y jugos. De lejos ve hoy la crisis de salud de Fidel Castro y la entrega del mando a su hermano Raúl.
-Creo que Cuba, y se lo he dicho personalmente al comandante Castro, tiene una oportunidad única pues él generó un gran nivel educacional en su pueblo. Esa gran oportunidad es darle un espacio de libertad a la gente para que se desarrolle con su propia iniciativa. Eso es algo que se están perdiendo Fidel y el gobierno cubano, de poder salir adelante con un Estado moderno.
-¿Cree que con Raúl eso pueda cambiar?
-No. Ojalá hubiera cambios, pues es un pueblo extraordinario que combina alegría, disposición y solidaridad. Es un pueblo rico de alma, educado. Agrégale libertad y Cuba se transformará en un líder en América.