RICARDO CLARO VALDÉS
El 30 de abril y el 2 de mayo se publicaron algunas cifras oficiales sobre la economía de los Estados Unidos. Destaco la relativa al crecimiento del producto geográfico bruto de 0,6% en el primer trimestre y la caída de los empleos no agrícolas que sólo fue de 20 mil. Estos datos me dieron cierto optimismo de que la crisis estaría tocando fondo. Con esa impresión viajé el 2 de mayo a Washington D.C., a la reunión anual de "Brookings Institution", "think tank" donde soy miembro del Consejo Asesor Internacional.
Había dos temas centrales: La Economía Global y los Estados Unidos, y la elección presidencial. En el tema económico expusieron el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y Larry Summers, profesor y ex presidente de Harvard, ex secretario del Tesoro del Presidente Clinton y uno de los "trustees" de Brookings. Además hubo paneles con economistas. No puedo relatar lo que dijo Paulson, porque nos prohibieron hacerlo.
El optimismo se esfumó, discutiendo con algunos economistas. El 0,6% de crecimiento es engañoso, porque una parte importante de esa cifra refleja una acumulación de inventarios, esto es, de bienes no vendidos que quedaron en las estanterías o bodegas. Descontando esto, el producto geográfico bruto habría caído 0,2% en el primer trimestre.
La caída de empleos de sólo 20 mil se explica porque el sector de servicios -de salud, entre otros- ha crecido 3,5% en el trimestre, pero muchas de esas ocupaciones no son de jornada completa y son pagadas con remuneraciones inferiores.
La construcción de residencias bajó en el primer trimestre 26,7%, la peor baja en 27 años. El precio de las casas bajó 12,7% en 12 meses a febrero. Algunos analistas piensan que la crisis podría extenderse a los inmuebles comerciales.
La confianza del consumidor, según el índice del Conference Board, bajó de 65,9 en marzo a 62,3 en abril, el nivel menor desde marzo de 2003.
En el mundo de la economía real, la producción manufacturera se ha contraído los últimos tres meses desde febrero. Las ventas de abril (que incluyen camionetas pickup y vehículos sport-utilitarios) cayeron 6,9%, comparadas con el mismo mes de 2007.
La crisis financiera continúa, a pesar de los esfuerzos de los bancos centrales de inyectar liquidez en los mercados bancarios, porque no se ha solucionado el problema de la paralización de gran parte de los préstamos interbancarios. Como expresé, la crisis financiera no es de liquidez, sino de solvencia. Es solvente el que es capaz de satisfacer las deudas, y el problema de los bancos es que todos desconfían del estado financiero de los demás, pensando en que no han hecho todos los castigos y no han confesado todas sus pérdidas. En Barron's, Randall W. Forsyth escribía en diciembre de 2007: "Lo que se desconoce es mucho más temible que lo conocido. Y por eso los mercados del dinero están casi paralizados con miedo".
Además, los bancos están atesorando dinero en caja por si tienen pérdidas adicionales, de otros créditos impagos.
En abril empezó el estímulo fiscal pagadero a 130 millones de hogares: US$ 600 por individuo, US$ 1.200 por matrimonio, más US$ 300 por hijos menores de 17.
Es un estímulo para apoyar el consumo y sacar a la economía de su abatimiento. Se han entregado US$ 22 billones; en el resto de mayo se entregarán US$ 32 billones; en junio US$ 42 billones, y en julio US$ 21 billones.
Aparentemente la entrega de abril y primeros días de mayo estaría incrementando las ventas del "retail". Pienso que cuando estén entregados todos los cheques, una parte importante será destinada a adquirir bienes de consumo, y se producirá una sensación de bonanza pasajera, que puede durar hasta fines de septiembre u octubre, después de lo cual se renovará la desaceleración de la actividad económica.
Larry Summers en su intervención afirmó que su país estaba en recesión y que el problema financiero es complicado. Ante una pregunta mía si las bajas de las tasas de interés no habrían tenido todos los efectos y si creía en un mayor estímulo fiscal, contestó que éste era deseable.
El secretario Paulson ha dicho esta semana que lo peor de la crisis ya pasó. Bernanke, presidente de la Federal Reserve, en un discurso el 13 de mayo expresó que los mercados financieros permanecían inestables y que el Banco Central aumentaría sus licitaciones de caja para los bancos, como se necesite, y que si bien los mercados han mejorado, permanecen "lejos de lo normal".
Un banquero de prestigio, Jamie Dimon, ejecutivo máximo de J.P. Morgan-Chase, señaló el 12 que "la recesión estaba recién partiendo", y agregó "yo no sé si será suave o severa".
Les creo más a Bernanke y a Dimon, y pienso que, a menos que se adopten otros estímulos fiscales, la desaceleración se incrementará hasta el 2009.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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