DOS REUNIONES marcaron la agenda de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) en el último mes, y con apenas una semana de diferencia. En ambas, los principales gremios empresariales del país escucharon los planteamientos de las cartas presidenciales de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, y de la Alianza, Evelyn Matthei, las candidatas con más posibilidades, según las encuestas, en las elecciones de noviembre. Y aunque en ninguna de las dos citas se hablaron temas en detalle, sí afloraron las preocupaciones de los empresarios en materia energética y tributaria.
Pero más allá de eso, el presidente de la CPC, Andrés Santa Cruz, asegura que tanto antes como después de los encuentros el ánimo a nivel empresarial es de tranquilidad, porque "creemos que el país ha definido un camino de progreso probado" y no se debe reaccionar con nerviosismo ante anuncios puntuales, sino esperar a ver los programas definitivos. "Sabemos que las propuestas que se hacen en las pre campañas y en las campañas van cambiando", sostiene.
¿Con quién fue más fluida la conversación: con Michelle Bachelet o con Evelyn Matthei?
En la reunión con Michelle Bachelet nos dirigimos a ella como ex Presidenta, por un tema de formalismos. En el caso de Evelyn Matthei... fue compañera mía en la universidad, a muchos les tocó relacionarse con ella cuando fue parlamentaria y ministra.
¿Y con cuál se sintió más cómodo?
Me sentí comodísimo con las dos. Fue una comunicación franca, abierta, en la que todo el mundo pudo hablar. En las visiones de los desafíos, casi todos concordamos con Bachelet, pero en la forma de abordarlos, tenemos algunas diferencias.
¿Qué impresión se llevó de ambas?
Mi impresión es que estamos frente a dos buenas candidatas, serias, con una auténtica preocupación por Chile y su futuro. Nos pareció que sus planteamientos y visiones sobre los desafíos del país son coincidentes: destacaría de las dos la concordancia en situar al crecimiento como preocupación fundamental. En ese sentido, somos optimistas.
¿Cómo definiría el ambiente en el empresariado después de estas reuniones?
Los empresarios siempre estamos tranquilos, porque creemos que el país, en general, ha definido un camino de progreso probado. Y todos concuerdan en preservar los equilibrios macroeconómicos que posibilitan que el país, el empleo y las remuneraciones crezcan. En ningún momento hemos estado ni muy inquietos ni temerosos. Para nada. Sabemos que las propuestas que se hacen en las pre campañas y en las campañas van cambiando. Pero no somos comentaristas políticos y no nos vamos a poner nerviosos por un anuncio más o un anuncio menos. Queremos ver los programas definitivos y las posiciones oficiales de las candidaturas definitivas.
¿Pero hay un mejor estado de ánimo o persisten temas que los preocupan?
En este país la gente cambia de estado de ánimo por una declaración puntual y eso pasa en todo orden de cosas. Cuando ganamos un partido, somos los mejores del mundo; cuando perdemos, hay que echar al entrenador y cambiar todo. En el caso nuestro por suerte no tenemos, hasta ahora, esos altibajos anímicos. Yo creo que hay que hacer tranquilamente los análisis, mirar los contextos generales, ver si las cosas que se dijeron hoy día se mantienen o no mañana. Sí nos habría preocupado que algunas de las cosas que veíamos se dijera que se iban a realizar.
¿Como cuáles?
Si viéramos que la Asamblea Constituyente es una posibilidad real, sin ninguna duda sería para nosotros un signo de inquietud. A mi juicio, eso trae inestabilidad y una doble incertidumbre, primero sobre quiénes se van a erigir como nuestros representantes, y segundo sobre qué tipo de institucionalidad se pretende crear.
¿Están ciertos de que eso no va a ocurrir? ¿Bachelet se los aseguró?
El tema no estuvo en la reunión y no estuvo porque nosotros no lo preguntamos, quizás porque hemos visto señales de que los cambios se van a hacer dentro de la institucionalidad.
La inquietud, sin embargo, estaba. Hace unos meses se planteó que por los anuncios que se estaban haciendo se habían detenido proyectos de inversión.
Hoy día hay muchos proyectos de inversión que no se están realizando, por las trabas que existen y por la judicialización, por comunidades que en forma legítima hacen valer sus derechos, pero también por gente y por grupos que se empeñan en oponerse a todo desarrollo. Y hay algunos, a nuestro juicio, que incentivan ese bloqueo. Si los proyectos de inversión cumplen con la normativa, queremos que puedan realizarse. Eso significa cumplir con la normativa legal vigente, con el respeto a las comunidades y compensando a los afectados. Eso es lógico y razonable.
¿Cuánto ahondaron con las candidatas al respecto?
Fue un tema en la mesa. Le manifestamos a ambas candidaturas que hay que avanzar con la normativa legal, a través de leyes, de reglamentos o decretos, según corresponda, para concretar todos los proyectos y, en forma prioritaria, los de energía. Necesitamos que los actores se jueguen parte de su capital político en esto, porque creemos que no basta con la legislación. El capital político es para ocuparlo, no para acumularlo. Y creo que ambas candidatas tienen claridad al respecto, lo entienden, y ven que esto es un desafío. Por lo tanto, cada una arbitrará las medidas que estime conveniente para abordar y solucionar este problema.
