El gen existe de manera natural en el trigo, pero ha sido desactivado en buena parte durante la evolución de las variedades domésticas del cereal.
Los investigadores encontraron evidencia que señala que al activar nuevamente el gen se puede aumentar los niveles de nutrientes en los granos de trigo.
En un artículo que publicaron en la revista Science sugieren que nuevas variedades con el gen plenamente activo pueden obtenerse al cruzar el cereal manipulado con trigo silvestre.
"El trigo es uno de los mayores cultivos en el mundo y proporciona, aproximadamente, una quinta parte de las calorías que consumen los seres humanos", dijo el jefe del proyecto, Jorge Dubcovsky, de la Universidad de California, en Davis.
"Por lo tanto, incluso un aumento pequeño en el valor nutricional del trigo, puede ayudar a disminuir deficiencias en proteínas o en micronutrientes fundamentales".
Resultados "espectaculares"
Los investigadores identificaron un gen llamado GPC-B1, que se encuentra tanto en variedades silvestres como domésticas de trigo. Pero en formas sutilmente diferentes, lo que indica que ha ido cambiando debido a la larga historia de uso doméstico.
Trabajando con una variedad de trigo llamada Bobwhite -una variedad común, cuyos granos se usan frecuentemente en la elaboración de pan- los científicos utilizaron el método de interferencia del RNA para disminuir la actividad del gen GPC-B1.
La interferencia del RNA es una técnica descubierta recientemente que bloquea la expresión de los genes.
"Los resultados fueron espectaculares", indicó Dubcovsky.
Novedad
El experto de la universidad de California agregó que "las plantas modificadas genéticamente maduraron varias semanas después de lo que lo hicieron las que estaban en el grupo control y registraron 30% menos de proteínas, hierro y zinc, sin que hubiera diferencias en el tamaño del grano".
"Este experimento confirmó que este gen era el único responsable de todos esos cambios".
Los investigadores dedujeron que el proceso inverso, de "despertar al gen" -impulsando la actividad del GPC-B1- debe producir plantas con niveles elevados de estos nutrientes en sus granos y que maduran más rápido.
El equipo de la Universidad de California ya está desarrollando estas variedades, no a través de la ingeniería genética, sino con el cruce de plantas de trigo manipulado y silvestre.
La clave es una tecnología llamada Marker Assisted Selection.
Esto le permite a los científicos seleccionar cuáles plantas cruzarán utilizando información genética, en vez de escogerlas simplemente por sus atributos, tal y como lo han hecho los granjeros a lo largo de la historia de la agricultura.
Saludos
Rodrigo Gonzalez Fernández
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