Con una gran concurrencia de enólogos y ejecutivos del vino se llevó a cabo en el Hotel Ritz Carlton, el Seminario Eficiencia Energética y Cambio Climático en el Sector Vitivinícola. Organizado por Los Consorcios del Vino, Vinnova S.A y Tecnovid S.A., y el Nodo Tecnológico de la Universidad Alberto Hurtado, el seminario buscó presentar los avances del sector y experiencias internacionales en este ámbito, así como impulsar el debate sobre cambio climático, analizar soluciones y estrategias de mitigación, en particular relacionadas con la eficiencia energética.
En esta ocasión se presentó el programa y nuevo Código Nacional de Sustentabilidad, un proyecto en el que comenzó trabajando viña Caliterra y la universidad de Talca, y del cual el Presidente de Wines of Chile, René Merino, definió en rueda de prensa como de gran importancia estratégica para Chile vitivinícola. Además se analizó la experiencia californiana. Y se presentó el resultado de un estudio sobre los efectos del cambio climático en la viticultura chilena y argentina. Entre los invitados internacionales estuvo John Gran, dueño de ViewCraft, empresa californiana líder en asesorías de sistemas relacionados con la protección del medio ambiente y el desarrollo sustentable. Uno de los autores del Manual de Prácticas Sustentables en Viticultura de California y desde el lanzamiento del programa en 2002 ha realizado más de 35 talleres de evaluación de Prácticas Vitícolas Sustentables en California. Y Patsy Dugger, gerente de Mercados de Agricultura y Procesamiento de Alimentos, Pacific Gas & Electric Company (PG&E). Por otro lado, entre los invitados nacionales se contó con la participación de Hugo Lavados, ministro de economía, José Guilisasti, Eduardo Chadwick, Nicola Borregaard, Yerko Moreno, Edmundo Bordeu, Gunther Klemmer, Roberto Román y Jorge Rodríguez.
René Merino, presidente de Vinos de Chile, señaló a raíz del evento que el tema de la sustentabilidad es la primera etapa de un trabajo muy largo y complejo. Y que esto tiene que ver principalmente con la responsabilidad empresarial, pues la industria entera se tiene que comprometer con el fin de que haya viñedos por muchos más años. Según acotó René Merino, el tema de la responsabilidad social y la sustentabilidad ya estaba en el chip de algunos asociados y que lo que hicieron fue desarrollarlo en base a sus experiencias. Como era el caso de El Huique, Pérez Cruz, San Pedro y Errázuriz y De Martino.
Asimismo Elena Carretero, gerente de Los Consocios del Vino (sociedad anónima desde 2006, a cargo de la implementación del Código Nacional) explicó que antes de la creación de este organismo mixto (con capitales privados y del Estado-Innova Chile) la investigación en Chile partía de las universidades, de la academia, y que sus hallazgos difícilmente llegaban a aplicaciones concretas en la industria. Hoy, por lo tanto, este trabajo se ha invertido, y las necesidades hoy van de la industria hacia las universidades para desarrollar proyectos de investigación en conjunto. Fue justamente, tratando de identificar las necesidades de la industria, explicó Carretero, que a los dos años de empezar los consorcios, empezaron a levantar las necesidades de la industria.
Estos consorcios son el brazo técnico contratado para investigar el tema de la sustentabilidad en la viñas, el que tiene que ser un motor de innovación en la empresa, viable en el tiempo, argumentó Carretero. Para esto es necesario ver las exigencias hoy día como oportunidades y adelantarse a las regulaciones. También incrementar el uso de energía limpia y renovable.
La gerente de los Consorcios destacó que la sustentabilidad en una industria como la del vino es un tema que está demasiado cerca del cuidado del medio ambiente porque es sumamente susceptible al cambio climático, pero que además es un tema mucho más global que involucra las relaciones de la empresa con su entorno social y su viabilidad económica. Considerando que los primeros efectos del cambio climático, tienen que ver con los gases invernadero, y éstos a su vez están asociados principalmente a los procesos energéticos de cada bodega, lo que se hizo, explicó Carretero, fue como Consorcio hacer un Programa de Sustentabilidad o un Código Nacional, como el que ya tienen todas las grandes industrias del mundo, incluyendo las del vino más innovadoras, como Australia, Nueva Zelandia y California.
