Domingo, 7 de octubre de 2007 - 13:53 GMT |
¿Por qué los diarios nos regalan cosas? | ||||||||
Cada vez más artistas y empresas se alistan a la moda de regalar al consumidor CD´s, DVD´s y libros. Con tanto regalo, ¿se está devaluando la cultura? El cantante Prince ya lo ha hecho y parece ser una práctica casi diaria para la mayoría de los periódicos británicos. Y lo sorprendente es que no son regalos malos: son artículos de calidad, por los que cualquiera pagaría un buen precio en una tienda. En la industria de la música, el filántropo cultural más reciente es el grupo Radiohead, cuyo próximo álbum podrá descargarse de manera digital. Y lo que es más inusual, les permitirán a sus fans pagar "la voluntad", incluso la cantidad mínima: un céntimo (más los obligatorios 45 céntimos por transacción). Fuera de la industria musical los grupos mediáticos rivales también se están peleando por hacerse un espacio en el mercado de la prensa gratuita. Más publicidad El crecimiento de contenidos gratuitos sugiere la posibilidad de que se haya dado un cambio de actitud por parte del consumidor hacia los bienes culturales que tiene. Hace unos cientos de años, un libro era un objeto escaso y de un valor extraordinario, en el que el valor del libro estaba ligado a la importancia de la información que contenía. Ahora, Google la publica sin costo alguno. Quienes orquestan estos regalos culturales hablan de una situación en la que todos ganan: los artistas llegan a una audiencia mayor, las ventas de los diarios y revistas suben y el público obtiene algo a cambio de nada. Pero ¿qué pasa cuando se suprime el costo de un producto? ¿Se ve afectado su significado cultural? El poder del compromiso Según el filósofo Julian Baggini, al final todo se reduce a una cuestión: el compromiso. "Cuando pagamos por algo demostramos un compromiso de una manera muy práctica. Ponemos una parte de nosotros -en este caso dinero- en aquello que queremos. Y al pagar por ello, demostramos que lo valoramos", la dijo a la BBC. Y eso, además de a la música, al arte y la literatura, se aplica a eventos. Según Baggini, muchos eventos de entrada gratuita tienen menos público que otros para los que sí hay que pagar. "La gente cree que cuando un evento particular es gratis, no merece mucho la pena. Por esa misma razón, cuando la gente hace trabajos de consultoría se les recomienda cobrar mucho: la percepción es que si algo tiene un costo alto, tiene más valor". En la práctica, los factores económicos influyen en la manera en como percibimos las cosas. Elecciones infelices A medida que los productos culturales baratos y accesibles van inundando el mercado, otros expertos alertan de un peligro asociado: el de tener demasiado donde elegir. "Hay estudios que demuestran que cuando usted escoge entre una gran posibilidad de alternativas, lo que sea que elige tiene menos valor para usted, incluso cuando su elección haya sido oportuna", explica el profesor Barry Schwarth, autor de "La paradoja de la elección: por qué mas es menos". Schwarth comparte el temor de Baggini acerca de la falta de compromiso del consumidor. "Con tanta música barata y gratuita como hay, no creo que la gente esté escuchándola tan seriamente como antes", dijo. Para algunos, la era digital está llevando la cultura a su origen: un bien controlado por la gente, más que por las grandes empresas. Pero para los representantes de la industria musical británica, las canciones gratuitas son un problema. "Los beneficios de los discos son mucho menores que antes", dijo Matt Phillips, de la British Phonographic Industry. Según Phillips, demasiados regalos disminuyen inevitablemente el valor sentimental de la música. "La buena música es como un diamante: si los diamantes estuvieran por todas partes y fueran gratuitos tendrían menos valor". Pero parece improbable que el culto a lo gratuito vaya a amainar.
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Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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