viernes, diciembre 13, 2013

daniel matamala: nueva forma de triunfar

La nueva forma de triunfar

Si quedaba alguna duda, ahora ya está despejada: una elección con voto voluntario es muy distinta a los antiguos comicios. El cambio es poderoso, y las lógicas son distintas a las anteriores. Renovarse o morir es el lema, y el costo es alto: quienes no lo entienden a tiempo terminan llorando derrotas amargas.

1.- CAMPAÑAS CON MÁS PREGUNTAS QUE RESPUESTAS

En los partidos dicen que entendieron el mensaje, pero que aún falta resolver cómo enfrentar al nuevo sistema. Con voto voluntario y el interés en la política a la baja, la apuesta comenzó a girar desde la franja electoral a la búsqueda de nichos y desde los actos masivos a movilizar personas el mismo día de la votación. Hay un problema más: nadie sabe exactamente quién está votando. Identificar a ese grupo es la tarea que viene.

Tres sorpresas, tres derrotas, tres lecciones. Soledad Alvear, Pablo Zalaquett y Laurence Golborne se quedaron fuera del Senado y se convirtieron en símbolos de una nueva especie política: las víctimas del voto voluntario.

No fueron los únicos. Pero lo sonado e inesperado de sus derrotas probó que algo había cambiado para siempre en la forma de hacer campaña en Chile. Algo tan poderoso, que quienes no lo entendieron a tiempo terminaron llorando derrotas amargas cuando se contaron los votos. 


PALOMAS FUERA DE FOCO

La campaña de Laurence Golborne tenía los tres elementos fundamentales para ganar: un gran conocimiento del candidato (93% en la CEP), alta evaluación positiva (la mayor en la Alianza según la misma encuesta), y los recursos para empapelar la ciudad con carteles, palomas y gigantografías. Con voto obligatorio, esos factores eran decisivos, porque permitían captar el voto blando de los electores menos motivados e informados, que estaban forzados a votar. "Con voto obligatorio llego a la cabina y marco por el que he visto más", advertía ya antes de las elecciones el diputado PPD y experto electoral Pepe Auth. "Pero con voto voluntario baja la importancia de los electores blandos porque ellos simplemente ya no van a votar". 

Además, Golborne confiaba en un dato que parecía decisivo en el nuevo esquema: él ganaba en las comunas de clase media-alta, donde la participación es mucho mayor. La fortaleza de su rival Manuel José Ossandón, en cambio, estaba en su feudo de Puente Alto. El dato de las primarias era revelador: en Las Condes había votado el 45,6% del padrón, contra apenas el 17,1% en Puente Alto. En teoría, entonces, el voto voluntario jugaría a favor de Golborne, movilizando a sus votantes en el barrio alto y dejando en casa a los fieles a Ossandón de las comunas populares. 

Pero el RN revirtió esa situación. Su sucesor y hombre de confianza en la alcaldía de Puente Alto, Germán Codina, consiguió que el concejo municipal financiara una masiva operación de buses de acercamiento para trasladar votantes, gratis, a los locales. Este "acarreo oficial" tuvo dos grandes beneficiados: Ossandón y Bachelet, ya que gran parte del apoyo del ex alcalde es voto cruzado, que no se identifica con la derecha, pero sí con su gestión. 

El ex alcalde también entendió la importancia de focalizar su discurso, apuntando con distintos mensajes a diferentes bolsones de población. Ossandón imprimió carteles sólo para el barrio alto, con el lema "un senador de derecha", y posiciones tajantes en temas como aborto y drogas, apuntando al voto más ideológico del Distrito 23. En las zonas populares, en cambio, apeló a la identificación personal para cuidar el voto cruzado. Por eso rechazó cualquier aparición con Evelyn Matthei hasta después de asegurar su elección (recién en segunda vuelta tuvo una breve presencia en su franja). 

Las cifras son impresionantes: Ossandón demolió a Golborne en el distrito de Puente Alto, por 78.052 contra 6.105 votos, mientras en esa zona Matthei lograba apenas 30.114 sufragios contra los 59.710 de Bachelet. 



MENOS KRAMER Y MÁS CALLE

Las imitaciones de Stefan Kramer eran un ejemplo ideal de cómo conseguir preferencias con voto obligatorio. "Si te imitaba Kramer tenías media elección ganada, porque eso te da recordación y te hace caer simpático", advierte un experto de la Alianza quien, antes de esta campaña, simbolizaba precisamente en la "víctima" predilecta del imitador el tipo de candidato que va a la baja. "Los Zalaquett ya no sirven. El tipo que a todos les cae bien, que es simpático, pero eso no hace que la gente salga de su casa a votar por él". 

Zalaquett perdió, desplazado por Allamand, un rival mucho más duro, menos simpático y menos imitable. De hecho Kramer lo pasó por alto en su famoso video de las primarias. Así, el ex alcalde pasó de ser un fenómeno electoral con voto obligatorio (en ese esquema ganó sus tres elecciones, incluyendo dos grandes sorpresas al llevarse la alcaldía de La Florida en 2000 y la de Santiago en 2008) a ser un perdedor con voto voluntario (inesperadas derrotas en su reelección por Santiago y ahora en la senatorial). 

