OPINIÓN
Las empresas empiezan a mostrar signos de preocupación y sus cuadros directivos los muestran de igual manera, y al final todos los empleados hablan de esa crisis que llega pero que no llega. En cualquier caso, el directivo de hoy en día debe estar permanentemente alerta a los posibles cambios que se puedan producir en el entorno.
Y? ¿qué habilidades debe desarrollar un directivo en tiempos de crisis? Decía Peter Drucker que existían dos tipos de empresas: las que innovan y las que desaparecen. Considero, por tanto, que la primera habilidad que debe tener un directivo en tiempos de crisis es la de la creatividad, entendida desde la innovación y aplicada a saber dibujar diferentes escenarios de futuro, preparar distintos planes de acción para cada uno de ellos y mantener a sus equipos preparados para cualquier situación de cambio que se pudiera producir. Estar permanentemente alerta es una de las virtudes del directivo del siglo XXI, ya sea en tiempos de crisis o de bonanza económica.
Hablaba Daniel Goleman de la inteligencia emocional, un concepto que en los años noventa revolucionó el ámbito de la psicología empresarial. Los cinco componentes de la inteligencia emocional son: Autoconocimiento emocional, autocontrol emocional, automotivación, empatía (ponerse en la piel de los demás) y habilidades sociales, capacidad para interrelacionarse. Evidentemente, todas ellas son necesarias para poder afrontar no sólo situaciones de crisis, sino otras de bonanza económica.
De los cinco componentes de la inteligencia emocional me quedo con la empatía. La empatía es la capacidad que tenemos para identificarnos con los demás, para ponernos en su piel. Y el universo empático es tan amplio como se desee: empleados, colaboradores, proveedores y por supuesto, los clientes.
Si no somos capaces de entender la realidad que están viviendo nuestros clientes, difícilmente podremos aportarles soluciones a medida que satisfagan sus necesidades. Y para ser capaz de darles una respuesta adecuada, primero hay que buscar comprenderles. Y la empatía es precisamente eso, no sólo escuchar, sino tratar de comprender.
El directivo debe asumir su liderazgo, conseguir ser respetado, que no es lo mismo que ser temido, dirigir sus equipos con horizontes claros y definidos, no variar constantemente el rumbo. Y finalmente debe de ser capaz de generar verdaderos equipos de trabajo, evitando los individualismos. Debe conseguir pasar del grupo al equipo de manera natural.
Los equipos de trabajo que rinden de manera extraordinaria no están formados por genios o por personas con unos coeficientes intelectuales por encima de la media. Están formados por personas normales que asumen una parte del rol dentro del equipo, siendo conscientes de que su trabajo es necesario para que el equipo funcione, pero además, teniendo claro que ellos mismos necesitan al resto de miembros del equipo para que el proyecto para el cual se ha formado, salga adelante.
En definitiva, creatividad (innovación), inteligencia emocional (empatía) y trabajo en equipo (no individualismos) son las tres habilidades básicas que un directivo debe desarrollar en tiempos de crisis.
Contáctense con nosotros, opinen, escríbannos libremente.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL DE LA ONU
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