(Revista MINERÍA CHILENA) Como 'visionario' es calificado el proyecto Antucoya por sus principales responsables. Lo anterior en razón de sus características, especialmente la de disponer de grandes reservas pero, a la vez, de muy baja ley. "Este proyecto es parte de la minería del futuro, en el sentido de que la minería se está haciendo cada vez más compleja en términos técnicos, e intrínsecamente también, los yacimientos cada vez son más profundos, bajan las leyes y, por otro lado, la necesidades de cobre se van incrementando. Antucoya es, tal vez, si no uno de los primeros, uno de los yacimientos greenfield o stand alone con la más baja ley que se haya diseñado, por lo menos en Chile, y tal vez en el mundo", afirma Claudio Campos, gerente de este nuevo proyecto de Antofagasta Minerals. A estos desafíos se suma el hecho de que las operaciones no disponen de ningún acuífero cercano más que la línea de agua de mar que alimenta a Esperanza. Será desde esta fuente de alimentación que obtendrán el recurso hídrico para sus procesos, mientras que el agua para consumo humano será también agua de mar desalinizada. Los elementos anteriormente descritos ponen de manifiesto dos énfasis en los que la compañía está dirigiendo sus esfuerzos para viabilizar esta nueva inversión: desarrollo tecnológico y eficiencia desde el diseño de la mina y sus operaciones. Al evaluar los costos y beneficios del proyecto, el saldo para los responsables del proyecto es positivo. Por ello durante este mes (agosto) presentarán al directorio de Antofagasta Minerals las conclusiones del estudio de factibilidad, a objeto de dar el 'vamos' a la fase inversional del emprendimiento para que pueda operar en el horizonte de tiempo que se maneja hasta este momento. "Cuando uno mira el proyecto, puede visualizar que en términos de recuperación de cobre fino, con los parámetros que manejamos, éste puede llegar a equiparar lo que va a ser la vida útil de El Tesoro. Por lo tanto, tenemos un tremendo yacimiento, pero que es de baja ley. Entonces tenemos que hacer algo con él. Y a favor tenemos también habilitadores importantes. Tenemos una cañería de agua que pasa por ahí, tenemos recursos humanos calificados cerca, tenemos el conocimiento del proceso con agua de mar en Michilla y Esperanza, y estamos instalados en la Región de Antofagasta como una compañía grande que está integrada a la comunidad. Tenemos también infraestructura cercana; caminos, puertos; estamos en un clima favorable, a 1.700 metros de altura donde en general no nieva ni llueve, tenemos un área del punto de vista medio ambiental con muy bajo impacto; con comunidades a más de 40 kilómetros. Entonces tenemos habilitadores importantes y buscamos la mejor forma de hacer este proyecto viendo también cómo lo han hecho otras compañías con yacimientos de leyes base similares", detalla Campos acerca de las fortalezas del proyecto y del esfuerzo de Antofagasta Minerals por llevarlo a cabo. El yacimiento
Antucoya se ubica específicamente en las comunas de Mejillones y María Elena, provincias de Antofagasta y Tocopilla respectivamente. Se sitúa aproximadamente a 125 km al noreste de Antofagasta y a 45 km al este de las operaciones de Michilla. Respecto de sus características geológicas, "es un yacimiento de tipo pórfido cuprífero de gran magnitud. Tiene más de 1.000 millones de toneladas de mineral oxidado, y existe un primario, un sulfuro, que no está explorado o está bajamente explorado. Esto puede ser explotado en una segunda etapa del yacimiento. La ley media es de 0,35% de cobre total y la ley de corte de 0,2%", indica el gerente del proyecto. "Es un yacimiento de muy bajo prestripping, por lo mismo, tiene una razón intermedial bajo el 0,8 ó 0,7", complementa el ejecutivo. La vida útil de la explotación de sulfuros pensada para esta denominada primera etapa del yacimiento sería de 19 años.
