Más billetes, más inflación
¿Vuelve la maquinita?
"Tu crees que me matas,
yo creo que te suicidas"
Antonio Porchia
Hola gente, amigos y no tan amigos. Patricia Paltrow está en la guerra cotidiana de los mercados, en la Calle de la Pared, o la Calle del Muro, como prefieran, muy ocupada en un día más de baja de los precios, que la tienen atendiendo a sus operadores y sus clientes. Claro, todos están un poco nerviosos porque el dólar sube en el mundo cuando muchos esperaban una baja ("yo te lo avisé hace meses, flaquito", me acaba de decir, jugueteando con su vocecita de "yo si fui") mientras compra, vende, se ajusta el cabello y anda hecha una Lady por su oficina pese al frío), muy contenta de haberse jugado a la moneda norteamericana mientras la manada iba en sentido contrario. Pero no es sólo el dólar que ya está cerca de 1,39 euros. Hay más. Grecia está en medio de un temporal financiero, Venezuela y Ecuador enfrentan dificultades económicas crecientes, los chinos ajustan suavemente su economía (que está creciendo a una "modesta" tasa superior al 10% anual) y prometen subir un poco sus tasas de interés, los commodities bajan, los emergentes ya no cantan tan bien como en los meses pasados y todas las bolsas ajustan a la baja, en manada, claro, mientras las empresas no muestran las ganancias espectaculares pronosticadas y el Presidente de los Estados Unidos decidió enfrentar justo ahora (qué momento
), a los bancos, en una pulseada con más componente político que económico.
Pero Paltrow no perdió su optimismo respecto al futuro. Sigue insistiendo que la política llevada a cabo por Obama, el G-20 trabajando de manera coordinada, el Tesoro, la Fed y Ben Bernanke han sido positivas, ya que no sólo el mundo ha evitado vivir una crisis del tamaño de la feroz depresión iniciada en 1929, lo que no es poco decir, sino que de ahora en adelante quedan muchas tareas por resolver para evitar que este fenómeno momentáneo de tasas de interés de casi el 0%, híper-liquidez y países desarrollados con déficit fiscales monumentales (con todos los riesgos que ello implica) puedan canalizarse hacia una suave pero persistente recuperación, más o menos amarreta.
"Lo que te quiero decir, gorditoflaquito, es que ya me cansaron los que me hablan del riesgo de la W", del Apocalipsis, de las internas entre Krugman y Rubini versus los republicanos y tantas cosas más. La economía tiene fundamentos para subir, y los desequilibrios se irán corrigiendo, el peligro grave ya pasó y basta, lo demás es sintonía fina". Y me colgó casi sin saludarme, en su estilo acelerado que tanto me divierte porque luego a la noche se siente culpable y me dice cosas de película de Hollywood muy divertidas y amorosas.
Pero el punto hoy es la Argentina, otro país que se las trae mientras la telenovela Redrado versus Kirchner está llegando a su fin, y si algo está quedando claro es que el todavía Presidente del BCRA ganó sin duda la pulseada (aunque lo hayan echado) y los K perdieron, más allá de las apariencias y los insultos y los agravios. Así, Redrado se irá con todos los laureles, como el campeón de la estabilidad y el defensor de las reservas internacionales de los argentinos, y los que vengan a continuación en el BCRA no podrán evitar el síndrome K, que no es otra cosa que la desconfianza que generan todos los funcionarios que aceptan ser obedientes y respetuosos de las ideas económicas de Bwana, alias el superjefe. Dicho de manera sencillita, adiós independencia del Banco Central, como antes ocurrió con el INDEC y con tantos otros organismos del Estado que fueron apropiados por el Gobierno.
Qué paradoja, mientras hoy el Senado de los Estados Unidos votó por la continuidad de Ben Bernanke por un nuevo período como titular al frente de la Reserva Federal, en la Argentina el Poder Ejecutivo está haciendo lo posible y lo imposible- para echarlo a Martín Redrado de la Presidencia del BCRA, lo que no significa otra cosa que ir exactamente en contra de lo que hacen los países serios: no se respeta la autonomía del Banco Central, se echa a su Presidente (incluso se intentó hacer esto antes que el Congreso aprobara la remoción), no se lo deja terminar con los plazos institucionales de su mandato y, para terminar, se intentará poner un nuevo titular del Central que, sencillamente, cumpla órdenes.
