Foto CESAR SILVA
En su oficina tiene enmarcada una letra de cambio original escrita por el propio Diego Portales en 1821, la que está colgada en la pared junto a un pensamiento del humanista francés del siglo XVI, Christopher Plantin. "No sólo de farándula vive el hombre; también tengo mis momentos de seriedad, aunque en realidad son cada vez menos", dice Carlos Larraín bromeando tras su presencia en el programa de televisión «Alfombra Roja Prime».
-¿Por qué fue a ese programa de farándula?
-Porque forma parte de la vida nacional, es respetuoso. Los políticos también tenemos una cara más común y corriente; somos humanos..., aunque el domingo me dijeron que era inhumano.
-¿Quién?
-La ex ministra de Planificación, la señora Clarisa Hardy. Desde la izquierda siempre se tiene ese raciocinio de superioridad moral, que les conviene tanto. No entienden que hablar desde la indignación moral es el peor de los miradores, distorsiona todo.
-¿Le dolió que le dijeran eso?
-No. Es una manera educada de decir algo que piensa alguna gente de la izquierda, y es que al otro lado de la malla hay pura gente mala. Yo no creo eso. Entre los que no piensan como yo también hay gente buena, incluso algunos que trabajaron en el gobierno de Salvador Allende. El tono general de ese gobierno fue calamitoso, pero eso es distinto. No se puede presumir que la buena fe esté radicada en una parte de la sociedad, y la mala está concentrada en la otra. No puedo pensar eso, tendría que ser tonto de remate.
-¿Cómo evalúa que haya aparecido una gran cantidad de petición de perdón y arrepentimientos al cumplirse 40 años del 11 de septiembre? Desde Hernán Larraín hasta Camilo Escalona...
-Cada cual conoce su circunstancia. Desde fuera yo aplaudo eso, porque es una manera distinta de abordar la situación que hasta la fecha se circunscribe a encontrar culpables. Entonces ahí hay un elemento de generosidad que hay que exaltar.
-¿Y qué le parece que haya habido molestia en el comando de Bachelet con el «mea culpa» de Escalona?
-La descalificación me parece una ordinariez suprema. Ahí alguien va a tener que refinar un poco el espíritu. Camilo Escalona ha hecho lo que él cree que es bueno.
"Todo el mundo se benefició de la intervención militar"
-¿Cómo cree que se ha tratado el tema dentro de la Alianza? Empezando por Evelyn Matthei...
-Qué otra cosa va a hacer la candidata presidencial. Se llama como se llama y es hija de quien sabemos... Su padre fue integrante de la Junta Militar. ¿Le van a pedir ahora a Evelyn Matthei que se distancie de su padre y de toda su formación familiar? Me parecería una injusticia notable. Lo más extraño de todo es que quienes tanto la apoyaron al comienzo ahora vengan a hacerle ese reparo. No deja de sorprenderme.
-Ella dijo que no iba a pedir perdón porque tenía 20 años en 1973, y el Presidente Piñera la corrigió señalando que el problema era lo ocurrido después, y no ese año.
-Dejémoslo en puntos suspensivos... ¿Qué quiere que diga?
-Lo que piensa.
-En lugar de estar señalando con el dedo a Pedro, Juan y Diego, lo que de veras nos hace falta es que alguien o muchos asuman el discurso del orgullo nacional. Eso supone asumir, tomar la historia chilena entera. Sólo cuando esto ocurra vamos a tener abierto el futuro. La única manera de impedir que la sociedad se siga cuarteando es, precisamente, que se asuman las realidades tal cual fueron por todo el mundo y que no nos erijamos en jueces los unos de los otros. Porque todo el mundo hizo alguna contribución al desastre institucional que se inició en los '60 y que reventó el año '73.
Todo el mundo se benefició, al menos en parte, de la intervención militar. Pero el sufrimiento estuvo concentrado en un grupo que no puede perdonar por lo mucho que sufrió. Entendamos, apliquemos lo de Fuenteovejuna: cuando hay muchos responsables, siempre se quieren concentrar las culpas en unos pocos... el alcalde.
-¿En qué línea se ha llevado el debate tras las palabras del Presidente?
-Pienso que el "discurso", lo declarado y lo que puede declarar, se ha sacado de toda proporción. Este episodio ha resultado en que lo verdaderamente importante, que son las decisiones ancladas en la elección próxima, ha pasado a segundo o tercer término... Que quién va al acto, que quién no va, ¿qué es lo que puede oírse?, ¿qué van a hacer los que están obligados a quedarse en el lugar?, ¿va a haber bochornos? ¿No los va a haber?
