miércoles, julio 07, 2010

Chile: Gobierno realizará seminario abierto sobre TV Digital

Chile: Gobierno realizará seminario abierto sobre TV Digital

July 07, 2010  |   Posted by : Cony Sturm  |  

tvd2En octubre vencen los permisos que tienen los canales de televisión para emitir en norma japonesa en Santiago, Concepción y la V Región. Después de ese mes, hay que prorrogar el permiso, o bien hay que esperar que para entonces esté aprobado el proyecto de ley de TV Digital.

El gobierno está intentando apurar la cosa para que se cumpla esto último y la ley se apruebe lo antes posible. Para explicar qué es lo que implica la implementación de la TV Digital (y convencer de su urgencia), se realizará en conjunto con el Senado un seminario abierto y gratuito en el Congreso en Valparaíso.

Cualquiera puede participar, previa inscripción en el sitio del evento. El seminario se realizará el 6 de agosto, y para los que no puedan ir, habrá una transmisión en streaming.

En el seminario participarán autoridades del Ministerio y del gobierno, representantes de los canales de TV, expertos de Brasil y Japón, entre otros.

El ministro de Telecomunicaciones, Felipe Morandé, resaltó la necesidad de que la ley se apruebe.

Mientras no exista una plataforma legal no van a haber las inversiones suficientes para que se despliegue la industria en todo el país, es así de simple. Lo que tenemos ahora son televisiones experimentales, sobre bases de permisos que son precarios y que se extinguen además en octubre. Y aunque se renovaran, la verdad es que esa renovación también sería una plataforma precaria. De cualquier manera para que lleguemos con la televisión digital a Arica y a Punta Arenas requerimos tener una ley", afirmó el secretario de Estado.

La inversión que tendrían que desembolsar los canales en conjunto se estima en unos US$300 millones, indicó el subsecretario de Telecomunicaciones, Jorge Atton.

En tanto, durante la presentación que se hizo hoy en el Ministerio estuvo presente también el presidente de la comisión de Telecomunicaciones del Senado, Guido Girardi, quien se comprometió a acelerar el proceso en el Parlamento.

Si el proyecto sale de la Cámara de Diputados, yo me comprometo a que nosotros aprobamos en el Senado el proyecto en el segundo semestre. Yo ya le propuse al subsecretario que nosotros estamos dispuestos a legislar dos veces a la semana sólo para ver este proyecto"

Hay que ver cómo va la discusión en la Cámara de Diputados primero, y esperar a ver si tendremos aprobada la ley este año o el próximo.

Link: Seminario Internacional de Televisión Digital (Subtel)

 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIENTO DE ONU
Celular: 93934521
WWW.CONSULTAJURIDICA.BLOGSPOT.COM
SANTIAGO-CHILE
Solicite nuestros cursos y asesoría en Responsabilidad social empresarial-Lobby corporativo-Energías renovables. Calentamiento Global- Gestión del conocimiento-Liderazgo,Energias Renovables.(Para OTEC, Universidades, Organizaciones )

lawyerschile Wal-Mart Spares No Expense Fighting Trampling Case OSHA Fine

Wal-Mart Spares No Expense Fighting Trampling Case OSHA Fine

WM The pride of Bentonville, Ark., is taking "It's not the money, it's the principle" to impressive heights. The New York Times reported last night on Wal-Mart's crusade to avoid payment of a $7,000 fine imposed by the Occupational Safety and Health Administration arising out of a deadly stampede at a Valley Stream, N.Y., store on Black Friday in 2008.

By the NYT's account, Wal-Mart has spent over $2 million in legal fees fighting the fine ... [MORE]

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Posted by Eric Lipman on July 7, 2010 at 10:07 AM

FUENTE:
Saludos,
 
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WM The pride of Bentonville, Ark., is taking "It's not the money, it's the principle" to impressive heights. The New York Times reported last night on Wal-Mart's crusade to avoid payment of a $7,000 fine imposed by the Occupational Safety and Health Administration arising out of a deadly stampede at a Valley Stream, N.Y., store on Black Friday in 2008.

By the NYT's account, Wal-Mart has spent over $2 million in legal fees fighting the fine ... [MORE]

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¿Se puede normalizar la Responsabilidad Social?

Definitivamente la respuesta es no, no obstante se pueden elaborar normas sobre la responsabilidad social (RS) y sus materias fundamentales donde se establezcan lineamientos y recomendaciones sobre cómo insertar la responsabilidad social en la planificación estratégica de una organización, cómo desarrollar dichas estrategias y cómo alinearlas con los programas existentes en forma integrada que contemple todos las materias y temas fundamentales de la responsabilidad social, y cómo identificar las mejores prácticas para luego integrarlas en los sistemas de gestión y procedimientos existentes, así como en las prácticas diarias de una organización.

Además se pueden hacer normas sobre cómo gestionar la RS, como reportar, comunicar y monitorear los resultados para lograr la mejora del desempeño de una organización en materia de RS.

Pero eso no significara jamás que se normalice la responsabilidad social y mucho menos su aplicación. Al igual que el hecho de que existan normas sobre calidad, ambiente, salud y seguridad ocupacional y otras tantas no significa que se pueda normalizar ninguno de estos temas.

Normas Internacionales y otras normas...

Cuando hablamos de normas en materia de RS es importante señalar que existen normas internacionales aprobadas por organismos reconocidos como es el caso de la ISO que responden a un consenso entre 162 países miembros y otras normas existentes que son elaboradas por sectores específicos como resultado de intereses de organizaciones o grupo de organizaciones.

Todas estas normas existentes, sean internacionales o no, son de carácter voluntario.

Entre las normas internacionales que abarcan todas las materias fundamentales de la RS está únicamente la ISO 26000 a ser aprobada como Norma Internacional en diciembre del 2010, esta norma proporciona lineamientos a las organizaciones (sin importar el tamaño, lugar donde se encuentre o tipo) sobre como integrar la responsabilidad social en las prácticas diarias de una organización. Esta norma no será una norma de sistemas de gestión, ni esta planificada ni es apropiada para propósitos de certificación o para uso contractual
.

En el caso de las normas elaboradas por sectores específicos, podemos diferenciar dos tipos: aquéllas cuyos contenidos abarcan todas las materias fundamentales de la responsabilidad social, que si bien no son normas internacionales son aplicadas por muchos países. Dentro de estas podemos mencionar:

• Serie AA 1000 Accountability, elaborada por el "Institute of Social and Ethical Accountability ". Esta norma representa la primera propuesta para mejorar la rendición de cuentas y el desempeño de las organizaciones en lo social y lo ético.
• SGE 21 Norma para la Evaluación de la Gestión Ética y Socialmente Responsable en las organizaciones, elaborada por Forética de España. Es la primera norma Europea que establece los requisitos que debe cumplir una organización para integrar en su estrategia y gestión la Responsabilidad Social y, hasta ahora, es la única norma que permite, alcanzar una certificación en Gestión Ética y Responsabilidad Social.
Por otra parte, existe una serie de normas que se relacionan con algunas de las materias fundamentales de la RS que al igual que las anteriores, no son de carácter internacional pero son de aplicación internacional y que fueron elaboradas por organizaciones o grupo de organizaciones con intereses específicos y que son certificables. Entre ellas cabe mencionar:
• SA 8000 Responsabilidad Social. Trata los temas de derechos humanos y prácticas laborales. Esta norma fue elaborada por la "Social Accountability International". y maneja el concepto de gestión de la responsabilidad social, específicamente en lo relacionado con los derechos humanos de los trabajadores.
• OSHAS18001, Sistema de Gestión de Seguridad y Salud Ocupacional. Requisitos. Fue elaborada por un grupo de organismos de diferentes países, en su mayoría organismos de certificación.
• EMAS "Eco-Management and Audit Scheme", la cual es una normativa voluntaria de la Unión Europea que reconoce a aquellas organizaciones que han implantado un SGMA (Sistema de Gestión Medioambiental).

Dentro de las normas vinculadas con la responsabilidad social, existen otras series de normas internacionales ISO basadas en sistemas de gestión y mejora continua y son de carácter certificable:
• ISO 9001 Sistemas de Gestión de la Calidad. Requisitos.
• ISO 14001. Sistemas de Gestión Ambiental. Requisitos con Orientación para su Uso
• ISO 27001 Tecnología de la Información. Técnicas de Seguridad. Sistemas de Gestión de Seguridad de la Información. Requisitos.
• ISO 22000 Sistemas de Gestión de Inocuidad de los Alimentos. Requisitos para cualquier Organización de la Cadena Alimentaria.