Este Código Nacional tocará tres puntos relevantes para el medio ambiente y la eficiencia energética, y mostrará el camino para cómo enfrentarlos. "Es cómo tratas el medio ambiente, tu agua, tu suelo, tu personal, y ese comportamiento lo mides una vez al año, luego ese resultado llevado a una escala se certifica" explicó Carretero. Una segunda línea del proyecto fue poder avanzar en investigaciones reales, que toca el mismo Código, como es la Eficiencia Energética.
El fin de este nuevo Código, cuya aplicación en la industria del vino chileno no es obligatorio, al menos por ahora, es que lograr ir sumando a todas las viñas de Chile, 89 en total, y como punto de partida las que conforman ya Wines of Chile. La segunda línea de investigación para desarrollar el Código se enfocó en el Responsabilidad Social Empresarial, una necesidad que surgió desde la oficina de ProChile en Suecia, porque empezaron a pedir los reportes de las empresas, y vieron que sólo había un pequeño puñado de ellas incorporándolos a sus balances anuales, siguiendo estándares internacionales. Según explicó Carretero, una guía metodológica, tan clara como la de Código de Sustentabilidad será muy pronto presentada a la industria del vino.
Carretero también señaló que uno de los grandes problemas que enfrentan las empresas es cómo se certifican y que para ello éstas necesitan tener una data midiendo las empresas, además de un manual para ver los procesos energéticos. Carretero agregó que "sabemos que no somos los que más contaminamos, pero como somos el único producto que llega al consumidor final con etiqueta se nos está exigiendo de los primeros". Además esta alternativa genera imagen país, pues ni la fruta ni el salmón llegan etiquetados a la mesa.
Por otra parte, John Gran, líder en asesorías de sistemas relacionados con la protección del medio ambiente, señaló que la viticultura sustentable es ser sensible con el ambiente y responder a las necesidades de éste. Para ello es necesario reducir los insumos innecesarios. Según un estudio, dijo, lo que más temen las empresas vitícolas es poner en peligro la marca y la reputación. La sustentabilidad es una dirección y no un destino, como proceso continuo. Similar a los programas de calidad como ISO 9000.
Pero ¿Por qué la Sustentabilidad es tan importante para las Viñas? John Gran aseguró que porque mejora las eficiencias operacionales, satisface los requerimientos emergentes de los guardianes (gatekeepers), porque cumple y excede las nuevas expectativas de los clientes, establece posición de mercado antes que la competencia, protege y aumenta la reputación de la marca y además porque es bueno para el planeta, para la gente y para las utilidades.
Gran también contó que los principales puntos del programa californiano tienen que ver con educar a las empresas, con la autoevaluación y con implementar planes de acción. También un punto importante es cambiar la percepción de las empresas, pues siempre se piensa en el gasto energético en precios y no en su gasto de consumo. Ellos, en su sistema, establecieron una visión voluntaria y no obligatoria para la industria. Su plan de acción tiene que ver con integrar la educación y reevaluar operaciones de acuerdo al avance. Hacer talleres. Incluso han implementado una guía de agua para su mejor uso, una guía de riesgos en la sustentabilidad y un programa de certificación.
Por su parte, Yerko Moreno, Comité Técnico Consorcios del Vino Vinnova S.A. y Tecnovid, en su exposición se refirió al contexto del Código de Sustentabilidad para la industria del vino, el cual está basado en el programa californiano, de Sudáfrica, Nueva Zelandia y en lo que hasta ahora han hecho las viñas Errázuriz y Caliterra, pioneras en este tema. La primera parte del Código está desarrollado en la viticultura. Y su primer desafío es maximizar la producción de la fruta y el vino a un costo razonablemente bajo con el fin de mantener la rentabilidad. Otro punto es mejorar la eficiencia del sistema productivo. Disminuir el uso de insumos y optimizar la mano de obra. Proteger el medio ambiente y los recursos humanos. En éste también se tocan ítems sobre la producción orgánica y biodinámica. Los objetivos del programa de sustentabilidad son reconocer a la industria del vino como un sistema completo. Por esto los principales puntos del programa son la trazabilidad del viñedo a la botella, el progreso se puede cuantificar y medir. Basar normas en consenso pero basado en la ciencia. Prohibiciones y requerimientos, prácticas de manejo amistosos con el medio ambiente. Sistema que considera evaluación, certificación independiente, realizada por un tercero. Aquí los participantes son evaluados en todos los ítems pero no están obligados a hacerlo bien en todo para aprobar. Ya que se promueve un proceso de mejora continua.
