Dove realizó a nivel mundial y local una investigación acerca de la belleza, la más grande hasta el momento.
En Argentina, la consultora de investigación y tendencias Trendsity estuvo a cargo de la profundización local de este estudio.
En el mundo, participaron 10 países y 3300 mujeres. En este estudio Dove propone un camino inspirador y no un deber ser al que hay que plegarse.
La consigna de la marca
"Celebremos el Poder de la Belleza Real" es una invitación empática y optimista, a cambiar la propia mirada y cosechar el poder de la belleza en la vida.
Y decodificar la belleza como felicidad, o sea, como todo aquello que nos hace bien.
El 73% de las argentinas aspira a encontrar su propia definición de belleza y mantener un estilo personal antes de seguir un modelo impuesto.
Por la visión integral
"Esta belleza real se ha transformado paulatinamente en una belleza integral que involucra nuevas dimensiones como la trascendencia, la autonomía, la sensación de libertad, la confianza, la seguridad, la plenitud, el despliegue del propio potencial y el desarrollo de mejores vínculos, sin resignar la satisfacción y el impacto positivo que genera encontrarse con una buena imagen de sí mismas frente al espejo", sostiene Ximena Díaz Alarcón, Directora de Trendsity.
Dos modelos
El desarrollo local arrojó además datos concretos de cómo la belleza trascendente es la que otorga verdadera libertad para vincularse positivamente con el mundo, cómo conviven el Modelo Monolítico de belleza (superficial, acartonado, masivo) vs el Modelo Plural (integral, profundo, fresco, trascendente).
Belleza como felicidad
A nivel global, se admite que pasar tiempo con la familia y amigos (80%) y tener buenas relaciones con las personas importantes para las mujeres (79%) son claves para sentirse felices todos los días.
En el caso de las argentinas, más de la mitad admiten que realizar un esfuerzo para lucir mejor las hace sentir más felices (58%).
Un círculo positivo
Alcanzar el potencial de belleza se identifica como el camino para lograr un impacto mayor y crear un círculo virtuoso, en donde el cuidado de una misma sea una herramienta para celebrar y proponer múltiples logros, además de la capacidad femenina de hacer (no maníacamente sino por elección).
El 74% de las mujeres argentinas (el 72% a nivel global) cree que las mujeres más bellas son aquellas que sacan lo mejor posible de lo que tienen.
En esta línea, la filósofa Paola Delbosco reflexiona:
"Una mujer segura de su personalidad no pretende ser nada más que ella misma y no trata de dominar o ser predominante en el espacio. Descubre que para cada una hay un lugar en el mundo, y que cuando hay generosidad siempre hay lugar."
Según la experiencia de las mujeres que participaron del estudio cualitativo, una persona que se siente a gusto con su imagen, que se lleva bien con lo que es y lo que ha logrado, tiene un mejor trato con el entorno y obtiene una devolución consecuente.
Así lo expresó María, 40 años, diseñadora, una de las mujeres consultadas en el estudio:
"Si me levanté radiante no discuto con mis hijas, no discuto con mi marido, hago una rica comida, si a las nenas chiquitas no le gustó... le hago otra comida, estás bien predispuesta y ellas me dicen que soy la mamá más linda".
Si cada quien se encuentra cómodo con quién es, logra un mejor humor, predisposición, tolerancia, luz, optimismo, alegría, creatividad, contagiando a los otros ganas de actuar de igual modo.
En este sentido, y en un contexto donde las personas son conminadas a cuidarse y hacerse responsable por sus recursos (físicos, intelectuales, patrimoniales e incluso planetarios), cuidar la belleza interior y exterior se convierte en un valor social y humano, signo de compromiso con uno mismo y también con el otro.
Lo bello del círculo virtuoso
La investigación muestra cómo se ofrece una visión más sensible de belleza: una belleza plural, profunda, con densidad, en línea con los valores actuales de disfrute cotidiano, espontaneidad, autovaloración, vitalidad y preservación.