Adicionalmente, existen otras Normas ISO de la Serie ISO 9000 y 10000 relativas a la calidad. Estas son normas de directrices vinculadas a la RS, específicamente, en el caso de la sustentabilidad de las organizaciones, la norma recientemente revisada ISO 9004-2009 Gestión para el Éxito Sostenido de una Organización – Un enfoque de Gestión de la Calidad, con el objeto de apoyar el logro del éxito sostenido de cualquier organización y en el caso de clientes, consumidores y prácticas justas de negocios, como son:

• ISO 10001, Gestión de la Calidad - Satisfacción del Cliente - Directrices para los Códigos de Conducta de las Organizaciones.
• ISO 10002, Gestión de la Calidad - Satisfacción del Cliente - Directrices para el Tratamiento de las Quejas en las Organizaciones.
• ISO 10003, Gestión de la Calidad - Satisfacción del Cliente - Directrices para la Resolución de Conflictos de Forma Externa a las Organizaciones
• En cuanto al tema ambiental, existe un gran número de normas de la Serie ISO 14000 Gestión Ambiental, relativas a la evaluación del desempeño y etiquetado, entre ellas:
• ISO 14004 Directrices Generales sobre Principios, Sistemas y Técnicas de Apoyo.
• La ISO 14015 sobre evaluación ambiental y las relativas a etiquetas ambientales (14020 Principios generales- 14021 Tipo II- 14024 Tipo I – 14025 Tipo III).

Dentro de las normas regionales elaboradas por COPANT (Comisión Panamericana de Normas técnicas) cabe destacar las relativas a la accesibilidad a edificaciones de las personas con discapacidad. Y la ISO/IEC/COPANT 71-2001 Directrices para que los redactores de normas consideren las necesidades de las personas mayores y de las personas con discapacidad.

En el ámbito de las normas nacionales, existe una diversidad de países que han desarrollado o están desarrollando normas nacionales vinculadas con la responsabilidad social, alguna de ellas previas a la ISO 26000 y otras derivadas de la misma, dentro de éstos podemos mencionar: Australia, Canadá, Colombia, Brasil, España, Francia, Israel, Inglaterra, México y Portugal entre otros. Lo cual es totalmente aceptado por la ISO y asi ha sido declarado en su norma ISO 26.000. "Esta Norma internacional no pretende impedir el desarrollo de Normas Nacionales que sean mas específicas , más estrictas o de diferente tipo

Ing. Perla Puterman S.
Twitter: @FRSIberoamerica
FUENTE:
Saludos,
 
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¿Se puede normalizar la Responsabilidad Social?

Definitivamente la respuesta es no, no obstante se pueden elaborar normas sobre la responsabilidad social (RS) y sus materias fundamentales donde se establezcan lineamientos y recomendaciones sobre cómo insertar la responsabilidad social en la planificación estratégica de una organización, cómo desarrollar dichas estrategias y cómo alinearlas con los programas existentes en forma integrada que contemple todos las materias y temas fundamentales de la responsabilidad social, y cómo identificar las mejores prácticas para luego integrarlas en los sistemas de gestión y procedimientos existentes, así como en las prácticas diarias de una organización.

Además se pueden hacer normas sobre cómo gestionar la RS, como reportar, comunicar y monitorear los resultados para lograr la mejora del desempeño de una organización en materia de RS.

Pero eso no significara jamás que se normalice la responsabilidad social y mucho menos su aplicación. Al igual que el hecho de que existan normas sobre calidad, ambiente, salud y seguridad ocupacional y otras tantas no significa que se pueda normalizar ninguno de estos temas.

Normas Internacionales y otras normas...

Cuando hablamos de normas en materia de RS es importante señalar que existen normas internacionales aprobadas por organismos reconocidos como es el caso de la ISO que responden a un consenso entre 162 países miembros y otras normas existentes que son elaboradas por sectores específicos como resultado de intereses de organizaciones o grupo de organizaciones.

Todas estas normas existentes, sean internacionales o no, son de carácter voluntario.

Entre las normas internacionales que abarcan todas las materias fundamentales de la RS está únicamente la ISO 26000 a ser aprobada como Norma Internacional en diciembre del 2010, esta norma proporciona lineamientos a las organizaciones (sin importar el tamaño, lugar donde se encuentre o tipo) sobre como integrar la responsabilidad social en las prácticas diarias de una organización. Esta norma no será una norma de sistemas de gestión, ni esta planificada ni es apropiada para propósitos de certificación o para uso contractual
.

En el caso de las normas elaboradas por sectores específicos, podemos diferenciar dos tipos: aquéllas cuyos contenidos abarcan todas las materias fundamentales de la responsabilidad social, que si bien no son normas internacionales son aplicadas por muchos países. Dentro de estas podemos mencionar:

• Serie AA 1000 Accountability, elaborada por el "Institute of Social and Ethical Accountability ". Esta norma representa la primera propuesta para mejorar la rendición de cuentas y el desempeño de las organizaciones en lo social y lo ético.
• SGE 21 Norma para la Evaluación de la Gestión Ética y Socialmente Responsable en las organizaciones, elaborada por Forética de España. Es la primera norma Europea que establece los requisitos que debe cumplir una organización para integrar en su estrategia y gestión la Responsabilidad Social y, hasta ahora, es la única norma que permite, alcanzar una certificación en Gestión Ética y Responsabilidad Social.
Por otra parte, existe una serie de normas que se relacionan con algunas de las materias fundamentales de la RS que al igual que las anteriores, no son de carácter internacional pero son de aplicación internacional y que fueron elaboradas por organizaciones o grupo de organizaciones con intereses específicos y que son certificables. Entre ellas cabe mencionar:
• SA 8000 Responsabilidad Social. Trata los temas de derechos humanos y prácticas laborales. Esta norma fue elaborada por la "Social Accountability International". y maneja el concepto de gestión de la responsabilidad social, específicamente en lo relacionado con los derechos humanos de los trabajadores.
• OSHAS18001, Sistema de Gestión de Seguridad y Salud Ocupacional. Requisitos. Fue elaborada por un grupo de organismos de diferentes países, en su mayoría organismos de certificación.
• EMAS "Eco-Management and Audit Scheme", la cual es una normativa voluntaria de la Unión Europea que reconoce a aquellas organizaciones que han implantado un SGMA (Sistema de Gestión Medioambiental).

Dentro de las normas vinculadas con la responsabilidad social, existen otras series de normas internacionales ISO basadas en sistemas de gestión y mejora continua y son de carácter certificable:
• ISO 9001 Sistemas de Gestión de la Calidad. Requisitos.
• ISO 14001. Sistemas de Gestión Ambiental. Requisitos con Orientación para su Uso
• ISO 27001 Tecnología de la Información. Técnicas de Seguridad. Sistemas de Gestión de Seguridad de la Información. Requisitos.
• ISO 22000 Sistemas de Gestión de Inocuidad de los Alimentos. Requisitos para cualquier Organización de la Cadena Alimentaria.

Adicionalmente, existen otras Normas ISO de la Serie ISO 9000 y 10000 relativas a la calidad. Estas son normas de directrices vinculadas a la RS, específicamente, en el caso de la sustentabilidad de las organizaciones, la norma recientemente revisada ISO 9004-2009 Gestión para el Éxito Sostenido de una Organización – Un enfoque de Gestión de la Calidad, con el objeto de apoyar el logro del éxito sostenido de cualquier organización y en el caso de clientes, consumidores y prácticas justas de negocios, como son:

• ISO 10001, Gestión de la Calidad - Satisfacción del Cliente - Directrices para los Códigos de Conducta de las Organizaciones.
• ISO 10002, Gestión de la Calidad - Satisfacción del Cliente - Directrices para el Tratamiento de las Quejas en las Organizaciones.
• ISO 10003, Gestión de la Calidad - Satisfacción del Cliente - Directrices para la Resolución de Conflictos de Forma Externa a las Organizaciones
• En cuanto al tema ambiental, existe un gran número de normas de la Serie ISO 14000 Gestión Ambiental, relativas a la evaluación del desempeño y etiquetado, entre ellas:
• ISO 14004 Directrices Generales sobre Principios, Sistemas y Técnicas de Apoyo.
• La ISO 14015 sobre evaluación ambiental y las relativas a etiquetas ambientales (14020 Principios generales- 14021 Tipo II- 14024 Tipo I – 14025 Tipo III).