En términos metalúrgicos, "se trata de minerales que son limonitas, sulfatos mixtos, en menor cantidad, y óxidos verdes que son atacamita y brochantita principalmente, y un poco de crisocola. Éstos comprenden el 50% del yacimiento y la mayoría de las pruebas metalúrgicas que se desarrollaron fueron en esas unidades geológicas, las cuales demostraron un comportamiento similar en distintos puntos de los sondajes del mismo yacimiento, por lo tanto, eso nos entrega una confiabilidad bastante buena, en que los resultados que obtuvimos son extrapolables al yacimiento", indica José Aldana, ingeniero senior de metalurgia de Antofagasta Minerals. Prueba metalúrgica industrial
Para José Aldana, el hecho de haber desarrollado una prueba metalúrgica del comportamiento del yacimiento a escala industrial es un hecho inédito en la industria y dice relación con la visión de proyecto de minería del futuro que Antofagasta Minerals está imponiendo en Antucoya, tanto en su etapa de estudios como en una futura operación. "El mercado tiene que acostumbrarse a que van a empezar a aparecer nuevos yacimientos de leyes bajas y dentro de los estudios es clave hacer un buen programa de pruebas y un buen programa de sondajes", afirma José Aldana. Estas pruebas fueron llevadas a cabo en la planta de Michilla. "Gastamos bastante dinero y tiempo y metimos mucha inteligencia en hacer la prueba industrial, preocupándonos de que no solamente fuera una prueba piloto, o a escala, sino una prueba que tuviera los parámetros que vamos a ocupar en el proceso real, con los insumos que vamos a usar en el proceso; uno de los principales es el agua de mar; donde pudimos probar temas de regulación de consumo ácido, de granulometría, formas de riego. Sin duda la información que tenemos ahora para proyectar nuestros parámetros, es bastante robusta", destaca Campos. "Desde el punto del consumo de ácido las pruebas son bastante robustas también. Las cuatro unidades geológicas presentan diferentes consumos, pero como concepto global promedio estamos hablando del orden de 16 kilos por tonelada, lo que nos lleva a un proyecto bastante ejecutable", indica Aldana sobre uno de los mayores desafíos que impone la necesidad de tratar una gran cantidad de mineral. En cuanto a la recuperación obtenida en las pruebas metalúrgicas "estamos en cifras del orden del 70% aproximadamente. O sea yo no veo que debiésemos tener grandes problemas", especifica el experto metalurgista. Operando en 2014
Según el timing que maneja la compañía, este proyecto podría comenzar a operar en 2014. Tras un ramp up de unos seis meses, lograría alcanzar una producción anual promedio de 80.000 TMF en plena operación. "Como la mina prácticamente no tiene prestripping empieza a alimentar a la planta tempranamente. Vamos a mover tres millones de toneladas al año de mineral y en los periodos peak unos 70 millones de toneladas al año de todo el material. Básicamente la producción promedio anual va a ser 80.000 toneladas en los primeros ocho años, pero nos estamos proyectando a producir hasta unas 84.000 toneladas de cobre", resalta Campos.
"En este momento estamos terminando la factibilidad del proyecto, ya terminamos la prueba industrial y tenemos el estudio de impacto ambiental (EIA) aprobado", explica Claudio Campos. Esto último ocurrió el 30 de junio pasado con buena acogida de las autoridades y de la comunidad según el gerente del proyecto. "La experiencia de Esperanza básicamente dejó una vara bastante alta con respecto a todo el trabajo comunitario que se hizo, a la contratación y capacitación de personas de la comunidad para ingresar a la minería. Y es una vara que nosotros queremos copiar y mejorar. Y eso Mejillones y María Elena lo saben", manifiesta. En este sentido, el emprendimiento está buscando vías de capacitación para las personas de las comunidades locales para contar con el personal adecuado a sus operaciones. "En el desarrollo de un yacimiento desafiante como éste hay que partir con la excelencia operacional desde el inicio y con instaurar una cultura de las personas en que se tienen que hacer las cosas bien, trabajando con gente idónea y que se capacite con anticipación para poder conocer las operaciones", destaca Aldana. La encargada de hacer el EIA fue la empresa Gestión Ambiental Consultores mientras que en el estudio de factibilidad participaron SNC Lavalin y NCL.
Según los responsables del proyecto, la inversión que éste demandará sería de alrededor de US$1.000 millones, y ella contemplará la construcción de la infraestructura completa para las operaciones de mina y planta y de un campamento para unas 1.100 personas. Para el futuro ya se trabaja en campañas de sondaje que permitan estimar las reservas de sulfuros. "Se está haciendo una y se está haciendo un modelo de tal forma de delimitar mejor el cuerpo con sondajes adicionales. Sin duda, éste es un proyecto que viene después de 20 años, sin embargo, es una continuidad importante para Antucoya, queremos que no solamente termine en la explotación de óxidos, sino que tenga una continuidad que puede ser del orden de 10 a 15 años más", finaliza Claudio Campos. Fuente/ Revista MINERÍA CHILENA |
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