Ese no es el tema nacional importante. En los hechos, a pesar de los esfuerzos del comando de Evelyn Matthei, al menos la campaña electoral ha perdido importancia. Un episodio ha venido a tapar lo que debieran ser las grandes decisiones.
-¿El Presidente no ha ayudado a la candidata?
-No, si tampoco creo que haya querido perjudicarla. Pero la forma en que se dio este episodio ciertamente no ha ayudado al curso de la campaña, porque además cae muy bien esto de los reproches en la dinámica de la izquierda, que apunta con el dedo en su gran mayoría.
-¿Dice que el Mandatario se ha hecho eco de la campaña de la izquierda?
-No digo tanto. Sólo muestro el resultado. Está ocurriendo lo que yo temí desde un comienzo, que entre las dos hijas de generales la gran discusión iba a ser la que se ha dado por estos días: quién responde de qué...
-Hay quienes dicen que el Jefe de Estado puso de nuevo en el tapete el discurso del Sí y el No.
-El escenario del Sí y el No lo puso la izquierda para enfrentar la elección, no lo puso el Presidente de la República. Claro que el gobierno tampoco ha ayudado a disipar eso.
-El Presidente habló también de «cómplices pasivos»...
-No tengo comentarios.
-El alcalde Pedro Sabat se preguntó si los «cómplices pasivos» "son los que como él (Piñera) se dedicaron a hacer negocios"...
-Bueno, qué duda cabe que hubo gente que se dedicó a ganar plata en el gobierno militar. Si la vida siguió, la vida económica del país no se detuvo, al contrario, cobró un nuevo impulso, se restableció el respeto por el derecho de propiedad, se orientó la economía hacia el exterior, hacia las exportaciones; se creó el sistema de fondos de capitalización de pensiones. Todo eso ha beneficiado a todo el mundo. Esto por lo demás fue luego reconfirmado por los gobiernos de la Concertación. Tuvieron realismo.
Así es que todos nos hemos beneficiado con al evolución económica... Todos seríamos cómplices entonces.
"Voy a ir" al acto en La Moneda
-¿Usted le planteó al gobierno la necesidad de no hacer el acto del día 9, debido a las dificultades que ha presentado?
-Así es, lo planteé específicamente, porque si no iba la Concertación faltaba la mitad del auditorio, y este esfuerzo de restablecimiento del orgullo nacional tiene que incluirlos a todos. Si toma la línea de restablecer la confianza en el país, óptimo (pero) si vamos a seguir en el terreno de las recriminaciones, creo yo que va a ser un esfuerzo perdido.
-¿Está de acuerdo con la crítica de que ha habido improvisación?
-Sobre los procedimientos no estoy enterado. En realidad estas invitaciones hay que hacerlas con tiempo.
-¿Y a usted cuándo lo invitaron?
-No, a mí no me ha llegado la invitación, pero puede estar por ahí en el correo.
-¿Va a ir usted?
-Sí voy a ir.
-¿Se sentará en primera fila?
-No sé si en primera fila, pero voy a ir.
Reforma al binominal: "Le cobro la palabra a nuestro gobierno"
-¿Está satisfecho con el avance de la reforma al sistema binominal?
-Sí, pero he visto que ya le están disparando desde el PPD... don Ricardo Lagos hijo quiere que esperemos hasta una nueva configuración del Parlamento. Eso me parece ilógico. Ahora están los votos desde el PS a RN, hay urgencia en hacerlo, precisamente para que no vayan a pensar en echar abajo el sistema completo. Hay gente miope que está en contra, porque no le hicieron un traje a la medida, y no me refiero al senador Lagos. Esas personas están expuestas a quedar piluchos el 18 de noviembre, y muchos de ellos están en el propio gobierno.
-¿Se mantendrá la palabra del Presidente? El se comprometió por cadena nacional.
-Yo así espero, porque el compromiso ahí fue muy elocuente. Pero le están poniendo a lo menos el embrague. La reforma es buena y debiera acelerarse su trámite. Yo en esto le cobro la palabra a nuestro gobierno.
-¿Tiene alguna sospecha de que esto se quiera «echar para atrás»?
-Tengo la evidencia que desde el gobierno no se le ha puesto el impulso necesario y no lo entiendo. Cómo no entender que hay una relación de fuerzas favorables para una reforma moderada, inteligente, y que abarca a un verdadero arcoiris de la opinión pública. ¿No es bueno eso? Si no lo creen, esperemos al 18 de noviembre y llamemos al señor Atria o a los académicos de la UDP. Ahí vamos a ver lo que es canela.