Dentro de las normas regionales elaboradas por COPANT (Comisión Panamericana de Normas técnicas) cabe destacar las relativas a la accesibilidad a edificaciones de las personas con discapacidad. Y la ISO/IEC/COPANT 71-2001 Directrices para que los redactores de normas consideren las necesidades de las personas mayores y de las personas con discapacidad.

En el ámbito de las normas nacionales, existe una diversidad de países que han desarrollado o están desarrollando normas nacionales vinculadas con la responsabilidad social, alguna de ellas previas a la ISO 26000 y otras derivadas de la misma, dentro de éstos podemos mencionar: Australia, Canadá, Colombia, Brasil, España, Francia, Israel, Inglaterra, México y Portugal entre otros. Lo cual es totalmente aceptado por la ISO y asi ha sido declarado en su norma ISO 26.000. "Esta Norma internacional no pretende impedir el desarrollo de Normas Nacionales que sean mas específicas , más estrictas o de diferente tipo

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¿Se puede normalizar la Responsabilidad Social?

Definitivamente la respuesta es no, no obstante se pueden elaborar normas sobre la responsabilidad social (RS) y sus materias fundamentales donde se establezcan lineamientos y recomendaciones sobre cómo insertar la responsabilidad social en la planificación estratégica de una organización, cómo desarrollar dichas estrategias y cómo alinearlas con los programas existentes en forma integrada que contemple todos las materias y temas fundamentales de la responsabilidad social, y cómo identificar las mejores prácticas para luego integrarlas en los sistemas de gestión y procedimientos existentes, así como en las prácticas diarias de una organización.

Además se pueden hacer normas sobre cómo gestionar la RS, como reportar, comunicar y monitorear los resultados para lograr la mejora del desempeño de una organización en materia de RS.

Pero eso no significara jamás que se normalice la responsabilidad social y mucho menos su aplicación. Al igual que el hecho de que existan normas sobre calidad, ambiente, salud y seguridad ocupacional y otras tantas no significa que se pueda normalizar ninguno de estos temas.

Normas Internacionales y otras normas...

Cuando hablamos de normas en materia de RS es importante señalar que existen normas internacionales aprobadas por organismos reconocidos como es el caso de la ISO que responden a un consenso entre 162 países miembros y otras normas existentes que son elaboradas por sectores específicos como resultado de intereses de organizaciones o grupo de organizaciones.

Todas estas normas existentes, sean internacionales o no, son de carácter voluntario.

Entre las normas internacionales que abarcan todas las materias fundamentales de la RS está únicamente la ISO 26000 a ser aprobada como Norma Internacional en diciembre del 2010, esta norma proporciona lineamientos a las organizaciones (sin importar el tamaño, lugar donde se encuentre o tipo) sobre como integrar la responsabilidad social en las prácticas diarias de una organización. Esta norma no será una norma de sistemas de gestión, ni esta planificada ni es apropiada para propósitos de certificación o para uso contractual
.

En el caso de las normas elaboradas por sectores específicos, podemos diferenciar dos tipos: aquéllas cuyos contenidos abarcan todas las materias fundamentales de la responsabilidad social, que si bien no son normas internacionales son aplicadas por muchos países. Dentro de estas podemos mencionar:

• Serie AA 1000 Accountability, elaborada por el "Institute of Social and Ethical Accountability ". Esta norma representa la primera propuesta para mejorar la rendición de cuentas y el desempeño de las organizaciones en lo social y lo ético.
• SGE 21 Norma para la Evaluación de la Gestión Ética y Socialmente Responsable en las organizaciones, elaborada por Forética de España. Es la primera norma Europea que establece los requisitos que debe cumplir una organización para integrar en su estrategia y gestión la Responsabilidad Social y, hasta ahora, es la única norma que permite, alcanzar una certificación en Gestión Ética y Responsabilidad Social.
Por otra parte, existe una serie de normas que se relacionan con algunas de las materias fundamentales de la RS que al igual que las anteriores, no son de carácter internacional pero son de aplicación internacional y que fueron elaboradas por organizaciones o grupo de organizaciones con intereses específicos y que son certificables. Entre ellas cabe mencionar:
• SA 8000 Responsabilidad Social. Trata los temas de derechos humanos y prácticas laborales. Esta norma fue elaborada por la "Social Accountability International". y maneja el concepto de gestión de la responsabilidad social, específicamente en lo relacionado con los derechos humanos de los trabajadores.
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Dentro de las normas vinculadas con la responsabilidad social, existen otras series de normas internacionales ISO basadas en sistemas de gestión y mejora continua y son de carácter certificable:
• ISO 9001 Sistemas de Gestión de la Calidad. Requisitos.
• ISO 14001. Sistemas de Gestión Ambiental. Requisitos con Orientación para su Uso
• ISO 27001 Tecnología de la Información. Técnicas de Seguridad. Sistemas de Gestión de Seguridad de la Información. Requisitos.
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Adicionalmente, existen otras Normas ISO de la Serie ISO 9000 y 10000 relativas a la calidad. Estas son normas de directrices vinculadas a la RS, específicamente, en el caso de la sustentabilidad de las organizaciones, la norma recientemente revisada ISO 9004-2009 Gestión para el Éxito Sostenido de una Organización – Un enfoque de Gestión de la Calidad, con el objeto de apoyar el logro del éxito sostenido de cualquier organización y en el caso de clientes, consumidores y prácticas justas de negocios, como son:

• ISO 10001, Gestión de la Calidad - Satisfacción del Cliente - Directrices para los Códigos de Conducta de las Organizaciones.
• ISO 10002, Gestión de la Calidad - Satisfacción del Cliente - Directrices para el Tratamiento de las Quejas en las Organizaciones.
• ISO 10003, Gestión de la Calidad - Satisfacción del Cliente - Directrices para la Resolución de Conflictos de Forma Externa a las Organizaciones
• En cuanto al tema ambiental, existe un gran número de normas de la Serie ISO 14000 Gestión Ambiental, relativas a la evaluación del desempeño y etiquetado, entre ellas:
• ISO 14004 Directrices Generales sobre Principios, Sistemas y Técnicas de Apoyo.
• La ISO 14015 sobre evaluación ambiental y las relativas a etiquetas ambientales (14020 Principios generales- 14021 Tipo II- 14024 Tipo I – 14025 Tipo III).

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De la Responsabilidad Social a la creación de Valor Público. Por Leonardo Schvarstein

De la Responsabilidad Social a la creación de Valor Público. Por Leonardo Schvarstein

Por Leonardo Schvarstein


Es titular de cátedra de la materia Dirección General y Organización en la Universidad de Buenos Aires, y autor de Diseño de Organización, Psicología Social de las Organizaciones, y co-autor de Identidad de las Organizaciones.

El siglo XXI nos enfrenta con una inquietante paradoja: estamos dedicando más recursos que nunca a erradicar la pobreza extrema y el hambre en el mundo, al tiempo que aumenta el número de personas viviendo en tales miserables condiciones. ¿Por qué, si todos estamos contribuyendo al logro de los Objetivos del Milenio, éstos parecen cada vez más inalcanzables? ¿Por qué si multitud de empresas en todo el mundo han abrazado el concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), los recursos que a ella se destinan parecen cada vez más una gota de agua en el desierto?

La respuesta a estas preguntas es de una complejidad que excede largamente el alcance de estas líneas. Baste con aludir a la crisis financiera de los países desarrollados y a sus terribles coletazos sobre el desempleo para comprender la magnitud del desafío que enfrentamos.

De manera más acotada, y desde la cuestión que nos convoca, cabe apuntar a la falta de una perspectiva sistémica: la falta de articulaciones entre los distintos actores reduce y eventualmente neutraliza los resultados de las acciones de RSE.

