Rodrigo González Fernández, de consultajuridicachile.blogspot.com ha dicho: “Este artículo se lo voy a enviar a Sergio Checho Hirane que entiende mucho de esto. Además lo voy a Proponer como curso en
La gestión de la risa en la empresa “Un recurso humano”
Por Enric Castellvi
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La seriedad de las empresas
Las grandes corporaciones y empresas de prestigio suelen tener fama por su capacidad de asumir grandes retos y por su seriedad. Y por eso es por todos, harto conocido, que a ellas se va para trabajar y no para perder el tiempo.
Esta afirmación que si bien es totalmente sensata y que a nadie se le ocurriría discutirla, tiene una parte en su enunciado que puede llevar con suma facilidad a interpretaciones equivocas, dependiendo de quien pueda llegar a formularla. Por lo general las personas que la utilizan con frecuencia, suelen ser personas que piensan que reír es perder el tiempo, que no tomarse las cosas en serio, es sinónimo de falta de respeto, de falta de madurez, de falta de inteligencia.
Lamentablemente, muchos directivos, en el intento de encubrir su incapacidad para gestionar las relaciones humanas, y el sentido del humor, incumplen su deber como líderes, de crear un entorno feliz, favorable, fecundo, fantástico, fascinante… que haga posible el crecimiento, la cohesión, la confianza, la colaboración, la comunicación… adecuada entre las personas que trabajan en su organización. Con demasiada frecuencia se olvida el reconocimiento sincero, promover la satisfacción en el trabajo, la creación de entornos facilitadotes de la comunicación y el buen clima, e incluso las cosas más elementales de convivencia como son: el cariño, la amabilidad, la calidez, la amistad, por considerarse “muy bonitas” pero poco rentables.
Como consecuencia de esto, cada día son más frecuentes las enfermedades profesionales, y los accidentes de trabajo debido a la desmotivación, la apatía, la depresión, el estrés, la baja moral, la ansiedad, la falta de concentración, los miedos, la depresión inmunológica, que son las responsables de casi la totalidad del absentismo laboral, la falta de comunicación, la desconfianza, el desánimo, y lo que se ha descrito como el síndrome de las personas “quemadas”.
Si no nos convencemos de que es necesario cambiar las viejas creencias, de los planteamientos que describía Douglas McGregor sobre la “teoría X”, que muy lejos de estar superados en la actualidad siguen rigiendo en la mente de muchos de nuestros empresarios y directos, una actitud desconfiada que conduce a suposiciones del tipo de: que el trabajo es un castigo del señor que tenemos que sufrir, que la gente se rige por a ley del mínimo esfuerzo, que el dinero es lo único importante, que la creatividad es solo patrimonio de los directivos, que a los trabajadores hay que manipularles y dirigirlos…Este tipo de creencias conduce a establecer rígidos sistemas de normas y procedimientos encaminados al control del rendimiento, y todo lo que hace el personal.
Por el contrario si realmente creyéramos, en la certeza de la “teoría Y”, estaríamos convencidos de que el trabajo puede ser interesante y gratificante por si mismo, que las personas buscan su crecimiento y su autorrealización a través de las actividades que desempeñan, que las personas desean aprender y crecer, porque ello les da seguridad y la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos y nuevas experiencias, que la responsabilidad es motivadora en si misma cuando ésta puede ser asumida con seguridad y competencia, que todo el mundo posee un “genio” en su interior y una opinión genuina que merece ser escuchada, que cuanto mejor se trate un trabajador, cuanto más cariño se le dé, cuanto más cálido sea el entorno donde se desenvuelve, mayor será su deseo de realizar correctamente su trabajo, y mayor el orgullo de pertenecer a ese departamento y esa organización.
Cultura de empresa y el sentido del humor.
Como ocurre con los grupos humanos, las culturas empresariales pueden ser rígidas o flexibles, autoritarias o democráticas, lúcidas o perturbadoras, agradables o antipáticas. Hay empresas tímidas, con complejo de inferioridad, empresas con delirios de grandeza, algunas que viven en la luna y otras que están locas de atar. El humor y la risa se están perfilando como excelentes herramientas para mejorar la productividad y el clima laboral de cualquier tipo de empresa o negocio. Algunas empresas ya, han incorporado a sus procesos de selección de personal, pruebas psicotécnicas donde miden el sentido del humor de los aspirantes y su capacidad para reírse.
Una de esas empresas la estadounidense, Pike Place el mercado mas famoso y gigantesco del mundo de Seattle y que es descrito en el conocido libro de “Fish”, según la publicación más visitada y célebre del mundo, relata que los empleados abrazan a sus clientes, cantan y hasta lanzan los pescados por los aires antes de envolverlo. Más allá de este ejemplo, lo que se ha comprobado es que trabajar en entornos en los que se favorece la cultura de la risa y del buen humor, se permiten o promueven las bromas la espontaneidad y a la creatividad, esta genera un mejor clima laboral una reducción drástica del absentismo laboral, un semiento de orgullo de pertenencia y una mejor calidad de relación con los clientes.
En el libro,”Fish” , vemos cómo mejorar el ambiente laboral en sitios donde la tensión, la desmotivación, la apatía, la envidia, la desconfianza y el mal humor de los empleados, los hacen irrespirables. Pone como ejemplo los resultados de una sencilla pescadería que triunfa. Sus trabajadores triunfan con la receta de "Alegrar el día a sus clientes y a sus compañeros de trabajo". Se esfuerzan en alegrar cada día a los demás… Y los demás se lo devuelven alegrándoselos a ellos.
La risa tiene el don de contagiarse rápidamente, a nada que le demos rienda suelta, provoca un ambiente de bienestar agradable, de confianza, de armonía, tanto en el hogar como en el trabajo, así que aprovechemos este don que, además de ser totalmente gratis, nos permite borrar las tensiones y mantener en buen estado de salud.
