Foto CESAR SILVA
La corbata. La usa poco desde que llegó a Defensa, pero ese viernes 2 el ministro Andrés Allamand tenía puesta una roja cuando, cerca de las 18 horas, recibió la llamada del comandante en jefe de la FACh, general Jorge Rojas. Desde Antofagasta, el oficial le contó lo que a las 17.48 le había avisado -también por teléfono- el comandante del Comando de Combate de la institución, general Luis Ili: el accidente sufrido por el Casa 212.
Casi inmediatamente, el ministro se comunicó con el Presidente Piñera, y partió a La Moneda. Al salir, se cambió la corbata roja por una rigurosamente negra. Ya había motivos para pensar en lo peor. Se comentaba -como se repetiría en los días siguientes- que al ser fijo el tren de aterrizaje del Casa 212, el solo contacto con el mar habría hecho colapsar a la aeronave.
Camino a La Moneda, el ministro habló con su pareja Marcela Cubillos, con quien se encontró en Palacio, y recibió la confirmación de la lista de pasajeros: ya sabían que entre ellos iba su hermano Felipe Cubillos, líder de la Fundación Desafío Levantemos Chile.
Quienes han conversado con él no dejan de repetir que desde un primer momento el impacto fue fuerte para Allamand. Si los primeros días comentaban que "para él ha sido terrible, pero se las ha arreglado", hoy se afirma que "está destrozado". La pérdida de su cuñado fue demoledora, añaden.
La tragedia también ha marcado un vuelco profundo para el ministro, cuya alta exposición tiene a La Moneda y el oficialismo observando su desempeño. Hay consenso en que, aun pese al dolor, ha recuperado súbitamente protagonismo en momentos complejos y quizás decisivos para el rumbo del gobierno.
"Loreto" vs. "San Lorenzo"
Hasta el viernes pasado, Allamand llevaba casi ocho meses en un cargo que antes le era ajeno, y en el que se embarcó consciente de que había mejores trampolines presidenciales. Eso lo tenía distante de la contingencia pública y dependiendo del escenario post municipales 2012 para tomar una decisión.
Tras un debut en que impuso un estricto sello ante varios escándalos en las Fuerzas Armadas, en las últimas semanas estaba concentrado en un estratégico acercamiento con Argentina, formando una fuerza de paz al alero de la ONU. De no haber ocurrido el accidente, esta semana habría viajado a un encuentro de ministros de Defensa en Uruguay.
Pero nada de eso le dio, apuntan en el Ejecutivo, el "perfil nacional" que -dicen- proyecta al organizar y dirigir la "Operación Loreto". Que Allamand se haya ocupado directamente de la contención emocional de los familiares de las víctimas alimentó las comparaciones con la "Operación San Lorenzo", más allá de los desenlaces y la organización evidentemente distintos. En el gobierno y entre sus cercanos precisan que el Presidente Piñera no ha intervenido en el manejo de la búsqueda como lo hizo en el rescate de los 33 mineros. "Allamand no se manda solo, pero a diferencia de Laurence Golborne acá ha podido liderar toda la operación", dicen. Bajo sus órdenes se han movilizado unos 750 hombres.
En La Moneda no niegan que pese a lo doloroso del episodio, el ministro "lo está capitalizando". Sostienen que al sincerar su pesar, compartir con los deudos, mostrar que se está haciendo "todo lo posible" por hallar a las víctimas, pero siendo franco y hasta duro en advertir las bajas probabilidades, "lo ha humanizado" ante la opinión pública. Durante esta semana se ha medido internamente su desempeño, con buenos resultados. A ello se suma el "respiro" -no buscado, recalcan- para el gobierno: la cobertura de la búsqueda ha desplazado a la crisis educacional en los noticieros.
El flanco de las responsabilidades
Pero en el gobierno también se advierte seriamente que el cuadro ahora depende del ya declarado flanco de las responsabilidades por el accidente, con varias hipótesis y denuncias que apuntan a la FACh. Altas autoridades de Palacio reconocen que ello no sólo puede terminar opacando el operativo, sino que impactando en la institución. "No podemos permitir que acá pase lo mismo que en Carabineros", explican, al tiempo que dudan que en tal caso Allamand resulte afectado.
Por lo mismo, el vocero Andrés Chadwick recalcó esta semana que sin perjuicio de que "es un derecho de todos los chilenos" aclarar qué ocurrió, la prioridad es agotar la búsqueda. En La Moneda reconocen que la decisión de extenderla a 14 días -de la cual participó Allamand- apunta a tranquilizar a las familias e implica que terminará junto con el inicio de las Fiestas Patrias.