La efectividad en el ejercicio de la RSE requiere la integración del accionar de las empresas con las otras dos instancias que componen nuestro sistema organizacional: el Estado y la Sociedad Civil. Ambas portan el paradigma de la responsabilidad social en su código genético.

La justificación para el ejercicio de la responsabilidad social en las organizaciones del Estado es básicamente de orden teleológico, ya que su finalidad esencial consiste en la satisfacción del bien común. Por su parte, el marco axiológico que da vida a las organizaciones sin fines de lucro exalta el carácter deontológico de su responsabilidad social.

El desafío consiste en la articulación sistémica de estas tres instancias. Desde estas líneas, nuestra modesta propuesta apunta a la necesidad de crear un marco conceptual y un lenguaje común que favorezca esta articulación.

Una de las nociones primarias de este marco y de esta lengua es el bien común, concebido como el "nivel de solidaridad por debajo del cual los bienestares públicos son descuidados y el cuerpo social se desintegra" (Castel, 1995) . Su satisfacción requiere de la creación de valor público, un proceso que dirigido no sólo a la provisión de bienes y servicios de utilidad pública, sino fundamentalmente al diálogo comunitario y a la participación social  a través de los cuales tal valor se crea (Moore, 1995) .

En las empresas, el ejercicio de la RSE encuentra genéricamente su justificación en un principio de orden utilitario: se hace porque tiene consecuencias favorables para la organización. La creación de valor público requiere una agenda más ambiciosa, constituida desde una perspectiva que integre lo político, lo económico y lo social. Sin pretender ser exhaustivos, podemos proponer los siguientes puntos para tal agenda:  

1. Crecimiento económico con generación de empleo.
2. Contribución a la competitividad del país.
3. Participación en asociaciones gremiales empresarias y en negociaciones colectivas de trabajo.
4. Impulso y aplicación de marcos regulatorios.
5. Contribución al escenario de gobernabilidad (fortalecimiento del Estado, afianzamiento de las instituciones, combate al descrédito de la clase política).
6. Participación en la definición, ejecución y seguimiento de políticas públicas.
7. Contribución a la lucha contra la corrupción.

No se nos escapa la "ingenuidad" de esta agenda en un mundo donde muchos empresarios asocian la palabra "Estado" con descrédito y falta de legitimidad. Pese a ello, es preciso reconocer que el fortalecimiento del Estado es una condición de subsistencia para las organizaciones empresarias. En la misma medida en que el Estado pierde su capacidad de gobierno y de regulación, los grupos de interés están cada vez más enfrentados entre sí, y la sociedad en su conjunto sufre el axioma sistémico de la suboptimización del todo en aras de la optimización de las partes. Trabajar en pro de este fortalecimiento, aceptar su involucramiento en el problema y asumir el compromiso correspondiente, es también una manera de trascender el concepto de RSE y pasar al de creación de valor público.

Castel, R. (1995). Las metamorfosis de la cuestión social. Buenos Aires, Paidós, 1997.
Moore, M. Creating Public Value. Strategic Management in Government.

 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
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De la Responsabilidad Social a la creación de Valor Público. Por Leonardo Schvarstein

De la Responsabilidad Social a la creación de Valor Público. Por Leonardo Schvarstein

Por Leonardo Schvarstein


Es titular de cátedra de la materia Dirección General y Organización en la Universidad de Buenos Aires, y autor de Diseño de Organización, Psicología Social de las Organizaciones, y co-autor de Identidad de las Organizaciones.

El siglo XXI nos enfrenta con una inquietante paradoja: estamos dedicando más recursos que nunca a erradicar la pobreza extrema y el hambre en el mundo, al tiempo que aumenta el número de personas viviendo en tales miserables condiciones. ¿Por qué, si todos estamos contribuyendo al logro de los Objetivos del Milenio, éstos parecen cada vez más inalcanzables? ¿Por qué si multitud de empresas en todo el mundo han abrazado el concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), los recursos que a ella se destinan parecen cada vez más una gota de agua en el desierto?

La respuesta a estas preguntas es de una complejidad que excede largamente el alcance de estas líneas. Baste con aludir a la crisis financiera de los países desarrollados y a sus terribles coletazos sobre el desempleo para comprender la magnitud del desafío que enfrentamos.

De manera más acotada, y desde la cuestión que nos convoca, cabe apuntar a la falta de una perspectiva sistémica: la falta de articulaciones entre los distintos actores reduce y eventualmente neutraliza los resultados de las acciones de RSE.

La efectividad en el ejercicio de la RSE requiere la integración del accionar de las empresas con las otras dos instancias que componen nuestro sistema organizacional: el Estado y la Sociedad Civil. Ambas portan el paradigma de la responsabilidad social en su código genético.

La justificación para el ejercicio de la responsabilidad social en las organizaciones del Estado es básicamente de orden teleológico, ya que su finalidad esencial consiste en la satisfacción del bien común. Por su parte, el marco axiológico que da vida a las organizaciones sin fines de lucro exalta el carácter deontológico de su responsabilidad social.

El desafío consiste en la articulación sistémica de estas tres instancias. Desde estas líneas, nuestra modesta propuesta apunta a la necesidad de crear un marco conceptual y un lenguaje común que favorezca esta articulación.

Una de las nociones primarias de este marco y de esta lengua es el bien común, concebido como el "nivel de solidaridad por debajo del cual los bienestares públicos son descuidados y el cuerpo social se desintegra" (Castel, 1995) . Su satisfacción requiere de la creación de valor público, un proceso que dirigido no sólo a la provisión de bienes y servicios de utilidad pública, sino fundamentalmente al diálogo comunitario y a la participación social  a través de los cuales tal valor se crea (Moore, 1995) .

En las empresas, el ejercicio de la RSE encuentra genéricamente su justificación en un principio de orden utilitario: se hace porque tiene consecuencias favorables para la organización. La creación de valor público requiere una agenda más ambiciosa, constituida desde una perspectiva que integre lo político, lo económico y lo social. Sin pretender ser exhaustivos, podemos proponer los siguientes puntos para tal agenda:  

1. Crecimiento económico con generación de empleo.
2. Contribución a la competitividad del país.
3. Participación en asociaciones gremiales empresarias y en negociaciones colectivas de trabajo.
4. Impulso y aplicación de marcos regulatorios.
5. Contribución al escenario de gobernabilidad (fortalecimiento del Estado, afianzamiento de las instituciones, combate al descrédito de la clase política).
6. Participación en la definición, ejecución y seguimiento de políticas públicas.
7. Contribución a la lucha contra la corrupción.

No se nos escapa la "ingenuidad" de esta agenda en un mundo donde muchos empresarios asocian la palabra "Estado" con descrédito y falta de legitimidad. Pese a ello, es preciso reconocer que el fortalecimiento del Estado es una condición de subsistencia para las organizaciones empresarias. En la misma medida en que el Estado pierde su capacidad de gobierno y de regulación, los grupos de interés están cada vez más enfrentados entre sí, y la sociedad en su conjunto sufre el axioma sistémico de la suboptimización del todo en aras de la optimización de las partes. Trabajar en pro de este fortalecimiento, aceptar su involucramiento en el problema y asumir el compromiso correspondiente, es también una manera de trascender el concepto de RSE y pasar al de creación de valor público.

Castel, R. (1995). Las metamorfosis de la cuestión social. Buenos Aires, Paidós, 1997.
Moore, M. Creating Public Value. Strategic Management in Government.

 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIENTO DE ONU
Celular: 93934521
WWW.CONSULTAJURIDICA.BLOGSPOT.COM
SANTIAGO-CHILE
Solicite nuestros cursos y asesoría en Responsabilidad social empresarial-Lobby corporativo-Energías renovables. Calentamiento Global- Gestión del conocimiento-Liderazgo,Energias Renovables.(Para OTEC, Universidades, Organizaciones )

De la Responsabilidad Social a la creación de Valor Público. Por Leonardo Schvarstein

De la Responsabilidad Social a la creación de Valor Público. Por Leonardo Schvarstein

Por Leonardo Schvarstein


Es titular de cátedra de la materia Dirección General y Organización en la Universidad de Buenos Aires, y autor de Diseño de Organización, Psicología Social de las Organizaciones, y co-autor de Identidad de las Organizaciones.