Tributos
Si ambas coinciden en que el crecimiento del país es esencial y entienden la importancia de ocupar parte de su capital político, ¿qué hace la diferencia entre ellas?
La manera de abordar las cosas. En el ámbito energético he visto concordancia en torno a la importancia del tema, pero no sé si piensan adoptar tales o cuales medidas. En el caso de Michelle Bachelet, en lo tributario hay una propuesta, sin nivel de detalle, de elevar los tributos a las empresas y eliminar el FUT. Nosotros hemos dicho que el sistema de tributar sobre utilidades retiradas ha ayudado en forma importante al ahorro y la inversión. Hemos dicho que este ha sido un sistema exitoso, y que si encontramos goteras, las debemos tapar y perfeccionar lo que haya que perfeccionar. También creemos que si, efectivamente, se requieren más recursos, el sector empresarial está dispuesto a hacer esfuerzos. Pero cuantifiquemos esos recursos, después preocupémonos de la eficiencia, de cómo vamos a gastarlos, y de los mecanismos para allegarlos.
¿Qué les dijo Bachelet cuando le manifestaron que están dispuestos a hacer mayores esfuerzos?
Ella no vino a negociar, vino a conversar. Le dijimos que nos interesa que se preocupe que lo que haga tenga el menor impacto en el crecimiento, la inversión y el empleo. Hay carencias en Chile y que si se requiere un mayor esfuerzo, estamos dispuestos a conversar.
¿Qué planteó la candidata Evelyn Matthei sobre una eventual reforma tributaria?
Ella manifestó que hoy no tiene un planteamiento definitivo, pero que no lo descarta.
Visto así, ¿les parece que se está tornando inevitable una reforma tributaria?
Vemos que hay una serie de carencias y problemas que, sin duda, requerirán de más recursos.
¿Hasta dónde están dispuestos a participar en ese esfuerzo?
Estamos dispuestos a hacer todos nuestros planteamientos técnicos y profesionales y a conversar todos los temas. El empresariado no veta temas ni excluye gente de ninguna conversación. Pero eso no significa que esté dispuesto a aceptar todo.
¿Qué proponen al respecto?
No tenemos propuestas, los llamados a hacerlas son los que están aspirando a gobernar Chile.
¿Hay elementos de la reforma tributaria de Bachelet que les parezcan razonables?
Las reformas tributarias tienen que verse en un contexto económico. Hoy las señales económicas del mundo son más débiles y hay que evaluar los escenarios. Entendemos que hay una serie de necesidades y carencias que afrontar y estamos disponibles. Todos concordamos, en mayor o menor medida, en que hay demandas y molestia en la ciudadanía, pero si nos equivocamos en la magnitud de lo que se debía hacer por el momento y se ocasionan bajas en la inversión y aumentos en el desempleo, sin ninguna duda de que el efecto sería más complicado. Por eso creo que esto hay que hacerlo en forma seria, técnica y profesional, y confío en que las dos candidatas lo harán así.
Para las empresas, ¿la eliminación del FUT significa un retroceso?
Sin ninguna duda. Nosotros creemos que el FUT ha sido una buena política y un muy buen incentivo, y las buenas políticas deben mantenerse. Más tributos nos restan recursos para invertir, eso es un dato y evidentemente tiene efectos. Ahora, que la tasa de impuestos sea de 15%, de 20% o de 25% no es un dogma de fe. Chile ha tenido 30 años de buenas políticas públicas, que se basan en la seriedad fiscal, la apertura al comercio exterior y la propiedad como motor principal de crecimiento. Esos son los ejes importantes, los tres pilares fundamentales. Dentro de ellos, hay herramientas y medidas, pero también hay algunas tasas que efectivamente pueden tener un impacto importante en lo que estamos buscando.
Por lo tanto, si hay que hacer ajustes tributarios, ¿por dónde debieran venir?
Si hay que hacer ajustes pongámonos de acuerdo y busquemos que la magnitud del ajuste no afecte el crecimiento. Yo no tengo una propuesta tributaria, ni un listado de cómo hacer la cazuela. No es nuestro papel hacerlo. Lo que yo digo es: primero, debemos preocuparnos de que la carga tributaria como total no tenga efectos importantes en el crecimiento, aunque efectos siempre va a tener. Es decir, qué porcentaje del PIB le voy a restar al sector privado y se lo voy a pasar al sector público, en términos de crecimiento. Segundo, que los instrumentos tributarios también tengan el menor efecto.
En ese contexto, ¿qué le parece el instrumento de la depreciación instantánea como sustituto de tributar sobre base retirada y del FUT?
Entre las ventajas del FUT y de la depreciación instantánea no hay comparación. La depreciación instantánea apunta más a los activos fijos, pero ¿qué pasa si decido invertir más en mano de obra? Una empresa de servicios o un pequeño comerciante ¿qué va a depreciar?...
¿Vio señales de flexibilización en el tema en la reunión con Bachelet?
Lo que percibí es que si hay buenas sugerencias sobre los mecanismos, van a ser bienvenidas.
¿Es una buena señal?
Sí, es una buena señal. Yo siempre he sido optimista y tiendo a pensar que la gente es razonable. Lo que yo veo es que hay disposición a oír. Y en el comando de Michelle Bachelet, además, hay gente nueva recién incorporada al área económica, que también tendrá algo que decir de manera técnica y profesional. Yo esperaría a ver cómo se van a desenvolver.mujer