El titular de Defensa, aseguran en dicha cartera y en la sede de gobierno, se jugó por convencer a Piñera -ambos hablan diario- que nombrara un ministro en visita para que investigue el accidente, a fin de neutralizar los cuestionamientos de que sólo la FACh está pesquisando el caso. Y fue el "ideólogo" del sorpresivo viaje del Jefe de Estado a la isla Robinson Crusoe el miércoles, contrariando la opinión de sus más cercanos asesores, incluido Chadwick.
La dupla con Chadwick
Con el vocero, de quien es amigo, Allamand no sólo habla varias veces al día. Ambos se han coordinado para dirigir la fase más delicada del operativo: el traslado, identificación de los restos y su entrega a las familias. Y aunque el modelo de vocerías ha sido bien evaluado -salvo dos criticadas intervenciones del secretario general de la FACh-, crucial ha resultado la labor de "contención emocional" a los deudos.
Para eso, ambos resolvieron en una conversación telefónica implementar las videoconferencias en el Grupo 10 de la FACh, donde durante unas dos horas y media Allamand y el general Rojas explican los avances del proceso, reciben preguntas de los familiares y les aclaran sus dudas. También interviene Chadwick, quien junto con Defensa coordina dichos encuentros.
El titular de la Segegob ha asumido un rol fundamental. Se ha encargado de monitorear los funerales de las víctimas y, señalan en el gobierno, es "el oficial de enlace" del ex senador en Santiago, que incluye atender requerimientos de las familias. "Son una dupla, de eso no hay duda", recalcan en el Ejecutivo.
Su futuro en el gobierno
El comentado reposicionamiento de Allamand se produce justo cuando, en privado, en Palacio -incluso entre los más cercanos a Piñera- se pone en duda que el último cambio de gabinete haya sido suficiente para que el gobierno recuperara terreno político antes de que termine el último año sin elecciones.
En ese escenario, en los últimos días se ha manifestado la inquietud respecto de la posición en que quedó el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, tras la acusación constitucional de la semana pasada, que él ganó. Esta, dicen sus cercanos, "fue un golpe fuerte" para el jefe de gabinete, a lo que se suman las cifras que esta semana reveló la encuesta Adimark sobre la evaluación de su gestión: en ella, el ministro quedó entre los cuatro secretarios de Estado con menos aprobación, y el manejo de la delincuencia cayó a 17%.
Entre los cercanos a Hinzpeter cunde, como consecuencia, la inquietud de que debido a esto se generen dudas sobre el tipo de articulación política que podría desarrollar con la oposición, con otros movimientos sociales, y en ocasiones de crisis, como el conflicto estudiantil.
El jefe de gabinete ha cumplido una labor, destacan en Palacio, en la discusión sobre el manejo interno del Gobierno y temas de seguridad. Sin embargo, el trabajo político, de momento, descansa mayormente en Chadwick, mientras que el titular de la Segpres, Cristián Larroulet, se ha concentrado en despejar el camino para sacar adelante las reformas políticas.
Este escenario es prácticamente un déjà vu a dos meses atrás, cuando se discutía públicamente la permanencia de Hinzpeter en Interior, tras las repetidas críticas de la UDI. Esa vez, el nombre de Allamand fue uno de los primeros en asomarse como eventual reemplazante, y hasta hoy -aseguran en el corazón de La Moneda- se perfila como candidato en la eventualidad de un cambio, que en todo caso -se asegura- pasaría también por la propia evaluación de Hinzpeter respecto de su situación.
Ello, a pesar de que el ministro de Defensa ha dicho antes que no le atrae dejar su cartera pues -recalcan sus cercanos- Interior sería una apuesta riesgosa, debido a su exposición a las crisis y su rol prioritario en la seguridad pública (con la crisis educacional aún en marcha). Pero también las cosas han cambiado mucho desde hace dos meses con la llegada de Chadwick a La Moneda, con quien han hecho una férrea dupla.
De momento, Allamand sigue a cargo de la "Operación Loreto", y está en duda si se quedará en la isla hasta su cierre de final, el viernes 16 o sábado 17. Por lo pronto, el 16 es la preparatoria de la Parada Militar, que debe encabezar el 19. El martes 20 tenía programado un viaje de dos semanas a Noruega e Israel; en las últimas horas lo habría cancelado.
Andar por las calles de Barcelona y encontrarse de repente un huerto repleto de tomates, calabacines, berenjenas y otras hortalizas, sorprende. Pero ya hace más de diez años, concretamente desde el año 1997, que el Ayuntamiento de Barcelona ha ido destinando algunos terrenos municipales para reconvertirlos en pequeños huertos urbanos hasta llegar a los trece actuales.