El siglo XXI nos enfrenta con una inquietante paradoja: estamos dedicando más recursos que nunca a erradicar la pobreza extrema y el hambre en el mundo, al tiempo que aumenta el número de personas viviendo en tales miserables condiciones. ¿Por qué, si todos estamos contribuyendo al logro de los Objetivos del Milenio, éstos parecen cada vez más inalcanzables? ¿Por qué si multitud de empresas en todo el mundo han abrazado el concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), los recursos que a ella se destinan parecen cada vez más una gota de agua en el desierto?

La respuesta a estas preguntas es de una complejidad que excede largamente el alcance de estas líneas. Baste con aludir a la crisis financiera de los países desarrollados y a sus terribles coletazos sobre el desempleo para comprender la magnitud del desafío que enfrentamos.

De manera más acotada, y desde la cuestión que nos convoca, cabe apuntar a la falta de una perspectiva sistémica: la falta de articulaciones entre los distintos actores reduce y eventualmente neutraliza los resultados de las acciones de RSE.

La efectividad en el ejercicio de la RSE requiere la integración del accionar de las empresas con las otras dos instancias que componen nuestro sistema organizacional: el Estado y la Sociedad Civil. Ambas portan el paradigma de la responsabilidad social en su código genético.

La justificación para el ejercicio de la responsabilidad social en las organizaciones del Estado es básicamente de orden teleológico, ya que su finalidad esencial consiste en la satisfacción del bien común. Por su parte, el marco axiológico que da vida a las organizaciones sin fines de lucro exalta el carácter deontológico de su responsabilidad social.

El desafío consiste en la articulación sistémica de estas tres instancias. Desde estas líneas, nuestra modesta propuesta apunta a la necesidad de crear un marco conceptual y un lenguaje común que favorezca esta articulación.

Una de las nociones primarias de este marco y de esta lengua es el bien común, concebido como el "nivel de solidaridad por debajo del cual los bienestares públicos son descuidados y el cuerpo social se desintegra" (Castel, 1995) . Su satisfacción requiere de la creación de valor público, un proceso que dirigido no sólo a la provisión de bienes y servicios de utilidad pública, sino fundamentalmente al diálogo comunitario y a la participación social  a través de los cuales tal valor se crea (Moore, 1995) .

En las empresas, el ejercicio de la RSE encuentra genéricamente su justificación en un principio de orden utilitario: se hace porque tiene consecuencias favorables para la organización. La creación de valor público requiere una agenda más ambiciosa, constituida desde una perspectiva que integre lo político, lo económico y lo social. Sin pretender ser exhaustivos, podemos proponer los siguientes puntos para tal agenda:  

1. Crecimiento económico con generación de empleo.
2. Contribución a la competitividad del país.
3. Participación en asociaciones gremiales empresarias y en negociaciones colectivas de trabajo.
4. Impulso y aplicación de marcos regulatorios.
5. Contribución al escenario de gobernabilidad (fortalecimiento del Estado, afianzamiento de las instituciones, combate al descrédito de la clase política).
6. Participación en la definición, ejecución y seguimiento de políticas públicas.
7. Contribución a la lucha contra la corrupción.

No se nos escapa la "ingenuidad" de esta agenda en un mundo donde muchos empresarios asocian la palabra "Estado" con descrédito y falta de legitimidad. Pese a ello, es preciso reconocer que el fortalecimiento del Estado es una condición de subsistencia para las organizaciones empresarias. En la misma medida en que el Estado pierde su capacidad de gobierno y de regulación, los grupos de interés están cada vez más enfrentados entre sí, y la sociedad en su conjunto sufre el axioma sistémico de la suboptimización del todo en aras de la optimización de las partes. Trabajar en pro de este fortalecimiento, aceptar su involucramiento en el problema y asumir el compromiso correspondiente, es también una manera de trascender el concepto de RSE y pasar al de creación de valor público.

Castel, R. (1995). Las metamorfosis de la cuestión social. Buenos Aires, Paidós, 1997.
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De la Responsabilidad Social a la creación de Valor Público. Por Leonardo Schvarstein

De la Responsabilidad Social a la creación de Valor Público. Por Leonardo Schvarstein

Por Leonardo Schvarstein


Es titular de cátedra de la materia Dirección General y Organización en la Universidad de Buenos Aires, y autor de Diseño de Organización, Psicología Social de las Organizaciones, y co-autor de Identidad de las Organizaciones.

El siglo XXI nos enfrenta con una inquietante paradoja: estamos dedicando más recursos que nunca a erradicar la pobreza extrema y el hambre en el mundo, al tiempo que aumenta el número de personas viviendo en tales miserables condiciones. ¿Por qué, si todos estamos contribuyendo al logro de los Objetivos del Milenio, éstos parecen cada vez más inalcanzables? ¿Por qué si multitud de empresas en todo el mundo han abrazado el concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), los recursos que a ella se destinan parecen cada vez más una gota de agua en el desierto?

La respuesta a estas preguntas es de una complejidad que excede largamente el alcance de estas líneas. Baste con aludir a la crisis financiera de los países desarrollados y a sus terribles coletazos sobre el desempleo para comprender la magnitud del desafío que enfrentamos.

De manera más acotada, y desde la cuestión que nos convoca, cabe apuntar a la falta de una perspectiva sistémica: la falta de articulaciones entre los distintos actores reduce y eventualmente neutraliza los resultados de las acciones de RSE.

La efectividad en el ejercicio de la RSE requiere la integración del accionar de las empresas con las otras dos instancias que componen nuestro sistema organizacional: el Estado y la Sociedad Civil. Ambas portan el paradigma de la responsabilidad social en su código genético.

La justificación para el ejercicio de la responsabilidad social en las organizaciones del Estado es básicamente de orden teleológico, ya que su finalidad esencial consiste en la satisfacción del bien común. Por su parte, el marco axiológico que da vida a las organizaciones sin fines de lucro exalta el carácter deontológico de su responsabilidad social.

El desafío consiste en la articulación sistémica de estas tres instancias. Desde estas líneas, nuestra modesta propuesta apunta a la necesidad de crear un marco conceptual y un lenguaje común que favorezca esta articulación.

Una de las nociones primarias de este marco y de esta lengua es el bien común, concebido como el "nivel de solidaridad por debajo del cual los bienestares públicos son descuidados y el cuerpo social se desintegra" (Castel, 1995) . Su satisfacción requiere de la creación de valor público, un proceso que dirigido no sólo a la provisión de bienes y servicios de utilidad pública, sino fundamentalmente al diálogo comunitario y a la participación social  a través de los cuales tal valor se crea (Moore, 1995) .

En las empresas, el ejercicio de la RSE encuentra genéricamente su justificación en un principio de orden utilitario: se hace porque tiene consecuencias favorables para la organización. La creación de valor público requiere una agenda más ambiciosa, constituida desde una perspectiva que integre lo político, lo económico y lo social. Sin pretender ser exhaustivos, podemos proponer los siguientes puntos para tal agenda:  

1. Crecimiento económico con generación de empleo.
2. Contribución a la competitividad del país.
3. Participación en asociaciones gremiales empresarias y en negociaciones colectivas de trabajo.
4. Impulso y aplicación de marcos regulatorios.
5. Contribución al escenario de gobernabilidad (fortalecimiento del Estado, afianzamiento de las instituciones, combate al descrédito de la clase política).
6. Participación en la definición, ejecución y seguimiento de políticas públicas.
7. Contribución a la lucha contra la corrupción.

No se nos escapa la "ingenuidad" de esta agenda en un mundo donde muchos empresarios asocian la palabra "Estado" con descrédito y falta de legitimidad. Pese a ello, es preciso reconocer que el fortalecimiento del Estado es una condición de subsistencia para las organizaciones empresarias. En la misma medida en que el Estado pierde su capacidad de gobierno y de regulación, los grupos de interés están cada vez más enfrentados entre sí, y la sociedad en su conjunto sufre el axioma sistémico de la suboptimización del todo en aras de la optimización de las partes. Trabajar en pro de este fortalecimiento, aceptar su involucramiento en el problema y asumir el compromiso correspondiente, es también una manera de trascender el concepto de RSE y pasar al de creación de valor público.

Castel, R. (1995). Las metamorfosis de la cuestión social. Buenos Aires, Paidós, 1997.
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rse: La Responsabilidad Social Empresaria es la expresión de una conducta ética". A Víctor Guédez.