La estrategia de Allamand también hizo lo suyo. El experto electoral de RN Tomás Duval dice que el ex ministro priorizó la calle para llegar directamente al votante popular. "Se paraba personalmente en las salidas del Metro, privilegió las entrevistas radiales sobre los diarios, diseñó un eslogan popular -Aperra contigo- dirigido exactamente al voto que quería conseguir, y puso como prioridad en sus intervenciones los temas locales", explica. El ex ministro también focalizó su campaña en los adultos mayores, el segmento de edad que más vota en Chile.



LA INTENSIDAD Y EL CENTRO VACÍO

La derrota de Soledad Alvear fue traumática para la Democracia Cristiana. No sólo porque perdieron a su única senadora por Santiago y su figura mejor posicionada en las encuestas, sino porque sus causas pronostican un futuro oscuro para la DC.

Tal como Golborne, Alvear parecía destinada a derrotar a su rival, el diputado PS Carlos Montes. Tenía mucho mayor conocimiento en la CEP (87%, sexta en evaluación positiva), más propaganda en la calle, y una mayor proporción de sus votos en los sectores altos. Pero perdió. Y las razones parecen ser ideológicas antes que de artesanía electoral.

"Con voto voluntario buscas intensidad, instalarte en posiciones duras. Lo extremo tiene ventajas, porque te permite movilizar a gente ideológicamente cercana a ti", explica Marcelo Rojas. "Y la Democracia Cristiana tiene proximidad, pero no tiene intensidad", reconoce el asesor más escuchado en la DC, el cientista político Mauricio Morales. El rival de Alvear, Carlos Montes, explicitó sus diferencias con Alvear, tomando las banderas de la educación gratuita y el matrimonio homosexual. La senadora DC, en cambio, rehuyó el conflicto en esos temas controvertidos. 

Otras resultados notables, como los amplísimos triunfos de los comunistas Guillermo Teillier, Camila Vallejo y Karol Cariola, o la sorprendente victoria, como independiente fuera de pacto, del ex líder estudiantil Gabriel Boric, apuntan en la misma dirección. Las posturas definidas y los extremos se fortalecen, mientras el centro y los políticos de consenso retroceden.



LA PEGA POR HACER

Todos los expertos consultados reconocen que los partidos hicieron una campaña "a la antigua", centrada en "gritos vacíos" a través de propaganda callejera, y que se han demorado en adaptar sus campañas al sistema de voto voluntario. Pero coinciden en que ya comenzó la tarea de identificar bolsones de votación. 

Los parlamentarios, en especial los diputados por postular en zonas más pequeñas, identificaron nichos de electores que pueden marcar diferencias. Por ejemplo, trabajadores de un área determinada, confesiones religiosas, o grupos que apoyen o se opongan a iniciativas de impacto local. Algo similar se vio en la segunda vuelta presidencial, con el énfasis de Matthei en el  voto religioso. 

Sin embargo, un tema pendiente es identificar al votante probable. Todos afirman que es un área ciega. A diferencia de Estados Unidos, en que existe un registro público de votantes, lo que permite tener centrales y enviar mensajes de texto a electores fidelizados, acá esa personalización no es posible, por restricciones legales y de tecnología. Algunos candidatos pidieron a sus seguidores que llenaran listas con datos, pero no avanzaron más allá.

En el comando de Bachelet se señaló en septiembre que se instruiría a dos mil apoderados para que estuvieran pendientes de quién votó o no en su mesa en primera vuelta, para buscarlos en el balotaje. Aunque no reconocen si esto se realizó o no, sería lo más parecido a un uso inteligente del "votante probable".



DE LA FRANJA AL SPOT POLÍTICO

Fue la clave en el plebiscito de 1988, y un factor relevante con voto obligatorio, pero la franja será un elemento cada vez más secundario en las campañas del futuro. Una razón es la masificación del cable, que permite a las audiencias "escapar" de los quince minutos de franja. Lo mismo pasa en los debates de Anatel. El último tuvo 46,4 puntos de rating sumando a todos los canales de televisión abierta, unos nueve puntos menos que en un día normal. La mayor fuga se dio entre los menores de 35 años. 

No sólo el rating baja. También la efectividad. Al ser un mensaje único para un elector indiferenciado, la franja será cada vez menos valiosa en un mundo de propaganda específica pensada en nichos electorales. 

Por eso, ya se propone una reforma legal para convertir la franja en espacios repartidos a lo largo de la programación de los canales. Ello impediría que los televidentes "escapen" al cable o apaguen el televisor, y a la vez podría aumentar la eficacia del mensaje. "Las personas están acostumbradas a recibir mensajes publicitarios de 30 segundos en televisión", explica el experto electoral UDI Gonzalo Müller. "No hay ninguna razón por la cual la comunicación política deba hacerse en mensajes de varios minutos". Coincide el experto en comunicación Eduardo Arriagada: "Sería mucho más efectivo que los candidatos dispongan publicidad en los momentos que ellos quieran".

Así, todo apunta a un futuro de mensajes de 30 segundos intercalados con avisos de bancos o supermercados, en vez de nuestras conocidas franjas de 15 minutos en cadena nacional.

Lee también:

2.- Sin margen de error

3.- La voz de los sub 30

4.- Rabindranath Quinteros: "Las regiones se cansaron del tutelaje del centralismo"

5.- A la caza del voto

Fuente: quepasa 

Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU( 
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