Posted: 12 Oct 2007 09:21 AM CDT
Llevo un par de semanas probando una N-Card de Navento, y la verdad es que iba ya teniendo ganas de escribir sobre ello. Navento es una empresa española de tecnología, propiedad del grupo Avanzit, que desarrolla y explota servicios basados en la localización.
La N-Card es uno de sus productos: un dispositivo completamente cerrado, con un puerto mini-USB para cargarla y tres LEDs de colores rojo/verde, naranja y azul, que contiene un GPS, una tarjeta GPRS, y un acelerómetro. Con la periodicidad que se desee, la tarjeta transmite su localización y la lectura de velocidad del acelerómetro a través de GPRS al servidor de Navento, desde donde un usuario autorizado puede consultarla en una interfaz desarrollada sobre Google Maps. El mapa de la ilustración, por ejemplo, es uno de mis días normales entre las siete de la mañana y las siete de la tarde, y se muestra mi recorrido por la carretera de La Coruña tanto de ida como de vuelta, y unos cuantos desplazamientos por Madrid, con base en María de Molina. En cada una de las bolitas que aparecen (el código de colores depende del estado de reposo o movimiento) se puede obtener un pequeño informe con el ID del dispositivo (se pueden seguir varios a la vez), fecha y hora, situación, velocidad en ese momento, y nivel de carga de la batería del dispositivo. Además, se pueden establecer desde la consola varios tipos de alarmas, que desencadenan un aviso mediante SMS si el dispositivo entra o sale de un perímetro definido, sobrepasa una velocidad determinada, altera su estado de reposo (antirrobo), o su nivel de batería desciende por debajo de un umbral determinado.
La N-Card se comercializa como un servicio (6/mes) para particulares y empresas, con posibilidades que van desde la seguridad de niños, adolescentes, discapacitados o dependientes, al seguimiento de objetos como equipajes o envíos, control de flotas, servicios de seguridad, seguimiento de envíos, y otros temas afines. Como antirrobo de vehículos tiene una versión diferente, el N-Auto, que va directamente instalado en el vehículo y permite el seguimiento del mismo o la activación de alarmas. Seguramente, de haberlo conocido antes, me habría pensado el ponerlo en lugar del Detector que llevo en el coche (de no haber sido porque éste lo cubría íntegramente el seguro), porque me da la impresión de tener para mí muchos más usos y menos limitaciones.
La principal limitación con la que me he encontrado llevando la N-Card en el bolsillo ha sido la duración de la batería. Como máximo, he llegado a alcanzar ocho horas de autonomía, un intervalo que puede quedarse corto para muchos de los usos que se me ocurren, y que obliga a estar pendiente del dispositivo para intentar cargarlo en todas las oportunidades disponibles. A pesar de las numerosas medidas de ahorro energético introducidas por la compañía - el dispositivo se apaga cuando permanece quieto un tiempo determinado, y se vuelve a activar con el movimiento - es preciso sacrificar parámetros como la frecuencia de envío de señal si se quiere que la batería dure un poco más. Una limitación, por otro lado, que resulta difícil de evitar con la tecnología actual de baterías.
Como usuario, la experiencia de uso de la N-Card resulta como mínimo curiosa: saber que cualquier persona a la que hayas suministrado una clave puede estar siguiendo tus desplazamientos produce una sensación un tanto "granhermánica", aunque te olvidas completamente de que la llevas en muy poco tiempo. El puntillo claustrofóbico se puede mitigar, aparte de por la voluntariedad del tema, cuando se ve que dentro de los edificios, lógicamente, la señal de GPS se pierde, y porque puedes también, si quieres, desconectar la N-Card si llevas contigo una pequeña llave USB. La precisión, además, puede jugar algunas malas pasadas: si la N-Card está cerca de una ventana, y la señal de satélite no es buena, la lectura sobre el mapa puede reflejar desplazamientos no reales que pueden llegar a veinte o treinta metros.
En cualquier caso, el experimento me ha resultado interesante, y me ha permitido evaluar una combinación de tecnologías que creo que vamos a ver bastante en el futuro. Me quedo con ganas de probar su integración dentro de teléfonos móviles con GPS, que tienen ya bastante avanzada, y del desarrollo de combinaciones interesantes en forma de applets que permitan su integración, por ejemplo, con Twitter o con otras aplicaciones que puedan enriquecerse con información sobre geolocalización.
accelerometer, geotagging, GPRS, GPS, Navento, nCard, Spain, trackingRodrigo González Fernández
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