Impacto del impuesto a la herencia en la empresa familiar
El impuesto a la herencia grava las asignaciones por causa de muerte recibidas por una persona. Existe conciencia...
Jorge Carraha
El impuesto a la herencia grava las asignaciones por causa de muerte recibidas por una persona. Existe conciencia en que este impuesto genera importantes distorsiones, por lo que diversos expertos han planteado la conveniencia de derogarlo. Se trata de un impuesto que afecta principalmente a los sectores medios, ya que las personas de alto patrimonio normalmente reducen el impacto del impuesto a través de una adecuada planificación tributaria. También se cuestiona su carácter patrimonial, pues afecta a bienes adquiridos con rentas que ya tributaron.
El impuesto de herencia es doblemente progresivo. Su tasa se determina por tramos, aplicándose la tasa máxima de 25% a las asignaciones cuyo valor exceda de 1.200 UTA ($555 millones aproximadamente). Además, la tasa del impuesto se incrementa de acuerdo al grado de parentesco que tenga el asignatario respecto del causante (con un máximo de un 40%).
Este impuesto es particularmente perjudicial para la empresa familiar, ya que, normalmente, el impuesto de herencia no está provisionado y la empresa no cuenta con la liquidez necesaria para pagarlo, por lo que los herederos se ven forzados a enajenar bienes de la empresa o la empresa misma para poder pagar el impuesto, lo que puede afectar la continuidad y solvencia de la empresa. Asimismo, la ganancia derivada de la venta de los activos necesarios para el pago del impuesto estará, en general, afecta a Impuesto de Primera Categoría (20%) e Impuesto Global Complementario (hasta un 40%).
Internacionalmente se ha reconocido la gran incidencia que las empresas familiares tienen en la economía, representando en Chile más del 90% de las empresas inscritas ante el SII. Por lo anterior, algunos países han reducido o eliminado el impuesto a la herencia. Así, por ejemplo, España ha flexibilizado la aplicación del impuesto a la herencia, fomentando la sucesión en la empresas familiar y permitiendo, en la práctica, la eliminación de dicho impuesto respecto de los bienes vinculados a la empresa familiar.
Si a todo lo anterior agregamos que la recaudación del impuesto a la herencia en nuestro país es baja (históricamente un 0,2% del total) y que su administración es cara para el Estado, estimamos oportuno evaluar la conveniencia de su eliminación.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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