La Responsabilidad Social Empresaria es la expresión de una conducta ética". A Víctor Guédez.

ENTREVISTA A VÍCTOR GUÉDEZ

REDUNIRSE ha entrevistado al profesor en la Maestría de Responsabilidad Social Corporativa de la Universidad de Barcelona, coordinador de la Especialización en Responsabilidad Social Empresarial de la Universidad Metropolitana en Caracas, y consultor académico en Responsabilidad Social Empresaria.

¿Qué entiende usted por Responsabilidad Social Empresarial?
La pregunta supone que sea posible una definición y pienso que, más que una definición, lo que se requiere es un marco de interpretación de la RSE.
En este sentido, podrían puntualizarse los siguientes aspectos que caracterizan a  la RSE:
1. Es algo que está más allá de las imposiciones legales.
2. Cubre los ámbitos internos y externos de la organización.
3. Va más allá de lo cuantitativo, en tanto que responde a finalidades que no se agotan en cifras.
4. Atiende las dimensiones humanas, económicas, sociales y ambientales.
5. Implica acciones reactivas y proactivas.  
6. Trasciende las relaciones básicas de convivencia.
7. Se coloca más allá de las declaraciones retóricas.
8. Para asegurar su sostenibilidad debe estar vinculada al negocio e implicar a todos los eslabones que componen la cadena de valor.
9. Debe apuntar más hacia su incorporación estratégica que hacia iniciativas puntuales y circunstanciales.
10. Favorece valor compartido (económico, social y ambiental) para que gane la comunidad.
11. Implica un proceso sostenido de diálogo, concertación y compromiso con los grupos de interés.
12. Responde al propósito de favorecer la imagen, la reputación, el posicionamiento y la competitividad de la empresa; pero atiende a la finalidad de respetar los derechos humanos, fomentar el capital social y asegurar la sostenibilidad.

Pero, si todavía se insiste en una definición, se podría  recurrir a dos tipos de definiciones. Una de naturaleza esencial y otra de naturaleza descriptiva. La primera apunta hacia el foco medular de su alcance, mientras que la segunda se concentra en una aproximación comprensiva de sus características.

Desde la perspectiva esencial, la RSE  podría concebirse de varias maneras, como por ejemplo:
1. La operacionalización de la sustentabilidad de la empresa.
2. La puesta en práctica de la ética en las decisiones empresariales.
3. El puente entre la ética y la competitividad.
4. El puente entre la competitividad y la sustentabilidad.
5. La expresión ética y sustentable de la competitividad.
6. El equilibrio necesario entre las dimensiones éticas y las estratégicas.

Por su parte, desde una perspectiva descriptiva podría sostenerse que la RSE admite aproximaciones como las siguientes:
1. Es la incorporación voluntaria de las dimensiones humanas, económicas, sociales y ambientales a la gestión del negocio, con base en la construcción de relaciones con los grupos de interés internos y externos.
2. Es un sistema integrado de gestión que se orienta a identificar y atender, así como a anticipar y sobrepasar, las necesidades, expectativas y potencialidades de los grupos de interés internos y externos, a fin de asegurar la sustentabilidad de la empresa y de la sociedad.

¿Cómo definiría a una empresa socialmente responsable?
La respuesta a esta pregunta guarda una directa relación con los conceptos planteados anteriormente. En este sentido, una empresa socialmente responsable es aquella que es capaz de traducir los enunciados expuestos en gestión, en resultados, en impactos y en reorientaciones concretas.

De manera específica es la empresa que, entre otras cosas, logra:

1. Incorporar la RSE a la misión, visión y valores de la organización, así como a sus estrategias corporativas fundamentales.
2. Convertirla en cultura organizacional, es decir, en su manera de pensar, sentir y hacer.
3. Vincular sus acciones sociales, tanto reactivas como proactivas, a cada uno de los eslabones que conforman la cadena productiva de su negocio.
4. Aceptar que el alcance transversal de la RSE implica que ella va desde el insumo hasta el consumo, llegando hasta el desecho.
5. Medir sus resultados e impactos con estándares e indicadores que revelan la triple cuenta de resultados económicos, sociales y ambientales.
6. Concebir la cuantificación y la medición como medios para el análisis y la evaluación que permitan atender las verdaderas finalidades que se asocian con los derechos humanos, el capital social y la sustentabilidad.
7. Capitalizar en aprendizajes los resultados de los balances establecidos.
8. Concebir la RSE como una competencia que debe desarrollarse de manera semejante al resto de las competencias medulares de la organización.
9. Vincular su reflexión sobre la RSE con el concepto de empresa y de sociedad que se desean.
10. Aceptar sus responsabilidades dentro del marco del alcance multidireccional de la RSE. Esto quiere decir, que  debe reclamar que, así como se asumen los compromisos ante la sociedad, igualmente la sociedad debe ofrecer las condiciones para que la empresa esté en capacidad de cumplir sus responsabilidades. Específicamente debe existir seguridad jurídica, estabilidad política, legitimidad institucional, transparencia y respeto a la libertad. La idea clave es que mal puede infundir responsabilidad una sociedad o un gobierno irresponsable.

¿Por qué la empresa debería implementar políticas de RSE? ¿Cuáles son sus beneficios?
Podrían establecerse cuatro tipos de razones. Unas elementales que atienden los motivos obvios de tal compromiso. Las segundas, estratégicas porque se asocian a la propia sobrevivencia de la empresa. Las terceras son de naturaleza ética porque rescatan la esencia  del ser humano y de las organizaciones que él forja para preservar su dignidad. Finalmente, encontramos las razones prácticas que representan los beneficios directos que la RSE le reporta a la empresa y a la sociedad.

Veamos en detalle la desagregación de estas razones:
Razones elementales:
1. Las organizaciones nacen, crecen y aseguran su futuro a partir de una determinada sociedad que les proporcionó las condiciones necesarias.
2. Con base en lo anterior, las organizaciones deben retribuir, de alguna forma, esas condiciones  que les proporcionó la sociedad para que ellas pudieran establecerse, desarrollarse y tener una perspectiva de futura sobrevivencia.
3. También deben contribuir con la sociedad para que se enriquezcan las posibilidades de un valor compartido. Las empresas necesitan de sociedades desarrolladas y las sociedades requieren de empresas prósperas.
4. La empresa, como todas las demás organizaciones que conforman la sociedad, no sólo es  responsable de lo que hace, de lo que no hace o de lo que deja de hacer; sino que, igualmente, lo es  de lo que hacen, no hacen o dejan de hacer las otras entidades con las cuales comparten el mismo tiempo histórico, el mismo espacio geográfico y los mismos propósitos. La idea de corresponsabilidad es la expresión suprema de la responsabilidad.

Razones estratégicas:
1. La RSE asegura la consolidación de la "identidad" de las empresas. Estas son lo que hacen y lo que sienten. Las personas de una empresa se identifican mejor con las organizaciones que asumen su compromiso social.
2. También favorecen la "imagen" en tanto que las percepciones del público se derivan, entre otras cosas, de los compromisos sociales que evidencian las empresas.
3. Así mismo, asegura la "reputación", es decir, la valoración que los grupos de interés desarrollan como consecuencia de comparar los productos y servicios de una empresa con el de las otras que son análogas. Esa valoración se vincula explícitamente con el comportamiento social de las empresas.
4. En ese orden se alcanza también el "posicionamiento" que está apuntalado por la imagen y la reputación. El público primero valora y aprecia a una empresa y, luego, selecciona sus productos y servicios.

Razones éticas:
1. La RSE es la expresión de una conducta ética que cubre, al menos cuatro planos, como son: el no hacer daño, el hacer el bien, el hacer mejor al otro, y el crecer junto al otro.
2. Esos cuatro planos obedecen a cuatro dimensiones, ya que las actitudes descritas deben desplegarse respecto al trato con las personas, con los grupos de interés,  con la comunidad, y  ante el planeta.
3. La disposición ética de la empresa debe favorecer una secuencia proyectada hacia la consecución de sucesivos estadios. Ellos pueden comenzar por evitar el castigo o para recibir una determinada compensación, pero deben prolongarse hacia el respeto a la ley, el compromiso de conciencia, y la repotenciación de los otros.

