Bernardita Aguirre Pascal "Pagué $3,4 millones por una semana que mi mamá estuvo hospitalizada en la clínica Indisa. Sabía que saldría mucho, porque se atendió particular, pero me llamaron la atención los medicamentos. Coticé en farmacias y en empresas que venden insumos para las clínicas, y costaban casi la mitad", cuenta Isabel Oyarce.
El establecimiento de salud respondió frente a su reclamo que "los precios de medicamentos se ajustan a una política de precios de mercado de las clínicas que involucran otros costos, como disponibilidad/stock, recursos humanos, almacenamiento, cadena de frío y control de manipulación".
Insatisfecha, Isabel reclamó al Sernac, desde donde le respondieron que su mediación era voluntaria y no había tenido éxito.
Ella se quedó sola, con una cuenta millonaria, y únicamente pudo descargar su rabia en Reclamos.cl para que a otros no les pase lo mismo. Pero pasa.
"Uno entra en una especie de laberinto. Me sentí con una desinformación tremenda", dice Carlos Díaz, quien en abril entró a la urgencia de la clínica Vespucio, porque se le incrustó una astilla en el dedo y como es diabético prefirió que lo atendieran ahí. Terminó pagando $145.350.
"Al entrar dije en el mesón que quería pagar lo que salía en el cartel, pero me dijeron que no, porque habría insumos extras y había que firmar un pagaré", relata Carlos, quien firmó.
"Entré, un médico me preguntó qué me pasaba, él llamó a un cirujano que me cambió a otra sala, donde me sacaron la astilla con una pinza. Cuando vi la cuenta no lo podía creer".
En clínica Vespucio explican que los precios de urgencia sólo comprenden la prestación médica y/o de enfermería inicial. En el caso de Carlos cobraron $32.180 por la urgencia, $37.120 por el cirujano, más $29.880 por el procedimiento que hizo el cirujano; $40.170 por el uso de la sala de procedimiento, más $2.988 por la anestesia y $3.012 por los insumos y medicamentos: una jeringa, aguja, guante, lidocaína (anestésico), gaza y venda.
Problemas de cobros como los de Isabel y Carlos concentran los presentados este año en Reclamos.cl, Sernac y Línea Directa.
Si bien quienes van a una clínica privada saben que tendrán que pagar, que si no tienen cobertura de isapre o Fonasa será más y que hay establecimientos más caros que otros, hay oportunidades en que se encuentran con cobros que no imaginaron.
Muchos pacientes se sienten desamparados, pues el Sernac hace una mediación que es voluntaria y la Superintendencia de Salud no ve reclamos por cobros en las clínicas.
Es más, en mayo de 2009, ambas entidades anunciaron que harían un estudio de los precios que cobran hospitales y clínicas privadas, paso previo para hacer un "cotizador".
Pero el estudio no arrojó resultados porque eran tanta la complejidad del sistema de cobros de las clínicas, que no se podía establecer un precio único por prestación en cada establecimiento.
En las clínicas los pacientes se rascan con sus propias uñas.
Pero tienen derecho a conocer los precios de las atenciones y de los medicamentos. Éstos deben estar a la vista en la urgencia o impresos a disposición del público y es responsabilidad del paciente o su acompañante preguntar acerca de ellos.
La urgencia
Andrés también sufrió el problema en la urgencia del hospital Militar cuando llevó a su hijo con una quemadura en la mano. Salió con una cuenta de casi $200 mil.
"Me cobraron una curación en el pabellón de quemados por $169.648, y mi hijo nunca estuvo en un pabellón; si sólo le pusieron suero, gasa y una venda", dice. Con el respaldo de la cuenta de los insumos queda claro que no hubo intervención.
Él reclamó en la clínica, pero le dijeron que era lo que correspondía.
Sin embargo, luego del llamado de "El Mercurio", el hospital Militar detectó un "error administrativo al ingresar el código de la curación", e incluso ofrecieron a la familia refacturar los cobros.
El establecimiento agregó que hasta hoy no tenían publicados los precios en urgencia, pero "al detectar esta deficiencia se han tomado las medidas para publicarlos".
El problema de los códigos también afectó a Héctor Briones en la clínica Dávila.
