martes, abril 08, 2008

SENADOR SERGIO ROMERO NECESITAMOS BUENOS SASTRES PARA CORTAR BIEN LA TELA

NECESITAMOS BUENOS SASTRES PARA CORTAR BIEN LA TELA

Por Sergio Romero, senador por la Región de Valparaíso

Senador Sergio Romero, Región de Valparaíso

Estamos frente a lo que se ha denominado una de las "crisis económicas mas serias de los últimos 30 años", así como por las reacciones que ha tenido la autoridad para enfrenar esta crisis

Quienes están sufriendo esta crisis con mayor fuerza han sido aquellos que creyeron en una estrategia de desarrollo basado en el comercio exterior abierto y competitivo. En este largo camino, variados actores y sectores han debido sortear los distintos eventos de lo que es siempre una dura libertad económica, aumentando la productividad, incrementando la eficiencia, desarrollando nuevos productos y mercados y, particularmente, innovando.                

Se han conquistado mercados y se han ganado duras batallas en la permanente competencia que involucra la libertad. Sin embargo, para lo que nadie probablemente estuvo preparado, fue para el destino que hoy sufre el tipo de cambio y que sin duda no ha dependido de los afectados y, por el contrario, ellos son sus víctimas.                 

Pequeños y medianos productores de las más variadas actividades exportadoras, hoy representadas en las tribunas por sus dirigentes, están simplemente esperando que la crisis se resuelva favorablemente y se les permita seguir subsistiendo y desarrollando sus actividades para revertir el creciente desempleo que se viene advirtiendo ya desde los últimos tres meses, especialmente en trabajadores de temporada.                 

No fueron ellos los que han provocado el inusitado precio del cobre, ni tampoco son los responsables de la crisis Prime (ya que algunos le han hecho un up grade a la subprime) o al enorme diferencial de tasas de la Reserva Federal y del Banco Central.            

Los productores y sus colaboradores tampoco son culpables de los conflictos portuarios, de los excesos regulatorios, de la inflexibilidad laboral o de la creciente agitación que los amenaza.                

Ellos sí se hacen responsables de haber iniciado actividades económicas, que han dado mucho trabajo y creado miles de nuevas fuentes de empleo, así como haber contribuido en la capacitación de sus colaboradores, o en el mejoramiento de las condiciones laborales de sus empresas, para lo cual han debido afrontar ingentes inversiones.

Esto afecta  a las más variadas actividades productivas y exportadoras del país. A los fruticultores, los salmoneros, los vitivinicultores, los palteros, los exportadores manufactureros y todos aquellos que de un modo u otro se vinculan con el quehacer del comercio exterior.                   

Sin embargo, es un hecho de connotación mundial que la divisa norteamericana ha sufrido una fuerte y severa depreciación, lo que ha llevado a nuestra moneda al decir de un economista a "un absurdo valor del peso". Este economista afirma que esta no es la crisis del dólar, sino que es la crisis del peso chileno. Las autoridades, al enfrenar esta situación, recomiendan tener cautela, pero con este simple expediente de "actuar con cautela", silenciosamente muchos productores están yendo "cautelosamente a la quiebra", como decía un cartel en Requinoa, sin que nadie se perturbe ni se moleste.               

Pero vamos al tema de fondo.                 

El economista Patricio Arrau sostiene: "Hasta hace muy poco, para la mayoría de los economistas el mercado cambiario funcionaba bien, tenía toda la información relevante y pocos enfatizaban la necesidad de cuestionar ese dogma.  

"Los mercados cambiarios necesitan de guía, porque no se trata de un activo más, se trata de un precio macroeconómico clave. Ante la ausencia de guía, los mercados financieros no tienen más remedio que mirar para el cielo -nos señala Arrau-. Si salen manchas solares, el peso sube y si se esconden, el peso baja.

"Es evidente que todas estas variables sí tienen una incidencia en el equilibrio de largo plazo del peso medido en dólares y afectan el equilibrio de una economía, pero en ningún caso pueden explicar las excesivas oscilaciones que van mucho más allá de los fundamentos económicos. Un mercado cambiario a la medida no funciona bien. La ausencia de guía o ancla de largo plazo para el tipo de cambio es -a juicio de Arrar- la pata coja del modelo económico chileno.

                  

"A diferencia de lo que ocurría un par de décadas atrás, la intervención en el mercado cambiario -para Arrau- no tiene nada que ver con la inflación. Cuando no hay mercado financiero profundo, la intervención causa inflación, no es el caso de Chile. Tanto el Banco Central como el Ministerio de Hacienda pueden intervenir. De hecho en los países desarrollados es el Tesoro Público el que lo hace. Lo que se requiere es la colocación de papeles en pesos o en UF, que escasean enormemente, y retirar los dólares que sobran. La combinación actual de pesos y dólares no es deseable por el mercado como portafolio para mantener la riqueza y eso hace que el peso escale como "espuma" -sostiene Arrau-. El Banco Central y el tesoro son los únicos emisores a costo soberano de los pesos chilenos que escasean en el mercado. Se valora el anuncio del Ministerio de Hacienda -dice- que colocará US $ 1.200 millones de papeles en UF.

