La energía solar es el futuro, pero además de un desarrollo tecnológico que no tardará en llegar, requiere de un gran cambio cultural. Hay que dejar de derrochar la energía. De todo ello habló ayer Francisco Javier García Breva, ex presidente del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), en una jornada sobre Energías renovables y oportunidad de negocio organizada en el Kursaal por Fomento de San Sebastián. Participaron expertos y representantes de 200 empresas.
- ¿Por qué hay que abandonar el petróleo como centro de nuestro consumo energético?
- Todos los combustibles fósiles, fundamentalmente el petróleo y el gas, son fuentes limitadas. Son energías que van a ser cada año más escasas e insuficientes para abastecer el crecimiento de la demanda en el mundo. Y, aunque en este momento los precios están bajando, van a ser caras.
- No tienen futuro.
- Se impone la necesidad de buscar alternativas. Hay otro grave problema y son las emisiones de CO2. El mundo no puede permitirse seguir emitiendo dióxido de carbono a la atmósfera como se ha hecho hasta ahora. Necesitamos sistemas energéticos más bajos en emisiones y no dependientes de las fuentes fósiles. Las energías renovables aparecen como la alternativa más fiable.
- ¿Cambiará el orden político internacional?
- La geopolítica de la energía cambia a velocidad de vértigo. Basta con ver lo que hace Putin en Rusia. Ha creado un gran monopolio estatal que controla miles de kilómetros de redes de gas y el abastecimiento de petróleo y gas en Europa y Asia. La dependencia energética de Europa y España se ve zarandeada por movimientos geopolíticos que no controlamos.
- Nos afectan decisiones energéticas ajenas.
- Libia ha anunciado la nacionalización de sus reservas de petróleo. Antes lo hicieron Argentina, Bolivia, Ecuador o Venezuela. Dependemos de fuentes energéticas que están transformando la geopolítica mundial. La independencia energética nacional, base de la política de Obama, es lo que evita una grave crisis de abastecimiento energético. Lo debe hacer Europa y, especialmente, España, que tiene una dependencia energética de más del 85% Las energías renovables son la mejor alternativa. El sol y el viento nos vienen gratis.
- Buena materia prima...
- España es uno de los países con mayor irradiación solar y con niveles de viento que hacen que las energías renovables tengan un potencial muy importante.
- La energía no debería marcar el orden internacional...
- Transformar el modelo energético en uno más sostenible nos obliga a desarrollar la tecnología. Las energías renovables necesitan una maduración tecnológica que aún no se ha logrado. Y sobre todo obliga a modificar los hábitos de consumo energético.
- Hay que apagar luces...
- España es una sociedad derrochadora de energía. El potencial de ahorro energético en sectores como el transporte y el urbanismo es inmenso. En España el consumo energético es muy superior a la media europea. Esto no se resuelve en dos días, ni con una normativa exigente. Cambiar los hábitos requiere un trabajo constante y a largo plazo. Ahorrar energía es un bien para la economía nacional y doméstica.
- ¿Hay algún país ejemplar por su cambio de modelo energético?
- El cambio está siendo espectacular en Estados Unidos. En 2008 alcanzó el liderazgo en energía eólica instalada. Antes el primer país era Alemania y después, España. Estados Unidos será seguramente este año el primer país del mundo en energía solar fotovoltaica. España lo ha sido en 2008.
- Y hay más ejemplos...
- Alemania ha sido durante años y en solitario el primer país del mundo en desarrollo de energía solar y eólica. Dinamarca es el país con mayor eficiencia energética. Si España fuera tan eficiente en el consumo energético como Dinamarca, consumiríamos casi un 70% menos.
- Un derroche...
- Solo por aplicar a la nueva edificación criterios de ahorro energético hubiéramos ahorrado entre un 60 y 70% de consumo de energía. Grecia, por ejemplo, tiene desarrollada la energía solar térmica para agua caliente sanitaria a un nivel muy superior al de España. Y Alemania, con un 30% menos de irradiación solar, usa 10 veces más energía solar térmica que España.
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