Este nuevo poder integral de la belleza reconoce y celebra lo singular, los matices, la identidad respecto de los demás y a través del tiempo.
Una belleza que sabe que de poco sirve un músculo tonificado sin una personalidad tonificada, como tampoco sirve el color de ojos más lindo si en la mirada no hay luz.
"Para celebrar el poder de esta belleza integral, lanzamos el libro Iluminá tu Belleza, con reflexiones, citas de escritores y películas, pequeños tests y cuestionarios y la historia de 11 mujeres luminosas -desde Patti Smith hasta Silvina Ocampo- que funcionan como guía y fuente de inspiración para que las mujeres la contagien a quienes las rodean", sostuvo Mercedes Kaminker, Brand Manager de Dove en Argentina.
En este sentido, la belleza, para las mujeres argentinas, no solamente está relacionada con su aspecto exterior.
Un 75% admite que la belleza se puede alcanzar a través de atributos que nada tienen que ver con la apariencia.
En consecuencia, sólo un 2% se siente a gusto utilizando la palabra "bella" para describir su apariencia, y se sienten más cómodas con la palabra "natural" (36%).
La belleza entendida en este sentido (real, sensible, integral) se convierte en motor de un círculo virtuoso: sentirse bien con la imagen en el espejo, infunde autovaloración y sensación de pequeñas conquistas y misiones cumplidas.
En este sentido, a nivel global, un 73% de mujeres admite que sentirse segura respecto de su apariencia es importante para sentirse feliz. En palabras de las mujeres indagadas en este estudio: "la belleza exterior traspasa al interior".
Por otra parte, el 74% de las mujeres argentinas cree que hacer las cosas que aman (83%), sentirse amadas (82%), gustarse al mirarse al espejo (72%) y ocuparse de ellas mismas (71%) son algunas de las cosas que las hacen sentir más bellas, más felices.
En coincidencia, para las mujeres que participaron de la investigación cualitativa, ser bella es lograr una "comodidad interior", sentirse a gusto consigo misma y el entorno, realizada y con capacidad de seguir proyectándose.
Cuidar de si, la cara más bella de la belleza
Las rutinas de embellecimiento y cuidado son dosis cotidianas de placer, diálogo sensorial y encuentro con una misma.
El beneficio no se vincula sólo con el efecto, sino también con disfrutar el proceso.
El 50% de las mujeres a nivel global encuentran placentero el proceso de ocuparse de ellas mismas, mientras que el 63% expresa sentirse mejor cuando se preocupa por y se ocupa de su apariencia.
La tendencia no se lleva bien con los productos de belleza que "tapen" o inhiban lo natural, sino con aquellos que logren una expresión más sana y esencial de lo natural.
"Dove cuida a la mujer para que siempre se sienta lista: lista para peinarse, para ponerse lo que quiera, para aprovechar cualquier ocasión imprevista, como una página en blanco preparada para que cada una escriba la historia que desee protagonizar", afirma Mercedes Kaminker.
El 6o% de mujeres argentinas (61% a nivel global) busca soluciones simples que las ayuden a sentirse más bellas.
No quieren que las soluciones se transformen en nuevos problemas o agentes de malestar, sino que valoran sentirse aliviadas y confortables con las mismas.
El tiempo dedicado a estas prácticas tiende a parecer suficiente y satisfactorio: más de la mitad (53%) de las mujeres argentinas dice estar satisfecha con sus rutinas actuales de belleza, y muchas de ellas (61%) mencionan que su rutina de belleza les toma veinte minutos.
Las mujeres consultadas coinciden en afirmar que sólo las prácticas de belleza de las que disfrutan logran instalarse como hábitos y por ende dan resultado.
Pero no sólo por habituales resultan más efectivas: entienden que aquello que hace bien, es mejor recibido por el organismo, mientras que el cuerpo naturalmente "se cierra" ante prácticas de belleza agresivas y poco respetuosas de los tiempos, las sensaciones y la naturaleza orgánica.