2000 millones para nada
El año pasado, el Gobierno alemán malgastó casi 2000 millones de euros. Así lo criticó el Tribunal de Cuentas, que, no obstante, presentó un balance positivo de las finanzas federales.
El Tribunal de Cuentas alista en su Informe Anual 2007 gastos superfluos por exactamente 1.900 millones de euros. Dieter Engels, su presidente, dijo, no obstante, que sería "injusto y equivocado" generalizar los errores cometidos en algunos lados.
Uno de los problemas principales es la falta de relación entre costos y resultados. Unos 40.000 proyectos analizó el Tribunal de Cuentas el año pasado. Sólo el 15 % había pasado por una prueba de eficiencia. Otro problema es, según el Tribunal de Cuentas, que unas instancias planean y otros pagan, lo que, sabidamente, no es justamente la solución ideal.
Puentes caros
No obstante, no todo es negativo. El Tribunal de Cuentas Alemán comparó con sus homólogos de la República Checa, por ejemplo, los costos de construcción de la autopista A17, que une Dresde, en Alemania, con Praga, la capital checa.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Tribunal de Cuentas: no tirar la plata por la ventana.Los resultados fueron sorprendentes. Puentes y túneles costaron mucho más en la parte checa que del lado alemán, a pesar de que los sueldos en la República Checa son bastante menores. Una de las probables razones: la falta de competencia en las licitaciones en la República Checa, para formularlo delicadamente.
En todo caso, ese resultado confirma la buena fama que la Administración alemana tiene en el exterior, a diferencia de lo que sucede en la propia Alemania.
Esa mala fama se debe a que el Tribunal de Cuentas una y otra vez deja al descubierto algunos gastos que despiertan asombro. Esta vez objetó particularmente muchas compras del ministerio de Defensa.
Extraños gastos
No sin cierta fruición informa el Tribunal de Cuentas sobre un equipo de limpieza equipado con "pelos de las orejas de ganado vacuno sudamericano" adquirido para limpiar la pared de proyecciones de una cúpula para simulaciones de tiro. El equipo no funciona, porque no es adecuado para eliminar las manchas grasosas dejadas por las simulaciones y con ello, toda la instalación, que costó 16 millones de euros, pasó a ser obsoleta y no se puede usar.
El mantenimiento de los programas de computación en las fragatas, se agrega en el informe, ha sido transferido a una empresa privada, lo que hizo aumentar considerable e inútilmente los costos en ese rubro.
Para camiones de 30 años de antigüedad fueron comprados, por razones de seguridad, asientos nuevos por un valor de 4,5 millones de euros. Pero tampoco éstos pueden ser utilizados en el tránsito para el transporte de persona, porque no cuentan con la habilitación correspondiente.
Pero no sólo el ministerio de Defensa gasta mal dineros. El Seguro de Jubilaciones, por ejemplo, planea la construcción en Berlín de dos edificios administrativos, a un costo de 180 millones de euros. Si se renuncia a superficies innecesarias, patios con luz natural, costosas fachadas y ascensores de vidrio, los edificios costarían 60 millones menos. Pero no serían tan bonitos: la discusión sobre lo que es funcionalmente necesario y estéticamente es naturalmente un tema de nunca acabar.
De software y pagos innecesarios
En el caso del software usado en la administración pública, sin embargo, no se trata de belleza. El Tribunal de Cuentas se queja de que el software de las 300.000 computadoras empleadas en la Administración federal fue actualizado en los últimos años siempre con costosos productos de Microsoft. Alternativas de otras empresas o software gratuito no han sido siquiera tenidas en cuenta.
El ministerio federal de Transporte puso a disposición 4,5 millones de euros para la construcción del patio de entrada a la estación de trenes Südkreuz de Berlín. Lamentablemente no se dio cuenta que no está entre sus obligaciones financiar ese tipo de construcciones.
Además de esos casos espectaculares, el Tribunal de Cuentas también llama a no gastar demasiado en las pequeñas compras cotidianas. Además insta a frenar el endeudamiento público. A pesar del auge coyuntural en Alemania, la deuda pública está lejos de estar bajo control "Debemos dejar de vivir a costa de nuestros hijos y nietos", dijo su presidente. Razón tiene.
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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