Venezuela nacionalizó recientemente la cementera mexicana Cemex. |
¿Qué tienen en común en Venezuela un pequeño supermercado, una fábrica de plásticos, o una red de estaciones de servicio?. Que podrían ser considerados en cualquier momentos de "interés estratégico nacional" por el gobierno venezolano y ser estatizados. En medio de la ola nacionalizadora que adelanta el gobierno venezolano, muchas actividades económicas pueden quedar bajo esa definición de "interés nacional", aunque en sí misma sea de difícil acotación, incluso para expertos juristas.
Esa es una potestad extraordinaria que tienen todos los estados, sólo que en el caso venezolano ha sido venido usada intensivamente en los últimos dos años, lo que preocupa a algunos sectores productivos.
El reciente caso de la expropiación de la cementera mexicana Cemex se suma a las intervenciones que en telecomunicaciones, energía, siderúrgica y hasta la banca o en instalaciones turísticas ha hecho el gobierno venezolano esgrimiendo el "interés nacional".
Alimentos en la mira
Para muchos el próximo objetivo gubernamental son las grandes empresas de producción de alimentos, a las que el presidente Chávez ha acusado de crear desabatecimiento de algunos productos básicos para subir los precios y hasta para desestabilizar a su gobierno.
"La producción de alimentos depende de la empresa privada (...) La industria privada es el 76% y nada de lo que ha pasado en los últimos años ha cambiado esa situación", explicó a BBC Mundo Pabalo Baraybar, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos, Cavidea.
Para Baraybar el futuro del sector dependerá del trabajo conjunto entre el capital privado y el Estado, y ofrece como ejemplo un plan de Cavidea que permitiría aumentar en 50% la producción de alimentos en un plazo de diez años.
"El presidente Chávez dijo que no se podían lograr los resultados sin la empresa privada y que lo que debía hacerse es trabajar en conjunto y que estaba dispuesto a escuchar cualquier propuesta constructiva", manifestó Baraybar recordando la reunión de junio pasado cuando el gobierno llamó al sector a dar un "impulso productivo".
Soberanía alimentaria
En Cavidea niegan que haya una desinversión en el sector y aseguran que este año las empresas afiliadas han invertido unos US$500 millones, aunque reconocen que la demanda de alimentos ha caído este año un 5%, después de haber registrado una expansión de entre 9% y el 14% entre 2006 y 2007.
Se teme que las próximas nacionalizaciones apunten al sector alimentario |
Escacez de producción agrícola nacional, controles de importación de materias primas, controles de precios y otras fiscalizaciones han hecho que la industria de alimentos produzca menos y que se creen desabastecimientos en algunos rubros.
Pero esos controles podrían incrementarse con la nueva Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria, parte de un polémico paquete de leyes recientemente promulgadas por el presidente Chávez usando las facultades especiales legislativas que le otorgó la Asamblea Nacional hasta principios de agosto.
Asesores legales de Cavidea dijeron a BBC Mundo que consideran que la legislación está redactada en términos muy amplios y otorga excesiva discrecionalidad a los funcionarios públicos a la hora de regular la cadena de producción, distribución y venta de alimentos.
Por ejemplo confiere un carácter de utilidad pública a los bienes e infraestructuras que aseguren la disponibilidad y calidad de alimentos
"Llegó el comunismo"
Esa supuesta mayor discrecionalidad y el poder interventor del Estado es temido por el gremio de empresarios reunidos en la Federación de Cámaras de Comercio e Industria de Venezuela, Fedecámaras.
El presidente de Fedecámeras cree que la llamada revolución bolivariana "apunta al comunismo". |
La ola de nacionalizaciones y el paquete de leyes aprobadas bajo la habilitante hacen sospechar a su presidente, José Manuel González, que la llamada revolución bolivariana del presidente Chávez "apunta al comunismo".
"Estas leyes te confirman que está confiscada la propiedad privada porque por causa de utilidad pública y sin declararla, a cualquier gesto discrecional puede ser tomado cualquier bien por parte del ejecutivo" dijo González a BBC Mundo.
Sin embargo González afirma que "este comunismo no ha llegado para quedarse. Este intento del presidente de imponerle un comunismo a los venezolanos va a depender de los venezolanos. Estoy seguro que la gente no quiere el comunismo".
Estado vs. privados
Mientras tanto, entre las nacionalizaciones y el temor de muchos empresarios a invertir, el sector privado de la economía venezolana sigue perdiendo espacio.
Sin embargo, el ministro de Planificación y Desarrollo, Haiman El Troudi, aseguró que "la visión futura" del gobierno es "tener un crecimiento armónico, en el que haya un equiparamiento de los aportes del sector privado, el Estado y la economía social y comunal".
Durante el lanzamiento del llamado Fondo de Fomento Productivo, Troudi aseguró que su gobierno está "comprometido con el apalancamiento productivo nacional" e invitó a los sectores productivos a participan en el nuevo sistema de financiamiento.
En 2007 las inversiones extranjeras alcanzaron la menor cifra de la región: US$400 millones, mientras que la vecina Colombia acumuló US$8200 millones en ese mismo período, de acuerdo con la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
El gobierno venezolano le resta importancia a esos números y contrapone las decenas de convenios de inversión que se han firmado en los últimos años con China, Irán, Argentina, Brasil o Bielorrusia.
Algunos de los cuales han sigificado la apertura de fábricas en Venezuela: ensambladora de autos y motos iraníes, teléfonos celulares y computadoras chinas y hasta una futura fábrica de fusiles rusos.