El buen humor es mucho más potente que una buena medicina para la empresa enferma, aquejada de seriedad crónica. Es capaz de minimizar la aparición de enfermedades laborales y el bajo rendimiento, y mejora rápidamente los estados de salud pobres y de estrés elevado.
Aquellas empresas que ya han apostado por introducir en su cultura de empresa buenas dosis de alegría y buen humor, ya empiezan a recoger los frutos de su atrevimiento en forma de mayor creatividad, empleados y clientes satisfechos , felices y más comprometidos.
Cuando la gerencia sonríe
Las empresas tienen las mismas emociones y sentimientos que los seres humanos: hay empresas alegres, tristes, solitarias, extrovertidas, irresponsables, envidiosas, creativas, perezosas, viciosas, envejecidas, retrasadas, maníacas, depresivas, mezquinas, bondadosas, generosas, inteligentes e idiotas.
Todo lo que se da en los seres humanos también se da en el mundo empresarial. Y esto tiene una lógica aplastante ya que las empresas están constituidas y dirigidas por seres humanos.
Por tanto aquí sería de aplicación el refrán de “Dime como es tu gerente y te diré como es tu empresa” o lo que es o mismo “Dime cuanto ríe tu gerente y te diré si tu empresa es feliz”
Que la gerencia sonría, es síntoma de que la empresa goza de buena salud De no ser así, es muy probable, que la empresa sufra de males neuróticos, que esté influenciada por los mimos sentimientos negativos que hacen sufrir a las personas; el miedo, los celos, la desconfianza, la envidia, la ira. Sólo cuando las personas que dirigen las organizaciones gestionan adecuadamente sus emociones, estas consiguen gestionar ademadamente las de la organización.
Cuando las empresas son identificadas como “neuróticas”, es muy posible que tenga dificultades para poder atraer a buenos profesionales, y que por ello tenga que pagar mejores sueldos que la competencia y ofrecer fantásticas ventajas curriculares o estará expuesta a tener que soportar una constante rotación de personal. Hay gerentes gruñones y malhumorados a los que parece no importar este constante desfile de personas por su organización, que después se transformarán en la peor publicidad para su empresa, tanto a nivel de contratación de buenos empleados como a nivel de atracción y retención de nuevos buenos clientes. Este tipo de gerentes se quejan porque tienen mala suerte y contratan solo a los torpes. Siempre tienen la sensación de pagar demasiado y amenazan a sus empleados para conseguir que se esfuercen más.
Resulta imprescindible para que cualquier organización funcione, que gerentes y directores entiendan que al igual que las personas las empresas que no sonríen, y que están faltas de sentido de humor, están enfermas, tristes, deprimidas, y que este estado de ánimo, conduce a la apatía, al aislamiento, a morir cada día un poco, a la queja permanente, a la apatía general, a mirar siempre el pasado como algo que fue mejor.
Los máximos responsables de cada organización, son las personas que pueden transformar a una empresa triste en la más feliz y divertida del mercado. Es tan simple como estar convencido de que esto es así y ponerse de” buen humor”
¿Que te parece poner en práctica esto sencillos consejos?:
· Se tu mismo. Destapa tu alegría y buen humor y haz participe de ella a todas las personas con las que trabajas (directores, colaboradores, clientes, proveedores).
· Siente orgullo de tu empresa y de la gente para quien trabajas (directores, colaboradores, clientes, proveedores). Transmite ese orgullo con gracia y buen humor, siente de forma genuina que tu empresa es la mejor y pásatelo en grande trabajando.
· Sé entusiasta. “No hay peor “quiebra empresarial” que la persona que pierde su entusiasmo. Quien lo ha perdido todo pero conserva su entusiasmo, volverá a triunfar” El entusiasmo es de o más contagioso, y siempre atrae “salud, dinero y amor”.
· Procura diversión a todos los puestos de trabajo de tu organización. Con ello mantendrás fresca, activa y dinámica a tu organización. Cuando el juego y la diversión aparecen, también lo hacen la energía, la inteligencia, la creatividad la colaboración y la productividad.
· Asegúrate de que la gente disfrute del trabajo. Las personas que disfrutan de lo que hacen, sufren menos estrés, tienden a estar más sanas y sobre todo tienen más éxito, que los que sólo lo hacen por dinero.
· Ten valentía. Felicita a todas las personas por las cosas que hace, por sus esfuerzos, por compartir el trabajo y su tiempo. Agradece genuinamente a las personas la decisión de trabajar para ti. Muestra tu aprecio y tu comprensión, sobre todo, con los que te resulte más difícil
· Incluye la risa en todas las políticas de la empresa. Haz que el sentido del humor sea un tamiz que haya que superar para que cualquier política de la organización sea aprobada.
· Establece valores y principios que incluyan el amor, la bondad, la alegría y sentido del humor.
· Haz del sentido del humor en una competencia fundamental de la organización. Comunícala y entrénala, en todas las personas de tu empresa, pero sobre todo en los directivos y mandos de la organización, que son los que más deben practicarlo.
· Visita cada día con una sonrisa los diferentes departamentos, delegaciones, plantas de fabricación de la empresa, y escucha las sugerencias divertidas de la gente.
· Implanta el desayuno feliz. Todos los lunes a primera hora de la mañana, congrega un grupo de personas de todos los niveles para hablar y bromear. Te aseguro que te explicarán cosas sorprendentes.
· Revisa estos consejos a menudo e incluye nuevas ideas que te parezcan creativas eficaces y compártelas con otros gerentes directivos para que también puedan aplicarlas en sus empresas.
Enric Castellvi, Director Diverrisa
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