"Me atendieron muy bien, pero catalogaron la herida de mi hija con un código Fonasa de herida grave, cuando era simple. La diferencia en dinero es abismante: $148 mil versus $40 mil. Reclamé, y en una auditoría interna de la clínica me señalaron que estaba correcto, ya que, según sus protocolos, las heridas cerca del ojo y del labio son complicadas. Pero eso no dice la descripción de códigos de Fonasa", reclama Briones.
En clínica Dávila dicen que la herida era de alto riesgo y que correspondía cobrar una curación incluso más cara, pero el médico optó por la que tenía el código de Fonasa por $148 mil, porque "representaba el de menor costo para el paciente".
Es decir, por una misma curación se pueden usar hasta tres códigos distintos, y dependerá del médico cuál se le aplicará al paciente.
Abultan la cuenta
"No hay control. En un paciente normal con un trauma te puedes manejar con dos curaciones. Por qué aparecen cinco o por qué aparecen interconsultas que, en algunos casos no se justifican. Te pueden inflar la cuenta como quieren. No existe un protocolo. En estas materias existen equipos serios y otros no", señala el diputado y doctor Enrique Accorsi.
El también médico parlamentario Juan Luis Castro aclara que con el acceso a pabellón pasan problemas similares a los de urgencia, donde nadie sabe qué incluye y los precios son variables.
"En algunas clínicas incluye sólo la entrada al pabellón, en otras incluye el acceso, más medicamentos que se usan en la operación, y en otros también incluye la arsenalera".
Castro y Accorsi hicieron un llamado a que el Sernac tome cartas en salud con un mayor rol fiscalizador, para lo cual están en conversaciones con el departamento jurídico de la entidad.
$145.350 le cobraron a Carlos por extraerle una astilla del dedo en la Clínica Vespucio. La institución lo justifica porque lo atendió un cirujano.
$199.923 pagó Andrés por una curación de quemadura simple en el Hospital Militar. La entidad reconoció un error administrativo.
Remedios cuestan hasta seis veces lo que valen en farmacias si se compara su valor unitario "El tema de los medicamentos es un robo a mano armada. Ellos los compran a 10 y te lo venden a 100. Falta de regulación. Nosotros quisimos ponerlo en la ley de medicamentos, y no entró", explica el diputado Enrique Accorsi.
Coincide el parlamentario Juan Luis Castro, quien dice que "las clínicas a veces cobran la caja entera, y se usaron dos comprimidos; abren varios paquetes de algodón, y los cobran todos, y los valores siempre son superiores a la farmacia".
El tema ha mejorado: hoy el cobro es unitario y tanto en clínica Indisa como Santa María publican los valores de los fármacos e insumos, pero aclaran que los pacientes no pueden traerlos de fuera.
La Fiscalía Nacional Económica está investigando a las clínicas por cobros abusivos de medicamentos y reconoció que hay listas de precios a disposición del público pero que ésta no es una medida óptima para minimizar el riesgo de abuso porque los pacientes están cautivos.
En la clínica Santa María, una paciente pagó por un omeprazol seis veces lo que vale en la farmacia Cruz Verde.
En el establecimiento explicaron que "el arsenal terapéutico de una clínica es muy diferente al disponible para venta en farmacias". Esto incide en diferentes condiciones de negociación ante proveedores que se refleja en costos de compra mayores.
Agregan que para administrar el medicamento en dosis unitarias, la clínica debe incurrir en costos adicionales.
Jorge Soto siente que pagó de más en clínica Cordillera. Le pusieron un coagulante que se llama Espercil por el que la clínica le cobró $25.014, casi el doble que farmacias Ahumada, donde vale $12.567.
Además, en este centro asistencial los insumos usados en la atención de Jorge cuestan más caros que en otras clínicas. Por ejemplo, los apósitos cuestan $536 cada uno y los mismos en la clínica Las Condes vale $246 cada uno y en la clínica Santa María $237.
El director médico de la clínica Cordillera, doctor Ricardo Felip aclara que el "Espercil no se encuentra por menos de $31.000 en farmacias, dado que es necesario comprar la unidad de tres ampollas, y no sólo una, como se requería en este caso, a lo que habría que agregar el valor de su administración".
Respecto a la comparación de precios, agrega que "el valor de los insumos puede ser variable de acuerdo a los procesos de cada establecimiento", pero que los aranceles deben ser comparados desde un punto de vista global, donde clínica Cordillera está por debajo de otras clínicas.