Por: lanacion.cl, Nación Domingo El conflicto laboral en Codelco sigue entrampado en una espiral de intransigencia cuya solución no se ve fácil ni cercana. Las críticas al neoliberalismo, los disparos contra la negociación interempresas y las tensiones políticas se enfrentan en una batalla en la que los subcontratados parecen ser los que menos importan.
A primera vista se observa una nueva generación, pero los trabajadores que han mantenido a la minería del cobre en vilo durante las últimas semanas son los mismos obreros de siempre: jóvenes que se ven mayores, preocupados pero decididos. Muchos apenas pasan de los 30 años y llevan casi dos décadas trabajando, la mayoría también tiene hijos y espera que ellos no dependan de una empresa contratista. Tamara, de cinco años, lo tiene claro: quiere ser "empresaria" cuando grande "y tener una oficina", no como su mamá que a los 26 años se considera una privilegiada porque gana 180 mil pesos, 40 mil más que sus compañeras auxiliares.
"Aquí hay que solucionar los problemas de fondo que son los que causan los desórdenes", dijo el viernes el ministro del Interior, Belisario Velasco. ¿Cuáles son esos problemas de fondo? Y, sobre todo, ¿cómo solucionarlos?
Desde el 25 de junio, cuando partieron las movilizaciones de los tercerizados de Codelco, cientos de trabajadores se reúnen día a día, desde las 9 de la mañana, en la sede de la Confederación de Trabajadores del Cobre en Rancagua, en el antiguo local del Sintec, ubicado en calle Alcázar 780.
El jueves último, el encuentro tenía una mirada más compleja. La noche anterior varios de ellos habían participado en el intento de bloqueo del camino del ácido y del cobre, para cumplir con el mandato de "paralizar la producción". Se veían cansados, preocupados tanto por la falta de acuerdo como por sus compañeros detenidos en la acción, que luego fueron liberados.
Allí, unos 300 "viejos" con mirada sin límite, echan la talla, juegan ajedrez, pimpón o cartas, ven las noticias en la tele o las escuchan en la radio, pero también, acorde a los tiempos, revisan Internet mientras esperan la olla común. La mayoría tiene entre 25 y 45 años, casi todos con varios hijos, y sus ingresos van del mínimo (144 mil pesos) hasta unos 350 mil. Así subsisten. Pero tienen bronca, mucha bronca por la discriminación de años, la misma que al comienzo, cuando Codelco comenzó a externalizar trabajos hace unos 20 años, los obligaba a caminar hasta la mina, invierno o verano, y compartir tres panes en 12 horas de trabajo en los socavones.
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Una historia anunciada
Para la empresa ya se entregó la oferta "definitiva y no hay más", pero la confederación y Cuevas aseguran que los trabajadores "no se pondrán de rodillas". Ambas partes, no obstante, saben que deben llegar a acuerdo y piden ayuda a la Iglesia, pública o privadamente.
En enero de 2006, luego de una movilización de casi un mes, los trabajadores contratistas de Codelco firmaron un acuerdo con la empresa para alcanzar mejoras en diferentes ámbitos que apuntaban a disminuir las diferencias entre trabajadores de planta y los tercerizados. El 6 de junio de este año se inició el congreso fundacional de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) y tras varios intentos, el 7 de junio recibieron una propuesta general de la cuprera para sentarse a conversar puntos específicos. Pero ésta fue rechazada porque, según la versión de Codelco, los dirigentes querían validarse en una movilización. Al día siguiente se fundó la multisindical, encabezada por un obrero exonerado, Cristian Cuevas, y se aprobó la "huelga".
Hablamos de trabajadores tercerizados que son contratados por empresas, a veces pequeñas, para realizar labores específicas en una empresa llamada principal o mandante. La Ley de Subcontratación estableció como centro de su espíritu que ningún trabajador que tenga dependencia directa de la empresa principal podrá seguir subcontratado y deberá ser "internalizado" por la principal, esto, independientemente de si realiza o no la misma labor que otro de planta.
El vicepresidente corporativo de Codelco, a cargo de la negociación con la CTC, Daniel Barría, reconoció en una entrevista que la empresa trabajaría con cerca de "mil quinientos" empresas contratistas, con las que mantiene unos "cuatro mil contratos". Para ello, la cuprera estatal licita, las empresas contratistas postulan y se queda con la "pega" la que gane la licitación. Se trata de contratos con plazos establecidos, por lo tanto, los trabajadores tercerizados tienen a su vez contratos de plazo fijo y nunca indefinidos. Esta condición suele hacer difícil su sindicalización y se estima que sólo un 50% por ciento de ellos pertenece a un sindicato. O sea, sólo un 50% de los tercerizados puede negociar colectivamente con sus empresas empleadoras directas, que es el mecanismo legal que tienen los trabajadores en Chile y el mundo para mejorar sus condiciones laborales. Vale la pena recordar, además, que de acuerdo a la ley sobre negociación colectiva, ésta se puede realizar en calidad de interempresas sólo cuando las partes acceden a ello.
En mayo de este año, los trabajadores forestales decidieron dar también esa pelea a través de su federación y tras varios días de conflicto, el obrero de 26 años, Rodrigo Cisterna fue asesinado por Carabineros en una violenta protesta con obstrucción de caminos en Curanilahue. El dramático hecho dio paso a una negociación con Bosques Arauco (del grupo Angelini) y la multisindical que agrupaba a permanentes y subcontratados.
Hace cinco años, en tanto, el Sindicato Interempresa Nacional del Montaje Industrial, que concentra a ocho mil 500 trabajadores, logró también un acuerdo con Codelco a través de una negociación colectiva calificada por ambas partes como exitosa.
La tensión y la falta de acuerdo en este ya más de un mes de movilizaciones de la CTC, llegó a un punto máximo esta semana luego que Codelco presentara a la opinión pública acuerdos con dos grupos de trabajadores que no estaban en el conflicto, con los cuales negoció paralelamente. Sin avances, la multisindical llamó a sus bases a "parar la producción" y se renovaron los actos de violencia tan difundidos y criticados al comienzo de la movilización.
Tras la demanda de la Federación de Trabajadores del Cobre (los de planta), dirigida por Raimundo Espinoza, para que el Gobierno asegurara el orden para que ellos pudieran llegar a sus faenas sin exponerse a acciones vandálicas, Cuevas condenó acciones de sabotaje como la que se habría producido en el descarrilamiento de un tren que transportaba material desde Andina.
Mientras, en Codelco se paralizaron faenas, también quedó estancada la fiscalización que realiza la Dirección del Trabajo respecto de la aplicación de la Ley de Subcontratación, especialmente en El Teniente, aseguró la directora, Patricia Silva.
Para la empresa que ha seguido sumando a su acuerdo a otros sindicatos en las cinco divisiones, ya se entregó la oferta "definitiva y no hay más", pero la confederación y Cuevas aseguran que los trabajadores "no se pondrán de rodillas". Ambas partes, no obstante, saben que deben llegar a acuerdo y piden ayuda a la Iglesia, pública o privadamente.
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