Responsables, solidarios, comprometidos con el medio ambiente, con el desarrollo social, con los más desfavorecidos... Con los tiempos que corren, parece impensable poder relacionar a la banca con todos estos atributos mencionados. Pero es posible. En España, Triodos Bank, el banco ético que se caracteriza por apoyar proyectos 100% comprometidos con el desarrollo sostenible y social, está viendo crecer su actividad con la crisis. Su director general, Esteban Barroso, considera que en estos momentos convulsos los ciudadanos se preocupan mucho más por saber qué hace el banco con su dinero. Por ello, su filosofía está calando cada vez más entre la población, ya que financia empresas e iniciativas que, además de ser rentables, mejoran la calidad de vida de las personas y respetan la naturaleza. En su opinión, en un futuro, quizás cuando concluya la crisis, su modelo de banca ética se extenderá en nuestro país.
Según avanzaba 2008 y se agravaba la crisis económica su negocio comenzó a crecer con más vigor, ¿a qué atribuye tal crecimiento?
A que, con la crisis, la gente piensa más en su dinero. Se preocupa por saber qué está haciendo su banco con su ahorro todos los días, por conocer dónde va ese dinero, a qué está contribuyendo... Antes de la crisis, un ciudadano normal tomaba decisiones sobre su dinero y qué hacer con él o dónde invertirlo un par de veces al año; con el deterioro económico, ha pasado a tomar decisiones y plantearse qué hacer con su dinero todos los días. El sentimiento y la preocupación van más allá de analizar o dudar sobre si el capital está seguro en el banco, que también lo piensan los ciudadanos. Todas estas inquietudes atraen un mayor volumen de negocio, ya que los ciudadanos nos perciben como una entidad comprometida con el desarrollo y con criterios éticos y solidarios.
¿Están notando que las personas están más concienciadas ahora con la filosofía de la banca ética?
Sí, claramente. Ahora notamos que los clientes valoran más que antes saber que su banco financia proyectos 100% comprometidos con el desarrollo social. Nosotros, como banco ético, invertimos en proyectos relacionados con las energías renovables y el medio ambiente, en agricultura ecológica, en iniciativas sociales de apoyo a los más desfavorecidos... Todo esto gusta al cliente, que poco a poco va teniendo más conciencia y preocupación social. La banca ética está ganando terreno en el mercado. Cada vez más gente quiere saber qué está financiando el banco con su dinero.
Además de particulares, ¿están ganando también clientes de empresa?
Sí. Notamos que en España cada vez hay más instituciones que quieren trabajar con bancos comprometidos. Además, también son muchas las empresas que vienen a pedir financiación para poder desarrollar sus proyectos. Nosotros los valoramos. Analizamos que de verdad puedan suponer un impulso para el desarrollo social y sostenible y, si nos parecen viables, los financiamos. El año pasado crecimos en créditos más de un 60%.
¿Qué iniciativas de desarrollo social valoran mejor los clientes?
Hay concienciación y solidaridad con los proyectos relacionados con las energías renovables. A los ahorradores les interesa mucho contribuir al cuidado del medio ambiente; les preocupa el cambio climático y ven necesario apoyar iniciativas de mejora. Aparte del sector de energías renovables, también se da gran importancia a iniciativas que promuevan una mejor calidad de vida, de reinserción de personas excluidas en la sociedad, recuperación de drogadictos... Y, por último, en 2008 se notó un fuerte tirón de los proyectos para financiar agricultura ecológica, que probablemente crezca de manera sustancial en el futuro.
Los ahorradores quieren apoyar con su dinero a organizaciones comprometidas con el desarrollo social y que de verdad se muevan por criterios éticos
En otros países, ¿está más implantada la banca ética?
Sí. En lugares como Holanda o Bélgica la banca ética es un modelo más generalizado y común. Curiosamente, en estos países, en los que se ha visto que algunas de las más grandes entidades han tenido graves problemas, derivados de la crisis, estamos creciendo a tasas superiores incluso a las de España. Esto demuestra que la gente busca refugio en entidades que se rigen por criterios éticos y sociales.
¿Cree que se extenderá su modelo en España?
Es muy posible que sí. Lo que está claro es que hay una demanda social real de los productos, servicios y cualidades de la banca ética. Los ahorradores quieren apoyar con su dinero a organizaciones comprometidas con el desarrollo social y que de verdad se muevan por criterios éticos; el sector financiero, por supuesto, percibe esa demanda del cliente, aunque crear un banco no es tarea sencilla. Nosotros tardamos diez años en materializar el proyecto. En todo caso, hoy día el 98% de la población está bancarizada y tiene al menos una cuenta corriente en un banco. Y en estos momentos hay una mayor sensibilidad por conocer bien su entidad, y una mayor conciencia social, que quiere trasladarse incluso a las decisiones financieras. Es probable que en un futuro, quizás cuando pase la crisis y se aclare la situación financiera, nazcan nuevas entidades de banca ética en España.
¿Quizás esto explica que ya sean muchas las entidades que cuentan con algún producto solidario entre su escaparate de ofertas?
Sí, puede ser. La banca en general nota que la gente ha cambiado sus criterios de valoración de las entidades. La desconfianza pesa y hay más necesidad de saber que el dinero está bien gestionado. También la gente valora mucho más que existan productos financieros solidarios, que contribuyen con parte de sus beneficios a ONG o a financiar proyectos sociales.
¿Es segura la banca española?
Puedo remitirme a los últimos informes del Banco de España, en los que la institución revela que el sistema financiero español es sólido y solvente.
Y por hablar de la actualidad más candente, ¿cree que habrá nacionalizaciones entre la banca española? ¿Inyectará el Gobierno capital en la banca?
No sé lo que ocurrirá en el panorama nacional. En Triodos desde el primer momento hemos promovido y alabado nuestra independencia como institución financiera, ya que ser independiente da estabilidad y permite cumplir de verdad una función.
