La iniciativa empresarial
Importancia de la política del gobierno
La actividad empresarial favorece el crecimiento económico y ayuda a reducir la pobreza, crea una clase media y fomenta la estabilidad. A todos los gobiernos les conviene implementar una política para alentar la iniciativa empresarial y cosechar los beneficios de su actividad.
Thomas A. Garrett, economista titular del Banco de la Reserva Federal en St. Louis, dice que la política de un gobierno se puede clasificar como "activa" o "pasiva" según que éste se involucre o no en determinar qué tipo de empresa va a promover. La política activa, como la encaminada a reducir impuestos, ayuda a ciertos tipos de empresa, mientras que la política pasiva ayuda a crear un ambiente amigable para todos los empresarios sin enfocarse en firmas específicas.
Tanto la política activa como la pasiva son eficaces para el fomento de la pequeña empresa, afirma Garrett, pero la política pasiva promueve más ampliamente la iniciativa empresarial. "El ambiente amigable para la iniciativa de empresa es lo que permite que cualquier individuo o compañía, cualquiera que sea su tamaño, ubicación o propósito, se expanda y prospere", declara.
Entre las estrategias de más éxito para alentar la iniciativa empresarial y la pequeña empresa figuran cambios en las políticas fiscales y de regulación, el acceso al capital y la protección legal de los derechos de propiedad.
Política fiscal: Los gobiernos recaudan dinero por medio de impuestos. Pero éstos elevan el costo de las actividades y su efecto es un poco disuasorio. Por eso los que dictan la política tienen que equilibrar la meta de elevar los ingresos y la de promover la iniciativa empresarial. Las reducciones tributarias a las corporaciones, los créditos fiscales para inversión o educación y las deducciones fiscales para empresas son métodos comprobados que fomentan el crecimiento del sector empresarial.
Política de regulación: "Cuanto más simple y expedito sea el proceso de regulación, tanto más probable será la expansión de la pequeña empresa", dice Steve Strauss, un abogado y autor que se especializa en el tema de la empresa. También es útil reducir el costo que implica el cumplimiento de los reglamentos del gobierno. Por ejemplo, los gobiernos pueden abrir centros de servicio donde el empresario encuentre toda la asistencia que necesita, y permitir la presentación y el archivo de formularios por medios electrónicos.
Acceso al capital: Para crear una empresa se necesita dinero. Hay cuotas y procedimientos obligatorios, además del costo inicial de la propia empresa. Por lo tanto, la actividad más importante que un gobierno puede realizar es ayudar a los empresarios potenciales a obtener fondos para poner en marcha sus empresas.
En Estados Unidos, la Administración para la Pequeña Empresa (SBA) ayuda a los empresarios a conseguir fondos. La SBA es una agencia federal cuya principal función es otorgar garantías para préstamos. Los bancos y otros prestamistas que participan en programas de SBA aplican a menudo requisitos de crédito menos estrictos porque el gobierno promete pagarles si el prestatario no lo hace. Esta política permite que muchos préstamos estén al alcance de las nuevas empresas de riesgo.
Protección legal de los derechos de propiedad: Las empresas pequeñas pueden prosperar en los lugares donde los derechos de propiedad individual son respetados y existe un sistema legal que los protege. Sin derechos de propiedad hay poco incentivo para crear o para invertir.
Para que la iniciativa empresarial florezca, es necesario que la ley proteja la propiedad intelectual. Si las innovaciones no gozan de protección legal por medio de patentes, derechos de autor y marcas comerciales, es poco probable que un empresario acepte correr los riesgos necesarios para inventar nuevos productos o nuevos métodos. Según el informe del Banco Mundial "Los negocios en 2007: Cómo hacer una reforma", las adopción de nuevas tecnologías es más rápida cuando los tribunales son eficientes. "Esto se debe a que la mayoría de las innovaciones se producen en empresas nuevas, pues éstas, a diferencia de las grandes compañías, no tienen influencia suficiente para resolver disputas fuera de los tribunales".
Creación de una cultura empresarial: Los gobiernos pueden demostrar que saben valorar a la empresa privada, facilitando a los individuos el aprendizaje de las destrezas comerciales y respetando a los empresarios y a los propietarios de pequeñas empresas. Las personas que establecen la política pueden:
Ofrecer incentivos financieros para la creación de incubadoras de empresas. En aquéllas se suele ofrecer a las nuevas empresas espacios a precios módicos para ponerse en marcha, y servicios, como una copiadora y una máquina de fax, que la mayoría de las nuevas firmas no podrían costear en otras condiciones. Con frecuencia, las incubadoras de empresas están asociadas con universidades, y los profesores de éstas aportan sus conocimientos.
Hacer que la información sea accesible. En Estados Unidos, por ejemplo, la SBA tiene muchas oficinas, lo cual facilita el acceso a sus publicaciones. Su "centro de respuestas para la pequeña empresa" (teléfono: 800-827-5722) y su sitio Web (
www.sba.gov) responden preguntas generales de negocios. Su asesoría en línea sobre empresas está disponible para cualquiera que tenga acceso a la Internet (
http://sba.gov/training/coursestake.html).
Elevar la categoría de los empresarios y las personas de negocios en la sociedad. Los gobiernos pueden crear programas locales o nacionales de recompensas para honrar a los empresarios, y convocar a dirigentes empresariales para que trabajen dentro de las comisiones o agrupaciones pertinentes.
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web:
http://www.america.gov/es )