Razones prácticas:
Las razones prácticas pueden obedecer a dos ámbitos.
Desde el ámbito de la empresa, la RSE permite:
1. Mejores condiciones para manejar riesgos y disminuir los conflictos.
2. Promover fidelidad y compromiso de clientes y consumidores.
3. Favorecer acceso a mercados.
4. Generar confianza en los grupos de interés.
5. Motivar un mejor reclutamiento de profesionales y una retención de talentos.
6. Estimular el acceso de nuevos inversionistas.
7. Ampliar la capacidad de adaptación de la empresa.
8. Mejorar el clima organizacional.

Desde el ámbito de los beneficiarios la RSE, permite:
1. Una  atención a los actores sociales vulnerables y a situaciones adversas.
2. Anticipar problemas en zonas, poblaciones o sectores.
3. Favorecer la  inclusión.
4. Estimular las concertaciones, los acuerdos y las alianzas.
5. Fomentar soluciones novedosas.
6. Incentivar la  confianza recíproca.
7. Promover la  preservación ambiental.
8. Crear condiciones de armonía y creatividad.

¿Cuál es su opinión acerca de la integridad en los negocios?
En el contexto de la RSE le otorgamos varios significados complementarios al término integridad. Por una parte, está la integración a la naturaleza del negocio que deben tener las iniciativas de RSE. Por la otra, encontramos el alcance completo que debe tener la RSE a fin de atender, desde el insumo hasta el consumo, llegando hasta el desecho. A estos dos alcances se añade otra significación de carácter ético, en tanto que la integridad sugiere que el ser humano integre, en todos sus roles, la coherencia de un mismo compromiso. Finalmente, cabría incluso otra interpretación, como es la que asocia la integridad de los negocios con la búsqueda de valores compartidos para que gane toda la sociedad. Aquí, valores compartidos significaría relaciones de ganar-ganar entre la empresa y los grupos de interés, así como la complementación entre los valores económicos y los valores sociales de los impactos empresariales.

¿Cómo cree que se desenvolverá la empresa a futuro? ¿Nos encontramos ante un cambio cultural?
En la medida de que la RSE concrete un mayor desarrollo y un arraigo más profundo, se reducirá el espacio de su discurso. Esto debido a que ya será algo integrado totalmente al negocio, con lo cual no será necesario su explícita defensa.
En el marco de esa realidad, tendríamos que pensar en un  sistema capitalista solidario, conciente, humano, etc. Cualquier calificativo tendrá que estar inspirado en el respeto a los derechos humanos, en el fomento del capital social y en el favorecimiento de la sustentabilidad. En definitiva, el futuro de la empresa dependerá de esa capacidad de incorporara la RSE a la dinámica ordinaria de su negocio.
La explicación puede abreviarse de la siguiente manera: el socialismo radical y despótico, propio del siglo XX, no es viable. Pero, si la empresa no es capaz de incorporar su responsabilidad social, será la propia sociedad la que no será viable. Esta es la dimensión de los nuevos paradigmas y de los inéditos desafíos.

¿Cómo imagina a Latinoamérica en caso de no masificarse la implementación de políticas empresariales socialmente responsables a lo largo del tiempo?
Sería más desigual, más vulnerable y, sobre todo, más instrumentalizada por los fantasmas propios del radicalismo destructivo.

¿Cuáles son sus perspectivas para América Latina en el ámbito de la RSE en el mediano y largo plazo?
Las inéditas experiencias que se desarrollan en América Latina respecto a gobiernos que privilegian las ideologías por encima de los resultados concretos,  plantea un mediano plazo colmado de inestabilidades y de conflictos. Si a esto se añaden las coyunturas críticas en materia económica, podríamos visualizar limitaciones importantes. Pero las dificultades son las mejores condiciones para reforzar las convicciones propias de la ética y de la RSE. La adversidad presenta las bondades propias de la fecundidad, de la sabiduría y de la innovación. Es en las dificultades donde se ponen de manifiesto las convicciones. Las empresas de América Latina no podrán separarse de estos compromisos, so pena de ensanchar más las desigualdades. El impulso que ellas han tomado resulta irreversible y, cada vez más, entienden que cuando no se invierte a tiempo en RS  se tiene que gastar a destiempo en planes de contingencia.

FUENTE:
Saludos,
 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIENTO DE ONU
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PENSAMIENTO SUSTENTABLE PARA SIGLO XXI

Pensamiento sustentable para el siglo XXI

Por Arturo M. Calvente

Coordinador General de UAIS programa de difusión e investigación en desarrollo sustentable de la Universidad Abierta Interamericana. Director de la revista académica UAISustentabilidad y Coordinador del programa GreenLeaders de la misma universidad.

Finalizando ya la primera década del siglo XXI y a sabiendas del camino recorrido en materia de sustentabilidad durante los últimos 30 años, poco puede agregarse conceptualmente a lo ya expresado por organizaciones, institutos, profesionales, científicos y políticos de todo el mundo. Mucho se ha dicho, se ha discutido y se ha negado, pero por sobre todas las cosas mucho se ha trabajado para que esta disciplina se integre como un elemento central para la transformación de este sistema-mundo basado en el ciego desarrollo capitalista. Sistema que hasta el momento, solo ha demostrado ser espectacularmente eficaz para la generación de beneficios en materia económico-financiera y para fomentar un impresionante desarrollo tecnológico al cual alimenta para la consecución de su expansión ilimitada. Pero poco ha hecho por desarrollar otras dimensiones esenciales para el fortalecimiento del humano como ser y no como "cosa".

Por ello, a esta altura de los hechos, hay algo que desde mi posición, académica y profesional, no estoy dispuesto a negociar, diga lo que se diga. Creo que se han agotado los argumentos tradicionales para defender lo indefendible al mejor estilo "panglossiano" (en alusión al personaje de Voltaire): la innegable realidad histórica del capitalismo, tal como está hoy estructurada, debe ser necesariamente transformada en una nueva realidad.

Pero esta nueva realidad histórica debe manifestarse no porque existan "externalidades negativas" producidas por la incesante explotación de la actividad económica en pos de la generación de riqueza. Esto no es una negociación entre "ecología" o "riqueza". La historia no ha terminado. La nueva realidad debe conformarse desde el humano mismo, volviendo a sus raíces para convertirse nuevamente en aquel sujeto constituyente, en un sujeto libre para trasnformar la realidad.

El sistema capitalista actual también fue en sus orígenes una idea iluminista, una forma completamente renovada de pensar la realidad que lamentablemente con el tiempo y con el poder adquirido se fue degenerando, transmutando en una entidad comunicacional muy efectiva que "nos piensa". Estamos sumergidos, asimilando la idea de Heidegger, en una "existencia inauténtica". Un espacio existencial en el cual el hombre olvida al ser para consagrarse al dominio de las cosas. El hombre ha muerto como sujeto constituyente para convertirse en un sujeto constituido por las cosas. En una realidad que ya no puede dominar, el hombre, se siente completamente impotente. Los efectos de esta situación sobre la personalidad conducen al fenómeno de la alienación, un espacio donde la persona "se experimenta a sí misma como un extraño", como nos sugiere Erich Fromm. Pero al mismo tiempo, como sabiamente argumentaba Sartre, el humano vive alienado porque antes fue libre, lo que hay que hacer es volver a conquistar esta libertad.

Por ello el humano, debe volver a "pensar" su realidad. Lo necesita en forma urgente como "fuente" para recuperar su sentido de pertenencia a este mundo al cual ha abandonado. No hay que temer a esto. Aunque muchos digan que es "anticapitalista" o "antieconómico", no nos dejemos engañar y revisemos la historia. El propio pensamiento capitalista surgió de la misma forma, en algún momento de la historia el hombre medieval dijo "basta", dudó y a partir de ello comenzó a pensar una nueva realidad.

La sustentabilidad, no como "método" para el capitalismo actual sino más bien como base para el "pensamiento" de un nuevo capitalismo, ya no puede negociarse. A esta altura de las circunstancias no podemos perder más tiempo en discusiones contrapuestas acerca de la veracidad o no de los efectos del cambio climático, de la agudización de la pobreza, del cierre de los "dividendos", del aumento de la contaminación o si la cumbre de Copenhagen cumplió las expectativas y tantas otras cosas más.

