No tenemos la culpa. No nos han enseñado a coleccionar España el coleccionismo se asocia con dos perfiles: El ricachón excéntrico y el excéntrico meticuloso. Al primero le llamamos familiarmente ”Snob” al segundo desde hace más o menos 20 años: “Friki”, adaptación simplona del Freak yanki (monstruo, rareza, chiflado, anormal…).
En ambos casos nada bueno y en fin, y para que engañarnos, no nos gusta que nos señalen con el dedo acusador y excluyente (eso si es nuestro: criticar y poner Sambenitos inquisitoriales)
Algunos dirán que es cosa del clima, es decir que estamos todo el día en la calle tomando cañas inmemoriales más que en casa conservando artesanías; Otros que si es caro, sin tener en cuenta que la entrada de fútbol, cenita y copas de cada fin de semana sube lo suyo, cuando no el fin de semana en hotel rural con bicis; Otros “Pa qué”, bueno a estos ni les interesa esto ni nada…y los recalcitrantes argumentarán que si es cosa de herejes protestantes. Volvemos a la primera casilla. Esto por supuesto en una situación económica normal para entendernos…Y por supuesto no a todos nos tiene porque gustar coleccionar.
Faltaría más Nuestros homólogos europeos: Los PIGS (aquí faltan los Franceses del sur, no lo olviden), también están todo el día en la calle, también están en crisis y también son de tradición católica, menos los griegos.
Eran turcos hasta 1821, por lo que se quedan fuera de todo esto. Pero como decía nuestros colegas del Sur sí han sabido ser coleccionistas. A los expertos se nos ocurren varias respuestas a esta situación dispar. Unas de tipo histórico y otras sociales. Empecemos con las históricas: No hemos tenido referentes sociales de coleccionismo. Me explico.
En la Europa renacentista, la realeza y nobleza demás de partirse la crisma, también tuvieron la sensibilidad (o el buen ojo comercial) de fomentar las artes, recogiendo el relevo de la intensa labor realizada por la Iglesia Católica durante los años negros el medievo y que en sus conventos e iglesias acogieron y potenciaron todas las manifestaciones artísticas. TODAS.
Estos y aquellos fueron los mecenas de las Artes. La aristocracia y la pujante burguesía queriendo imitarles y con el verdadero poder económico continuaron con esta labor que culmina en la Ilustración.
Una vez superadas las monarquías absolutas a finales del XIX hay un florecimiento de las artes aplicadas y del diseño Industrial a través del Art Nouveau en todas las acepciones nacionales, ya que se dio en toda Europa y Norteamérica. ¿Y en la Celtiberia? ¿Tuvimos realeza y nobleza? Sí. ¿Tuvimos Iglesia y aristocracia?. También. Unos guerreaban como sus homólogos europeos y tampoco les interesaba mucho más. Los otros se ocuparon de acumular tierras y explotarlas y la única que mantuvo la lama viva del arte fue la Iglesia, pero claro con una “línea editorial” e ideológica muy clara y al final fue la ganadora. La nobleza se amparaba en la iglesia y la Iglesia se fortalecía con la nobleza ¿Tuvimos burguesía? Pues no.
A nuestra burguesía por excelencia la expulsamos en 1492 y los quemamos hasta el siglo XVIII , y de Ilustración mejor ni hablar. No tuvimos una burguesía liberal y promotora de las artes y en cuanto a la clase media, evolucionamos demasiado rápido de la alpargata al 600, si pasar por las variedades de calzado o bicicleta. Esto es más largo y complejo, así que no me acusen de simplicista, pero para que se hagan una idea…
Como motivo socio cultural, algunos especialistas coincidimos en que la clase media española es eminentemente migratoria y los llamados “espacios habitables” son cada vez más pequeños y las colecciones suelen reclamar tamaño. Nuestra marujita es dramáticamente práctica a la hora de mudarse y una colección debe ser ampliada y conservada Eso es poco funcional. ¡Trastos y cachivaches!.
Pero no, tampoco en esto somos muy diferentes a nuestros convecinos comunitarios. Ellos viven de alquiler en un 80% (nosotros en un 25%). Sus casas no son más grandes que las nuestras y sus marujitas reivindican igual que aquí: ¡¡Si no fuera por mi, os cubría la mierda!! (con estas mismas palabras y sentido pero en lenguas oficiales comunitarias…) Hablamos de coleccionismo y lo asociamos invariablemente al arte. Otra deformación lingüística sajona.
Aparte del coleccionismo de obras de arte, están las llamadas artes aplicadas, y que forman nuestro patrimonio artístico cultural colectivo. ¡No se me asusten! Y esto, ni lo hemos entendido, ni respetado ni conservado…Habiendo sido España cuna de los mejores artesanos, herederos de las culturas más refinadas y proveedores de las mejores materias primas ¿Por qué?. Otra vez de fuera nos enseñan de que va o puede ir esto del coleccionismo. Infinidad de programas sobre casas de empeño didácticas, trasteros de Ali Babá, restauradores rockabillies, subasteros imposibles, y la pregunta que surge o que nos plantean a los Peritos Tasadores es ¿Y por qué aquí no pasa lo mismo si tenemos más cosas e historia que ellos?.
Coleccionar implica ser ordenado, investigar, educarse, ser metódico y cuando se puede, adquirir ese objeto o pieza que nos falta. En algunos casos serán valiosos y otras veces no tendrán valor, pero no dicen como somos y de donde venimos. Este es nuestro problema. No sabemos o hemos perdido estas cualidades.
Y lo peor. Desde el punto de vista crematístico (económico), no les damos valor o no sabemos como ponerlos en valor, por lo que su precio en nuestros mercados locales y nacionales son ridículos. Pues por eso. Porque semos unos animalicos…
Jorge Llopis Planas Presidente de CEPTAPA (Consejo Español de Peritos Tasadores de Arte y Patrimonio Artístico) Tasador en Arte y Antigüedades Perito Judicial en Antigüedades www.arstasante.com