Por eso ellos están como están, y nuestro país está como está: por vivir fuera de la ley, por no respetar las reglas establecidas, por la inseguridad jurídica que el gobierno promueve, aunque luego se quejan si viene cualquiera y señala esta inseguridad jurídica de la Argentina.
Amigos y no tan amigos. Hablé con economistas ortodoxos y heterodoxos, con los más serios, con los que estudiaron, con los que entienden cómo funcionan la oferta y la demanda, y los fenómenos monetarios y financieros, y su impacto sobre los precios y la inflación. Con los que son capaces de despojarse de su ideología y se dedican a tener y confrontar ideas, y a mirar los problemas económicos sin el velo de sus deseos, ilusiones o fantasías mágicas. Todos están de acuerdo, en líneas generales
Quedan varias certezas inquietantes de estas conversaciones.
· El Gobierno intentará financiar el innegable déficit fiscal con parte las reservas del Banco Central, por eso lo querían a Redrado afuera.
· El Gobierno considera que las reservas internacionales pueden ser usadas con fines diversos de promoción de la economía, además de pagar la deuda pública como lo intentaba hacer el "ingenioso" y riesgoso Fondo del Bicentenario. Más gasto, más demanda interna, más asistencialismo. Más.
· No les parece mal que el BCRA le preste al Tesoro parte de las reservas acumulados (¿los 6.599 millones? ¿Más?)
· No les incomoda que el Tesoro utilice (a través de diversos mecanismos contables) a estas reservas, convertidas en pesos, para financiar un gasto público que hoy crece a una velocidad anual superior al 30%, el doble que lo que aumenta la recaudación (por eso el déficit fiscal, de paso).
· Consideran que seguirán ingresando divisas para acumular nuevas reservas, porque el país hoy tiene un superávit comercial de más de 15.000 millones de dólares, con lo que no hay peligros a la vista porque el BCRA podrá seguir aumentando las reservas, ignorando que si las expectativas se revierten negativamente, la demanda de dinero pasará de pesos a dólares, de moneda mala a moneda buena.
· Creen que todo esto no tiene porqué tener repercusiones inflacionarias, ni cambiarias, en la medida que los argentinos no demanden dólares y sigan deseando pesos para consumir.
· Y no perciben que la inflación ya está en un piso superior a 15% anual, pese a que la economía este año 2010 crecerá entre 3 y 4%, luego de una caída aproximadamente similar en el año 2009, con lo que cualquier aceleración del precio del dólar se convertirá en una fuente autónoma de inflación.
Es así de sencillo. Quien mejor expuso esto es el economista Federico Muñoz en el editorial de su Newsletter semanal, aunque Miguel Angel Broda explicó algo muy similar (y descarnado) en el anterior programa de Marcelo Longobardi, explicando los enormes riesgos que implica la pérdida de autonomía del BCRA. Y muchos otros economistas ven venir el mismo "programa", modelo, profundización o como quieran llamarlo.
Para no cansarlos, les copio a continuación el editorial del Muñoz, con sus grandes números.
Editorial
El conflicto por la presidencia del BCRA y el uso de sus reservas
continúa empantanado en el Congreso y la Justicia. Pero
mientras los Kirchner procuran sortear las instancias judiciales
y legislativas (por ahora con escaso éxito), no dejan de pensar
en un cambio de rol para el BCRA, al que imaginan convertido
en pieza clave para el relanzamiento de su gestión.
En una reunión en Olivos, Kirchner explicó a una decena de
intendentes que la permanencia de Redrado en el BCRA es el
obstáculo a salvar para que se inicie una fase de bonanza económica
con fuerte impacto político. Según explicó, el disparador
de esa fase de prosperidad sería la activación del Fondo
del Bicentenario que permitiría liberar cuantiosos recursos para
obras públicas. Kirchner confía entonces en una fuerte aceleración
de la actividad económica, de la mano de una nueva
ola expansiva del gasto público financiada por el BCRA. En un
discurso ante militantes, Cristina también abonó el terreno para
un golpe de timón en el Central al afirmar que "La estabilidad
monetaria sin crecimiento es la paz de los cementerios".
