La XIX Cumbre Iberoamericana finalizó el martes con una apuesta por la innovación y la tecnología, discrepancias sobre las elecciones en Honduras y la ausencia en la sesión de clausura de los mandatarios de diez de los 22 países que la forman. Los jefes de Estado y de Gobierno de América Latina, España, Portugal y Andorra aprobaron la Declaración final de la cumbre, de 33 puntos, que establece que la innovación y el conocimiento, ejes centrales de esta cumbre, son instrumentos fundamentales para "erradicar la pobreza, combatir el hambre y mejorar la salud". El secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, dijo que la reunión "ha dado respuestas a la necesidad de promover la innovación tecnológica" y destacó algunas de las iniciativas que han sido aprobadas, como el acuerdo para la creación de un foro bianual sobre ciencia y tecnología. Iglesias hizo un balance muy positivo de la cumbre y valoró de forma especial que también haya habido acuerdo para pedir un aumento del capital del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entidad que él presidió, pues se potenciará así la capacidad de financiación de ese organismo en favor de América Latina. Un punto en el que no hubo consenso fue la iniciativa Iberoamérica Innova, impulsado por España, Brasil y Portugal y dirigida a reforzar la cooperación en investigación aplicada e innovación tecnológica, sobre todo entre las pequeñas y medianas empresas, que no llegó a ser aprobado. Sin embargo, Iberoamérica sí se comprometió a la "promoción" de un programa de innovación tecnológica y aplicada en el mismo sentido de la propuesta. En su balance de la cumbre, Iglesias explicó que asuntos que no estaban en la agenda formal ocuparon parte de las discusiones y citó entre ellos las perspectivas de la comunidad de cara a la Cumbre sobre Cambio Climático que se celebrará en Copenhague. "Ese tema no podía ser ignorado y se concertaron muchos puntos de vista", dijo. Entre los comunicados aprobados en la cumbre, uno considera que es "imprescindible" fortalecer el apoyo financiero y tecnológico de los países en vías de desarrollo para que puedan combatir el cambio climático. Según los países iberoamericanos, los esfuerzos para mitigar los efectos negativos del cambio climático deben apoyarse en "flujos financieros internacionales nuevos, adicionales, suficientes y previsibles". Otro asunto que no estaba en la agenda formal era la situación política en Honduras tras la crisis generada por el golpe de Estado que, el pasado 28 de junio, derrocó al presidente Manuel Zelaya. La inauguración de la cumbre el domingo coincidió con la polémica elección celebrada en ese país, cuya legitimidad generó los más acalorados debates de la cita de Estoril. Pese a las diferencias que hay entre los países iberoamericanos en el sentido de reconocer o no esas elecciones, que impidieron una declaración conjunta, los mandatarios respaldaron un comunicado de la Presidencia portuguesa, que condena el golpe y apoya trabajar para una solución que permita un diálogo nacional. El comunicado no hace alusión a las elecciones, pero aun así el primer ministro portugués, José Sócrates, sostuvo que el texto "es una victoria de la cumbre", porque "al inicio (del encuentro) las cosas estaban peor de lo que están ahora" en relación al consenso. En la cumbre no estuvieron presentes, por diferentes motivos, los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Cuba, Raúl Castro; Guatemala, Alvaro Colom; Nicaragua, Daniel Ortega; Paraguay, Fernando Lugo; Uruguay, Tabaré Vázquez; y Venezuela, Hugo Chávez. En el momento de celebrarse hoy la sesión de clausura, ya se habían marchado el ecuatoriano Rafael Correa y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, por lo que sólo estuvieron presentes los mandatarios de diez de los 22 países. Enrique Iglesias le restó importancia a las ausencias y dijo que aunque "muchas veces las cumbres se miran en forma aritmética" y se valoran en función de "cuántos comparecen o no comparecen", lo real es que en la cita de Portugal estuvieron representados "todos los gobiernos" de los países iberoamericanos. En 2010, la XX Cumbre Iberoamericana se celebrará en Argentina, que ha escogido como sede el balneario de Mar del Plata, a unos 400 kilómetros de Buenos Aires, y según ha ratificado hoy la presidenta Cristina Fernández, tendrá como asuntos centrales el desarrollo y la igualdad de oportunidades. |