La educación es y ha sido siempre -ante todo- una forma de hacerse parte de la cultura de una época y un lugar. Y, junto con eso, un puente tendido entre el presente y el futuro. ¿Qué significa esto?, ¿Qué relación tiene la Minería con esto? y lo más interesante es entender la "Responsabilidad Social de la Industria Minera" hacia la Educación.
¿Qué significa esto?, creo esto significa 5 puntos fundamentales y convergentes (1)
1) Significa, primero, formar personas para la cultura moderna, que descansa fundamentalmente en el principio de la libertad y de la autonomía de la conciencia personal. Por lo tanto, formar para la responsabilidad individual, para la gestión de sí mismo en entornos inciertos e inestables, en los valores del auto-control y la auto-disciplina. La cultura moderna es una cultura de derechos y de obligaciones; no sólo de libertades sino también de compromisos.
No se trata sólo de una cuestión de "libertad de elegir", como si la vida fuera un enorme supermercado en el que tomamos o dejamos ideas, productos, valores, sensibilidades, relaciones y conocimientos, aun cuando nuestro país es de los pocos en el mundo que da la opción a las familias de elegir una escuela de entre una oferta variada de colegios públicos, religiosos y privados laicos.
La cultura moderna tampoco es el equivalente a un "free for all"; esa suerte de anarquía donde sólo imperan las preferencias individuales. Al contrario, es una cultura centrada en el poder de la razón en un horizonte de valores. Y la educación es una manera de acceder no sólo a los conocimientos producidos por la razón sino, además, y prioritariamente, a los valores generados por la experiencia de hombres y mujeres que razonan y desean convivir en torno a los ideales de la modernidad: libertad, igualdad y fraternidad.
2) Que la educación sea parte de la cultura significa, en segundo lugar, formar a las personas para un mundo que depende crecientemente de la información y el conocimiento. Por lo tanto, a tener una mente ordenada en condiciones de seleccionar y organizar esa información y conocimiento.
"Llenar la cabeza" de información y conocimiento se ha vuelto, además de inútil, imposible; lo que hay que desarrollar en las personas, desde la infancia en adelante, es su capacidad de aprender, de evaluar, de emitir juicios, de reflexionar y aplicar la información y el conocimiento a la solución de problemas con los cuales nos enfrentamos cotidianamente.
3) Educación significa hoy formar personas para el desempeño de funciones y ocupaciones en la economía y la sociedad. Desarrollar habilidades y destrezas que nos permiten desenvolvernos exitosamente en nuestros roles productivos (una industria, un hospital, una microempresa, el comercio exterior, una escuela o un auto-empleado)
(1). De acuerdo a lo señalado por el Ministro de Educación de Chile. Sergio Bitar
En la actualidad, la formación debe estimular las competencias que suelen llamarse de empleabilidad. Contrariamente a lo que se piensa a veces, son competencias profundamente humanas, como el desarrollo de la inteligencia emocional y social, el trabajo en equipo, el espíritu emprendedor, la innovación, la capacidad de ser flexible a los cambios e incluso de provocarlos de manera proactiva; la toma de decisiones con riesgos calculados, el saber planificar tiempo y recursos, el perseverar en los objetivos. En suma, adquirir las destrezas que nos llevan a ser productivos en un mundo en permanente transformación.
4) En cuarto lugar, educar significa formar para un mundo democrático, de ciudadanía activa, reflexiva y crítica.
Hay quienes ponen mucho énfasis en el aspecto pragmático y utilitario de la educación, olvidando que el hombre no sólo es productor y consumidor sino, además, sujeto de derechos, participante activo o pasivo de la deliberación pública, objeto y sujeto de políticas, parte de una sociedad que, para prosperar y vivir en paz, necesita gobernarse a sí misma.
Y para auto-gobernarse se requiere personas dotadas de un sentido de lo público, que conozcan las instituciones y las respeten, que estén en disposición de servir a su país, que tengan un sentido de identidad nacional y orgullo con su historia, que se afanen por vivir en paz y aprendan a resolver sus problemas y conflictos sin recurrir a la fuerza.
5) Por último, educar significa hoy formar personas para un mundo en vías de globalización. Por primera vez existe la posibilidad y la necesidad de reconocer y respetar a las demás culturas, tradiciones, costumbres; incluso a sus ídolos y dioses.
En estas circunstancias, ¿cómo no entender que la educación supone hoy cultivar la propia identidad de la familia, comunidad y nación y, al mismo tiempo, cultivar la comprensión de los otros, de sus tradiciones y cultura?
Un riesgo de la globalización es enajenarse a sí mismo y perderse en la cultura, identidad y costumbres de otros, ya sea por admiración o por sumisión. Pero también existe el riesgo contrario: volverse sobre uno mismo, clausurar el entorno, encerrarse en lo propio y, desde esa trinchera, descalificar a los demás, negarles su valor e historia, menospreciar su cultura y costumbres.
La educación requiere encontrar un equilibrio entre apertura hacia el horizonte global y comprensión de las propias raíces. Debemos formar a nuestros niños, niñas y jóvenes en el amor hacia lo propio nuestra historia, incluidas todas sus desavenencias y rupturas y dolores; nuestra poesía y literatura; nuestro medio ambiente; sobre todo nuestra gente y sus etnias y a la vez enseñarles a comprender y respetar las demás culturas y pueblos: nuestros vecinos en primer lugar; América Latina luego, donde pertenecemos por historia y cultura; las Américas y Occidente de cuya civilización somos tributarios; y el resto del mundo a través de sus grandes civilizaciones, tradiciones y valores.
Educación, Minería y Responsabilidad Social
Entendiendo y ojalá compartiendo los puntos centrales de una Educación (en su más amplio sentido), resulta interesante ligarlo a la Minería (su pasado, presente y futuro) y porque no decirlo, con una Responsabilidad Social que no es propio de una empresa, sino más bien del individuo, la interacción permanente con otros y su conjunto (Empresa).
Como lo indican numerosos historiadores, la actividad minera ha marcado el Desarrollo Económico y Social del País, desde su niñez con el oro y la plata, el salitre en su juventud y el cobre en su adultez, los minerales y su extracción ha transformado para bien, nuestra sociedad, y en el futuro cercano, las perspectivas nos ponen especiales desafíos en términos de marcar también, el Desarrollo Tecnológico de Chile a través del Cluster Minero.
Esta vinculación histórica pone a la Educación en un eje central, ajeno a toda coyuntura tributaria y política relacionada al sector. Al respecto, considero esencial poder mejorar la relación Estado-Industria Minera-Sociedad en términos de mejorar la calidad de nuestra educación, y lo más importante, con equidad. Y esto no es sólo una "Responsabilidad Social de la Empresa", sino de la sociedad y el Estado mediante un trabajo conjunto y armónico.
El futuro de la Educación tiende hacia un aprendizaje continuo, donde el conocimiento cambia de manera rápida de acuerdo a las necesidades que son cada día más exigentes. Otro punto relevante se relaciona con el trabajo en redes, flexible, con procesos formales e informales de aprendizaje, en definitiva, donde cada cual vaya trazando y desarrollando su propio itinerario formativo a lo largo de la vida, según sus necesidades y deseos. Todo esto potenciado por las Tecnologías de Información y Comunicación.
La Educación y la "Responsabilidad Social de la Minería" es sin duda una obligación de todos quienes creemos en la Minería como eje del futuro económico, social y tecnológico del País. El clima que brinda los precios del cobre, permiten abordar este tema con tranquilidad y visión de futuro.
Por Ronald Guzmán Venegas
Envie su comentario al Columnista: rguzman@areaminera.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario