EL PODER DE
* Fábio Violin
"La perseverancia es el combustible de los vencedores."
En las Olimpiadas de 1992, en Barcelona (España), estaba para ser dada la salida de
Entre los pasillos estaba un joven inglés de nombre Derek Redmond. Su sueño era, probablemente, el mismo de los demasiados competidores que se aglomeraba en la línea de partida: ser campeón.
Dada la salida, los competidores disputaban paso a paso la vacante para las finales. Derek venía con buenas oportunidades de clasificación; serían segundos decisivos en la vida de quien entrenó mucho, se preparó, pasó dolor y cansancio, pero estaba allí para hacer valer el esfuerzo de una vida de dedicación.
Sin embargo, los deseos de Derek eran "extra", pues después de las Olimpiadas de Seúl, cuatro años antes, el atleta había pasado por cinco operaciones en ambos tendones de Aquiles, para recuperarse a tiempo con el fin de estar allí corriendo, como los otros, tras de un sueño. Sin embargo, poco después de la salida, su tendón derecho se rompió. Derek fue al suelo, sintiendo mucho dolor. Era el fin de la carrera para él. El sueño había escapado por entre sus dedos y ahora restaba solamente el fuerte dolor. Las cámaras no focalizaron Derek caído, pero sí el campeón Steve Lewis, que completó la prueba en 44s50.
Determinado a concluir la prueba, él se levanta con mucha dificultad y, saltando sobre uno de los pies, retoma la carrera, obviamente sin la menor oportunidad de clasificación. Fue cuando su padre, Jim Redmond, de 49 años de edad, descendió, escaló la divisoria y saltó hacia la pista antes que cualquier revisor lo pudiera impedir, alcanzando su hijo.
La multitud - en pie - comenzó a aplaudir al percibir que Derek estaba participando de la carrera de su vida. El joven corredor apoyó su cabeza en el hombro derecho de su padre, y juntos recorrieron lo que restaba de la pista hasta la línea de llegada, bajo los aplausos de incentivo de la multitud de espectadores.
Quiera usted o no, las dificultades y tropiezos de la vida siempre existirán. Por más preparado que usted crea estar, en algún momento de la vida usted va encontrarse en un callejón sin salida, y lo peor es que usted se haya preparado mucho para la "carrera de su vida" y, de un instante para otro, ve sus oportunidades reducidas a cero.
Cuantos desisten frente a los fracasos...
Cuantos se resienten, amargan y desisten cuando encuentran dificultades...
Tal vez sea propio del ser humano olvidar lo que lo motiva a continuar enfrente. Presencio, con tristeza, la gran masa de personas que no tiene la menor idea que están haciendo de sus propias vidas...
Todos tenemos dificultades y tropiezos, pero pocos tienen la capacidad de resignarse y seguir enfrente, olvidando los tropiezos momentáneos.
¿Problemas, quien no los tiene?
La diferencia fundamental entre quien vence y quien pierde está en cómo encarar sus fracasos. Y, como aprovechar las lecciones que la derrota momentánea trae.
¡Pero más que ganar una carrera es completarla!
La próxima vez que usted caiga, acuérdese de Derek, y continúe su carrera, aunque ya no tenga oportunidad de llegar en primer lugar.
Y jamás olvide que la vida no es compuesta de una única carrera, pero sí de varias; perder una no le da a usted el derecho de desistir. Según Gandhi, "El miedo tiene alguna utilidad, pero la cobardía, no".
* Fábio Violin es profesor universitario, exponente, consultor de empresas y colaborador de diversas Web.( Catho )
Comparto con los lectores este artículo porque nos enseña mucho y la perseverancia es un factor importantísimo en el éxito. Más en consultajuridica.blogspot.com Saludos Rodrigo González Fernández
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