Aquellos que formamos parte de la disciplina de la sustentabilidad lo debemos entender bien: esas discusiones ya no son necesarias como argumentos para darse cuenta de que nuestra verdadera misión es trabajar con el tejido social, con el humano mismo. Para que vuelva a recuperar el "permiso de dudar" y pueda cuestionar seriamente si este mundo, que se despliega ante nuestros ojos con tanta omnipotencia, es realmente el "mejor de los mundos posibles".

Este sistema-mundo tendrá muchas cosas buenas, las disfrutamos mucho y seguramente persistirán, pero también es incuestionable que existen otras alternativas que nos acercan mucho más a lo que realmente pensamos como lo "mejor" y lo "posible". Ese es el espacio donde debe trabajar necesariamente el "pensamiento sustentable" para conformar el sistema-mundo del siglo XXI que todos anhelamos como humanos.

No es casual que en los últimos años, esta situación haya promovido el surgimiento de verdaderas comunidades de pensamiento sustentable, que desde el tejido social mismo y no desde otro lado tal vez "más esperable", hayan logrado a base de fuerza y trabajo desinteresado un espacio de reflexión y participación ciudadana que nos integre. Donde podamos encontrar lo que realmente estamos buscando.

He observado con mucho agrado el enorme trabajo que RedUnirse está realizando para contribuir a conformar la base de esta nueva realidad histórica, y sinceramente les estoy muy agradecido por invitarme a formar parte de esta editorial.

FUENTE:
Saludos,
 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
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La agenda de Chile en materia de empleo y previsional

Artículos de opinión, Blog de Pensamiento Social Estratégico, Pensamiento Social Estratégico

La agenda de Chile en materia de empleo y previsional

Artículo de la Ministra del Trabajo y Previsión Social

Escrito por Camila Merino Catalán, el 23 Junio 2010

No puede existir una recuperación sostenible sin una recuperación del empleo. Esto exige una mayor coordinación entre las políticas macroeconómicas con las políticas de empleo, la formación profesional y la protección social.

ES UNA FELIZ CIRCUNSTANCIA que mi primera actividad internacional como Ministra de Estado fuera de Chile haya sido el participar en la Conferencia Internacional del Trabajo, realizada en Ginebra el pasado 10 de junio de 2010.

Digo que ha sido feliz porque ha permitido al gobierno del Presidente Sebastián Piñera y a la sociedad chilena renovar su compromiso permanente con los principios y valores de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que constituyen un referente de los estándares laborales y de protección social en un mundo cada vez más interdependiente.

En este sentido, destacamos el nuevo impulso de la OIT como líder e interlocutor preferente entre las organizaciones multilaterales. Su aporte técnico y el apoyo a la definición tripartita de políticas sociales es reconocida por la comunidad internacional.

La Agenda de Trabajo Decente y las proposiciones concretas con miras a generar un empleo de calidad se han reflejado en las recomendaciones de los Ministros del Trabajo y Empleo del G-20 de abril pasado.

MAYOR COORDINACIÓN POLÍTICA

"Nuestro gobierno tiene metas ambiciosas que requieren un Estado moderno, eficaz, eficiente y socialmente comprometido con el futuro del país"

No puede existir una recuperación sostenible, sin una recuperación del empleo. Esto exige una mayor coordinación entre las políticas macroeconómicas con las políticas relacionadas con el empleo, la formación profesional y la protección social.

El gobierno de Chile no es ajeno a lo anterior y ha impulsado una agenda laboral y previsional centrada en seis puntos:

UNO

En primer lugar, apoyar el Plan de Reconstrucción de nuestro país, duramente afectado por un terremoto en febrero pasado, mediante la introducción de 60.000 nuevos incentivos al empleo en la zona devastada y otros beneficios sectorizados.

En esta materia, no puedo dejar de destacar y agradecer el aporte que realizó la OIT a nuestro país, a través de la elaboración de un completo estudio de campo en las zonas azotadas por el terremoto, lo que nos permite contar con elementos de juicio adecuados para generar un trabajo más focalizado y que responda a las necesidades reales.

DOS

Crear un millón de nuevos y buenos empleos en los próximos cinco años, a través de un aumento del crecimiento económico y del perfeccionamiento del mercado laboral. Con esto nuevos empleos deseamos aumentar la inserción de las mujeres y los jóvenes al mundo del trabajo.

TRES

Mejorar la calidad y cobertura de la capacitación, pieza clave para el desarrollo integral de nuestros trabajadores y de nuestro país. Buscamos implementar un sistema de capacitación de calidad que mejore la empleabilidad de los trabajadores, y que llegue a todos, en especial a los trabajadores menos calificados, tanto de pequeñas como grandes empresas.

CUATRO

Respetar y hacer respetar los derechos de los trabajadores, mediante la mejora del sistema de fiscalización junto a la promoción de buenas prácticas laborales;

CINCO

"El Gobierno de Chile reafirma su irrevocable compromiso con el tripartismo, que está en la base de un diálogo democrático"

Continuar perfeccionando nuestro sistema previsional, aumentando su cobertura y beneficios. Chile, gracias al desarrollo de un sistema de pensiones de capitalización individual más la implementación de un pilar solidario, ha podido enfrentar la transición hacia una población de mayor edad y garantizar a todos sus ciudadanos pertenecientes al 60% más pobre de la población una pensión básica no contributiva o un aporte que le permite mejorar su pensión.

SEIS

Propiciar el diálogo social para generar una relación constructiva y participativa en el mundo del trabajo mediante el funcionamiento de las mesas tripartitas sectoriales entre sindicatos, empleadores y gobierno; y fortaleciendo y perfeccionando la capacidad negociadora de sindicatos.

Nuestro gobierno tiene metas ambiciosas donde se requiere contar con un Estado moderno, eficaz, eficiente y socialmente comprometido con el futuro del país y que se adapta a los nuevos requerimientos. En esta tarea la labor de los funcionarios públicos es fundamental. Es por ello que el gobierno se orientará en sus relaciones laborales por criterios de excelencia, respeto y en diálogo abierto con los representantes sectoriales.

MEJORES OPORTUNIDADES

Por otra parte, Chile desea respaldar el gran esfuerzo liderado por la OIT y por su director general, Juan Somavía, para continuar la lucha por la abolición del trabajo infantil. Creemos que este compromiso debe permanecer, especialmente en un contexto de crisis global, porque aquí están en juego los valores centrales de la sociedad que aspiramos a consolidar.

"Es fundamental la voluntad de todos los actores sociales para participar, desde las legítimas diferencias, de este gran desafío para construir un mundo mejor"

Por último, el Gobierno de Chile desea reafirmar su irrevocable compromiso con el tripartismo, que está en la base de un diálogo democrático, esencial, para construir una sociedad con mejores oportunidades y con sentido de futuro.

Siempre existirán dificultades en el camino, pero es fundamental la voluntad de todos los actores sociales para participar, desde las legítimas diferencias, de este gran desafío para construir un mundo mejor y más justo.

 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIENTO DE ONU
Celular: 93934521
WWW.CONSULTAJURIDICA.BLOGSPOT.COM
SANTIAGO-CHILE
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Las claves del FMI para reformar el sistema financiero

Las claves del FMI para reformar el sistema financiero

Posted: 05 Jul 2010 09:08 PM PDT

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Hace poco vimos la conclusión de las reuniones de la G20 en la ciudad canadiense de Toronto con las fotos y los pronunciamientos de rigor en este tipo de reunión internacional. Una vez más, de esta reunión salieron declaraciones de que los gobiernos deben reforzar sus sistemas financieros y que deberían coordinarse para que el sistema financiero internacional esté más sólido y para que pueda hacer frente a los choques financieros venideros similares a los experimentados en los últimos años.

Como parte de este impulso, el director de mercados financieros del Fondo Monetario Internacional (FMI) nos da sus ideas y dice que los cambios deben concentrarse en cinco áreas claves para reformar el sistema financiero, que son los siguientes:

  1. Medidas para asegurar la solvencia tanto de las entidades financieras como del sistema financiero.
  2. Regulación de entidades financieras no bancarias.
  3. Normas básicas para los niveles de capital y liquidez del sistema financiero.
  4. Consistencia entre las regulaciones nacionales e internacionales.
  5. Reforma de la supervisión financiera.