Yerko Moreno comentó que en el Código existen 3 capítulos: El capítulo, verde que se enfoca en prácticas de viticultura, manejo de follaje y riego, entre otros. El capítulo rojo, que tiene que ver con todo lo que está al interior de la bodega, oficinas y alrededores. Y el capítulo naranja, que tiene relación con la sociedad. Con las emisiones de gas y la relación de los recursos humanos. En el caso del pesticidas se estimula el control biológico y productos de etiqueta verde. Y la medición del consumo del agua.
En la ocasión, Yerko Moreno entregó los resultados de una auditoría que se le hizo a 31 empresas en los valles de Aconcagua, Casablanca, Maipo, Colchagua y Maule. En el manejo de agroquímicos hubo 90 puntos. Todas las viñas auditadas cumplen con lo mínimo legal. En la gestión de residuos sólidos hubo un máximo de 20 puntos y un mínimo de 7 puntos. En el uso de las energías y combustibles hubo menores puntajes. Aquí, dijo, hay más trabajo por hacer. En manejo y control de erosión hubo un máximo de puntaje en viñedos en cerro y un mínimo en suelos erosionados. Como resultado la empresa con menor puntaje fue de 47 y el de mayor fue de 120 puntos. En los pasos futuros pretenden completar la revisión del capítulo rojo y naranja, presentar un proyecto a Corfo para financiar el programa. Elaborar un manual de trabajo para la autoevaluación del productor y armar un equipo de trabajo en los valles.
También, en la ocasión el embajador británico, Howard Drake, presentó un estudio, elaborado junto con la empresa Price Waterhouse Coopers sobre el impacto y medidas de adaptación en un escenario de calentamiento global hacia el 2050. El estudio, aún en curso, se concentró entre los valles de la Cuarta y la Octava Región. Y se pudo concluir que desde 1900 al 2000 a habido una disminución de un 40% en lluvias, cambios de temperatura, reducciones de masas de nieve, impacto en el vino, en su color, acidez, maduración más temprana, etc. Javier Obach, ejecutivo de Price Waterhouse Coopers, señaló que cada vez habrá menos viñas de secano y habrá intensificación de efectos del niño y la niña. Y estimó que entre el 2050 al 2100 habrá disminución en las cosechas, cambio en productividad de la viña, desplazamiento de cultivos al sur y cambios de fecha en cosechas. Entre las principales medidas está promover la energía renovable, realizar más investigaciones de las napas subterráneas e incorporar un costo de agua en procesos productivos.
Tras la primera mesa moderadora Eduardo Chadwick, gerente general de viña Errázuriz, señaló que el objetivo de todo esto es darle un valor agregado a la industria y vivir mejor en el país, además de bajar costos y reducir emisiones. Por otra parte, José Guilisasti, gerente agrícola de VOE, aseguró que se necesita un cambio y educar respecto a este tema. Para esto es necesario hacer autoría energética. Pablo Morandé, presidente de viña Morandé y director de Consorcios del Vino Vinnova S.A y Tecnovid, precisó que hay que centrarse en el buen uso del agua porque hay muchas alternativas y sistemas de conducción más acordes. Patricio Midletton, presidente de Tecnovid, se refirió al uso adecuado de manejo de rieles. Y dijo que la sustentabilidad también es economía y que es un buen negocio cuidar el medio ambiente.
En la oportunidad también se expuso sobre los resultados del proyecto ya realizado por el Nodo sobre eficiencia energética en la industria y se presentaron casos de la industria californiana. Además se analizó el Protocolo de Cálculo de Huella de Carbono del Vino, entre otros. El seminario se presentó como una gran instancia para adquirir herramientas en estos relevantes temas que puedan ser adoptados por el sector.
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