 

Quién sabe dónde estaría el peso sin ese anuncio y sin la creación de los fondos en dólares en el exterior. Mayor información respecto a las operaciones cambiarias del Fisco, es un complemento a los avances en materia de los fondos en el exterior. Por otra parte, el mercado le ha tomado el pulso al nuevo consejo del Instituto Emisor. Se conoce la aversión del actual Presidente a la intervención cambiaria desde sus tiempos en la Vicepresidencia. Es necesario que el nuevo consejo sorprenda al mercado y anuncie la colocación de un importante monto de papeles en pesos retirando dólares. Antes que las ideas añejas se tomen la agenda y se busque refugio en encajes o controles de capitales," -dice Arrau- "es necesaria una enérgica intervención coordinada de Hacienda y del Banco Central"

                  

Pero esto no es todo, el Doctor en Economía, Sebastián Edwards, que sepamos tampoco es sastre, ni hace milagros, viene reiterando hace ya tiempo que "sin  acción del Banco Central, el dólar podría seguir cayendo y sería costoso". A juicio de Edwards, la baja del tipo de cambio ha llegado a ser de un nivel tal, que se requiere urgente que el Instituto Emisor adopte una medida rápida y certera. Incluso ha dicho que "en términos de cantidad no hay que tener timidez". La intervención, para Edwards, debe ser cuantiosa.

                  

No quisiera seguir relatando lo que piensa el economista Edwards, solo señalar con él que "se están despilfarrando 20 años de crecimiento económico". El ex presidente del Banco Central Roberto Zahler es también muy crítico de la actual situación.

Fuimos testigos de una multitudinaria y respetuosa, pero a la vez angustiante concentración de productores y trabajadores que entre ruidosos bocinazos de los transportistas que pasaban por el lugar adhiriéndose al acto, nos pedían que intercediéramos ante las autoridades económicas. Y es lo que estamos haciendo, no solo a nombre de ellos, sino de miles chilenos que esperan una reacción de la autoridad y que han recibido hasta ahora solo declaraciones, algunas con algún dejo de arrogancia, otras planteando medidas que nadie entiende muy bien.

                   Cómo explicarles que lo que el Ministro de Hacienda les ofrece, de cancelar sus impuestos en dólares, puede ser creíble cuando ellos no tienen utilidades, sino pérdidas. Y algunos de mi Región insertan su angustia en los medios, declarando que solo su cónyuge no está hoy día hipotecada.

                  

Seamos cuidadosos en las respuestas que se den, y veamos lo que  está sucediendo con nuestros vecinos, que tienen desabastecido Buenos Aires y otras grandes ciudades por la incomprensión y el desprecio que muestra la autoridad hacia los sectores rurales.

                  

Cuantas veces hemos señalado que mientras no haya igualdad de oportunidades para todos, no habrá verdadera equidad en Chile.

                  

La pobreza rural,  no se soluciona con palabras, ni promesas vacías. Y mientras nuestra juventud no tenga la misma educación en el campo que en las ciudades o no tenga acceso a la banda ancha y al pavimento, simplemente no estamos ni descentralizando, ni regionalizando nada.

                  

Señores Ministros, autoridades del Banco Central, todos debiéramos imitar a la señora. Presidenta de la República y reconocer con humildad los errores cuando se cometen, pero enmiéndenlos y no hacernos creer que para hacerlo hay que hacer milagros. No señores, no es necesario tener esos atributos para hacer una oportuna y adecuada corrección de un mercado cambiario que está a la deriva. Lo que se necesita son buenos sastres para cortar bien la tela y que ella se convierta en un buen terno.

                  

Desahogando la situación disminuyendo el gasto público, aliviando la situación de los precios internacionales del petróleo, eliminando o disminuyendo en forma realmente seria los impuestos específicos a los combustibles, traería múltiples beneficios.

                  

Para el Instituto Libertad y Desarrollo, un aporte importante del aumento de los precios en la economía chilena es producto del alza en el precio del petróleo y sus efectos  indirectos en el valor de la energía, del transporte y los costos de producción de los bienes alimenticios. Eliminar el Impuesto Específico tendría un impacto de aproximadamente 1,5 por ciento del IPC. Es decir, si el Banco Central tiene una meta de inflación para el año de 4,5 por ciento, esta sola medida de disminución de los impuestos específicos conduciría a la meta permanente del 3 por cientoque se ha trazado.

                  

Con ello cambiarían las expectativas entre las tasas de interés internacionales y las nuestras, lo que implicaría un incremento del tipo de cambio. Todo lo anterior, como lo hemos dicho flexibilizando el mercado laboral, eliminando las trabas innecesarias a la iniciativa del  emprendimiento y la competitividad, y así mejoraría el tipo de cambio real.

                  

Todos los días algún economista expresa su preocupación. Hoy es Salvador Valdés del Centro de Estudios Públicos, que opina en igual sentido, abogando por la reducción, aun transitoria, del impuesto específico, planteando un subsidio a la compra de seguros de cambio.

                  

Por su parte, Cristian Correa nos está exponiendo un creativo mecanismo de respaldo a los exportadores, considerando un dólar referencial de 520 pesos.

 

A su turno, Joseph Ramos señala: "en síntesis se puede y se debe intervenir el tipo de cambio. No hacerlo es convertir este período de bonanza en los precios internacionales de nuestras principales materias primas en un zapato chino, de crecimiento constreñido para el resto de nuestro economía".

                  

Los verbos, que deben hoy conjugarse son afrontar y resolver.

                  

No hay más espacio para la duda y la indecisión, si no queremos retroceder lo que Chile ha avanzado.

                   El verbo es decidir y no dudar.

 
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