Ante el desafío del calentamiento global cada vez más países apelan por nuevas formas de generación de energía limpia y renovable.
El ganadero tejano Mike Baca no luce como el profeta de la "revolución verde" estadounidense.
Pero cuando expresa su visceral desagrado por los "liberales de Washington", deja traslucir el ambientalista que se esconde debajo de su sombrero de vaquero.
Baca es una prueba de que la energía renovable también se une al debate sobre el cambio climático.
Muchos republicanos, escépticos frente al calentamiento global, respaldan una mayor expansión de fuentes de energía renovable para contrarrestar la dependencia estadounidense del petróleo que exporta.
En el caso de Baca, la tentadora oportunidad de hacerse de cientos de miles de dólares por las turbinas eólicas que hay en su hacienda ofrece un incentivo adicional.
El rancho de Baca se encuentra en el estado de Texas y se expande por las cercanías de las llanuras de Amarillo.
Baca no dirá cuántas hectáreas tiene su granja, pero lo que es evidente es que se extiende más allá del horizonte en todas las direcciones a donde se apunte.
Productividad
Estas llanuras eran consideradas tierras de bajo nivel hasta que un grupo de ingenieros desarrolló una bomba eólica para extraer agua del acuífero de Ogallala.
De acuerdo con algunos ganaderos, los animales parecen no sentirse afectados por el ruido provocado por las turbinas.
El acuífero se está secando, pero los ingenieros han aprovechado el viento para estimular la productividad del pequeño grupo de personas que están al mando de los vastos territorios.
Baca es uno de ellos. Sus vecinos más cercanos están a varias millas de distancia.
Desde su casa en la hacienda, ubicada sobre un cañón verde, Baca puede ver las aspas gigantes que le garantizan ganancias casi eternas.
"Me gustan, así como también el cheque que viene con ellas", dijo.
"Debemos estar pendientes de lo que será el mundo para nuestros nietos. Si las turbinas se ponen muy ruidosas puedo encender la fuente".
Las empresas públicas de Texas están planeando construir un dispositivo que lleve la electricidad a los centros poblados de Dallas-Fort Worth y Houston.
Para convertir la energía cinética en electricidad se utilizan enormes turbinas o generadores que deben ser colocados en zonas expuestas.
Donny Allred, juez de la localidad, está cabildeando para atraer las líneas de suministro de electricidad a Amarillo.
"Este es el matrimonio más cercano entre dos industrias: la del viento y la de la ganadería", indicó. "Están hechas la una para la otra".
Para garantizar el suministro de energía, la línea eléctrica se alimenta 50% del viento y 50% de gas y carbón.
Reserva
La corriente de viento que circula de Texas hacia la frontera canadiense es una de las reservas más importantes de energía renovable en el mundo y la Asociación de Energía producida por el Viento (AWEA, por sus siglas en inglés) estima que ese flujo podría satisfacer la demanda de energía de Estados Unidos por partida doble.
Uno de los objetivos de EE.UU. es que sus estados usen 20% de energía renovables para 2020.
El gobierno de Barack Obama está trabajando con las empresas del servicio público para construir interconexiones que proporcionen electricidad a las grandes ciudades costeras donde la energía es necesitada.
Algunos de los "estados de viento" han suscrito leyes que estipulan el uso del viento como fuente de energía, pero no todos han sido rápidos a la hora de capitalizar las ganancias.
El proyecto de ley Waxman-Markey Climate, que será debatido en el Congreso, plantea que todos los estados de Estados Unidos deberán usar para 2020 un mínimo de 20% de energías renovables.
La propuesta fue suavizada, pues se redujo a 25% para 2025.
Algunos líderes políticos del sudeste del país se resistían a la propuesta, pues sus estados experimentan una alta dependencia del carbón de Appalachian y no tanto del viento o del sol.
El secretario de Energía de Estados Unidos, Steven Chu, le dijo a la BBC que el objetivo del 20% será fácilmente conseguido.
Pero los ambientalistas, que en los últimos años han mostrado preocupados por el impacto de la energía eólica en la flora y la fauna, tienen otra versión.
Señalan que muchos estados están en camino de usar más de 20% de las energías renovables para 2020.
"Creo que podríamos hacer más de cara a los objetivos de las emisiones (de gases contaminantes) en el frente de las energías renovables", le dijo a la BBC Jennifer Layke, del Instituto Mundial de Recursos, en Washington.
El viento parece unir a algunos estadounidenses.
"Considero que es un compromiso político para lidiar con temas asociados con preocupaciones que se han gestado en el sur y en otras áreas de Estados Unidos".
"Me parece que se ha construido la base para la acción. Es un gran paso, pero no necesariamente crea la tecnología renovable a gran escala que necesitamos para combatir el cambio climático", indicó Layke.
Adeptos
La revolución por las energías renovables está atrayendo adeptos a lo largo de Estados Unidos.
En una carrera de los Goldwing Road Riders en Amarillo, nos reunimos con motociclistas con dos visiones políticas diferentes, pero unidos por el viento.
Wayne Jones dijo: "El cambio climático... Creo que el viento es mejor que el petróleo. Es mucho más limpio. La madre naturaleza te ha dado el viento. Es energía gratis".
Deborah Jones, también a bordo de una moto, le dijo a la BBC: "Necesitamos ser autosuficientes. Como una nación, debemos depender de Estados Unidos