Es innegable que bajo la gestión Redrado, el BCRA fue muy
permeable a los dictados de la Rosada. Los Kirchner pidieron
y obtuvieron un tipo de cambio alto, tasas de interés bajas y un
manejo muy laxo de la liquidez para maximizar el ritmo de
crecimiento económico. Pero tal parece que al matrimonio presidencial
ya no le basta con esta política monetaria y cambiaria
expansiva y funcional al "modelo productivo". Ahora también
procuran convertir al BCRA en el principal financista del fisco.
En 2007, el BCRA remitió al Tesoro unos US$2000 millones,
en concepto de adelantos transitorios y remisión de utilidades;
en 2008, el aporte del BCRA al fisco fue de US$3.400 millones,
y en 2009 trepó a US$6.600 millones (incluyendo el giro
del FMI al Central que terminó en el Tesoro). La tendencia promete
seguir siendo alcista en 2010. Proyectamos un giro cercano
a los US$10.000 millones, si se reemplaza al Fondo del
Bicentenario por otros esquemas política y legalmente más potables
(por caso, el reemplazo de Lebacs por Letes). El BCRA
se convertiría así en la nueva caja que permitiría sostener una
expansión ulterior del gasto público, pese a que el ratio Gasto
Primario/ PBI ya creció cerca de once puntos porcentuales (de
17,2% a 27,9%) desde el inicio de la gestión Kirchner.
En este contexto, afloran varias incógnitas: ¿Permitirá la conducción
del BCRA que suceda a Redrado este giro? Y en caso
afirmativo: ¿cuánto daño pueden hacer los Kirchner al convertir
al BCRA en el principal financista del fisco?
Suponer que la inflación no se acelerará con la erosión ulterior
a la solidez monetaria y a la posición fiscal de una expansión
del gasto de digamos- unos US$10.000 millones financiada
por el BCRA sería un acto de optimismo rayano con la ingenuidad.
Hoy, en un contexto en el que la inflación ronda el 18% y
en franco ascenso, el Peso es una moneda de baja calidad,
pero recuperable. El riesgo que se corre es que, si los Kirchner
avanzan con sus nuevos planes para el BCRA con los consecuentes
deterioros de la situación monetaria y del panorama
fiscal, la inflación se instale en un nuevo escalón y el Peso se
eche a perder irremediablemente. Este es el verdadero núcleo
del problema que convierte a la permanencia o no de Redrado
en el Central en una mera anécdota.
Federico Muñoz & asociados (25 de enero de 2010)
Nada peor que una dieta verde, hablando de economía
Dicho de manera sensilla (espero que comprensible), la pérdida de autonomía del BCRA tendrá repercusiones económicas, de desinversión y de aceleración de la inflación, sin dejar de lado otros efectos secundarios más inquietantes. La Argentina nuevamente se habrá "gastado" las reservas internacionales buscando un atajo para crecer mágicamente, y hasta no debiera descartarse una segunda etapa de esta nueva profundización, que será la utilización de la famosa maquinita de hacer billetes, que es una escalada que suele sobrevenir cuando se perdió el superávit fiscal, cuando no hay financiamiento voluntario, cuando se desea ganar elecciones a cualquier precio.
La foto que sigue a continuación merece una reflexión final que no es menor: la Argentina no tiene una máquina de emitir dólares, sino de fabricar pesos. En la medida que, en extremo, se vuelva a utilizar sin el control de un Banco Central que utilice esta maquinita para hacer una política monetaria equilibrada, prudente y sustentable, la inflación podría combinarse con una menor demanda de pesos, y una mayor demanda de dólares, con lo que a la inflación de demanda, a la inflación inercial, a la inflación de costos (por un potencial intento de reducir los subsidios en tarifas), se le agregaría la poco popular pero muy riesgosa "inflación cambiaria" descripta., curiosamente, por un excelente economista-ingeniero heterodoxo llamado Marcelo Diamand.
¡Prohibido pensar diferente!
En fin, amigos y no tan amigos, esta película ya la vimos una y otra vez en el pasado. ¿La veremos de nuevo?
Me voy a hablar con Paltrow, para que me cuente sobre los mercados y sobre nuestras próximas vacaciones lejos del mundanal mundo.
Un abrazo y hasta la Victoria Secret.
El Hombre Electrónico
(políticamente incorrecto)
(En la semana, pueden escucharme de 9:00 a 11:00 de la mañana, en AM 1070 radio El Mundo, en el excelente magazine de economía y actualidad de Pablo Wende y Equipo, obvio, dónde sino).
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