Obama enfrenta dificultades respecto a la reforma de salud y a las operaciones en Irak y Afganistán
Estados Unidos salió de la recesión pero todavía no deja atrás la crisis
Paula Namur Y. DF
La semana pasada todo fue sonrisas cuando se supo que Estados Unidos salió de la recesión al informar un crecimiento del Producto Interno Bruto de 3,5% en el tercer trimestre. Sin embargo, debe remontar enormes desafíos antes de que pueda decirse que tomó el camino a una recuperación sustentable. Superar el desempleo, recortar la enorme deuda pública que dejaron los millonarios rescates, reducir el déficit fiscal, y resolver la falta de apoyo al presidente Barack Obama para llevar adelante su reforma de salud, son sólo algunos de ellos.
Desde que comenzó la recesión en diciembre de 2007, el gobierno y la Reserva Federal han destinado miles de millones de dólares a evitar el colapso del sistema financiero y de la economía. Según Christina Romer, presidenta del Consejo de asesores económicos de la Casa Blanca, el plan de estímulo por US$ 787 mil millones aprobado en febrero contribuyó con entre tres y cuatro puntos porcentuales al crecimiento del PIB en el tercer trimestre.
Sin embargo, el plan también ayudó a abultar el déficit fiscal durante el año fiscal 2008 terminado en septiembre. La brecha llegó a
US$ 1,417 billón (millón de millones), o cerca de 10% del PIB estadounidense. Se trata de la cifra más alta desde 1945.
Aunque el compromiso del Secretario del Tesoro estadounidense, Tim Geithner, es llevar el déficit a "niveles viables a medida que la economía se recupere", eso no ocurrirá inmediatamente. De hecho, dado que la recuperación se inició recién en el segundo trimestre, Geithner insiste en que sería una locura dejar de sostener a la economía antes de que el crecimiento se consolide.
Ante esto, la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca (OMB, su sigla en inglés) prevé un nuevo déficit presupuestario récord, esta vez de US$ 1,5 billón para el año fiscal que acaba de comenzar. El mayor déficit en 64 años, sumado a las tasas de interés cercanas a cero, ha alimentado el reciente desplome del precio del dólar, que amenaza con minar la hegemonía de la primera potencia mundial.
Se abulta la deuda
La magnitud del déficit limita seriamente la capacidad de reacción ante cualquier nuevo impacto. Los rescates también han contribuido a elevar la deuda pública desde 37% del PIB hace sólo dos años, hasta 50% hoy. Y la tendencia es al alza: según el FMI, el ratio llegará a 112% en cinco años.
Hasta qué punto avance la deuda dependerá sobre todo de la velocidad con que crezca la economía. Esto, porque las altas tasas de crecimiento llevan a estrecharse los déficits y a un PIB más alto para apoyar la deuda.
Reducir la brecha requiere una combinación de crecimiento más acelerado, mayores impuestos y menor gasto. "Se puede hacer. El ratio llegó a 100% durante la segunda guerra mundial. Después cayó porque bajó el gasto en defensa, la economía rebotó y las autoridades tomaron algunas decisiones difíciles", recalca The Economist.
En las últimas décadas, países altamente endeudados han encontrado su camino de regreso sin recurrir a un default o a la inflación. Sin embargo, el presupuesto de defensa de EE.UU. es muy pequeño como proporción del PIB como para representar una contribución significativa a la reducción del déficit. Además, las tasas de interés están en el nivel más bajo de la historia, lo que hace difícil estimular más la actividad por la vía de la política monetaria.
Por esto ya son varios los economistas, entre ellos el Premio Nobel de Economía 2008, Paul Krugman, que no dudan en comparar el caso estadounidense con el de la "década perdida" de Japón en los '90.
Consumidor desconfiado
La confianza del consumidor es otro de los grandes problemas. El consumo, que representa el 70% de la economía en Estados Unidos, logró repuntar en el tercer trimestre tras caer en cuatro de los últimos seis trimestres. Pero las cifras advierten que el incremento se debió en gran parte a compras de automóviles y viviendas, sectores que recibieron ayudas del gobierno que terminaron o están por terminar. La pregunta ahora es si este nivel de consumo podrá mantenerse sin la ayuda del gobierno o si, por el contrario, los estadounidenses seguirán aumentando sus niveles de ahorro, asustados por la pérdida de siete millones de empleos hasta ahora y la caída en el precio de los activos.
La esperanza es que el repunte en la actividad mejore la confianza. Pero la última encuesta de la Universidad de Michigan, que reveló una caída de la confianza desde 73,5 puntos a 70,6 puntos en octubre, muestra que ese efecto no se ha logrado.
La razón más probable, según escribió el columnista John Authers en Financial Times, es que el desempleo sigue creciendo con más rapidez que en cualquier momento de la década. De hecho, el promedio de analistas consultados por Bloomberg espera que la cifra haya llegado a 9,9% en octubre.
Esta desconfianza también se explica por la caída en el precio de los activos, en particular de las viviendas, que se han desplomado 29% desde su máximo de 2006, según cifras de S&P/Case-Shiller. Esto tiene a las familias estadounidenses "bajo el agua", es decir, con una deuda hipotecaria superior al precio de sus casas. Krugman estima que la destrucción de riqueza en los hogares estadounidenses a consecuencia de la crisis ha sido de US$ 13 billones.
Tras la crisis del sistema financiero, una reforma de la banca es otro de los grandes desafíos de la mayor economía mundial. El gobierno de Barack Obama avanzó la semana pasada con su reforma financiera, al presentar una iniciativa para enfrentar el riesgo sistémico y obteniendo la aprobación a una medida que expondrá a los fondos de cobertura a mayor regulación.
Problemas políticos
La popularidad del presidente estadounidense, a un año de ser elegido como el primer mandatario afroamericano de la historia de ese país, también ha decaído.
Para Obama este momento es decisivo, ya que la estabilidad en esos índices depende de su éxito en dos temas centrales. En primer lugar, de la reforma del sistema de salud, que el mandatario transformó en su prioridad nacional, y que ha levantado polémica en el Congreso por la idea de introducir una aseguradora pública financiada con impuestos a los más ricos. Segundo, en la odisea de quedar bien con liberales, moderados y conservadores en las operaciones militares de Irak y Afganistán, que, según cifras del Congreso, en agosto ascendía a cerca de US$ 850 mil millones desde 2001.
Paul Krugman
Nobel de Economía 2008
En estos momentos el mundo en general se asemeja al Japón de principios de los '90 (...) El desplome global ha sido peor que cualquiera ocurrido en Japón durante la década perdida".
George Soros
Inversionista multimillonario
Pasará mucho tiempo para que el mundo pueda absorber los hechos relacionados con la crisis y la fuente del problema está en EE.UU. Es ahí donde los consumidores gastaron más de lo que ganaban"
Joseph Stiglitz
Nobel de Economía 2001
"Esta claro que la situación empeorará", explicó en relación al empleo, luego que Estados Unidos hubiera perdido 7,2 millones de puestos de trabajo desde diciembre de 2007.
Nouriel Roubini
Profesor que anticipó la crisis
A medio y largo plazo las multimillonarias políticas anticrisis "han comenzado a crear burbujas en la renta variable, en los commodities, en el crédito y en los mercados emergentes".
CONSULTEN, ESCRIBAN OPINEN LIBREMENTE
Saludos
RODRIGO DONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIMIENTO DE ONU
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