Roma, 24 oct (PL) El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) aseguró que hoy existen suficientes alimentos para satisfacer a los habitantes del planeta y a los nueve mil millones que que lo poblarán en 2050. Sin embargo, actualmente hay 842 millones de personas que terminan el día sin llevarse algún alimento a la boca por el insuficiente acceso a las tierras, financiamientos, conocimientos y desarrollos tecnológicos en muchos países de Asia y Africa. La presidenta de ese comité de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Gerda Verburg, explicó que a ello se suman las grandes cantidades de comida que se pierden calculadas en un tercio de la producción total. Además, en muchos de esos países las mujeres no son tomadas en serio a pesar de que son responsables de más de la mitad de la mano de obra agrícola, pero con frecuencia sufren de discriminación, pobreza y hambre.
Creado en 1974 como órgano intergubernamental para revisar las políticas de seguridad alimentaria y dar seguimiento de estas, el CSA estima que hay garantía de alimentos cuando todas las personas tienen siempre acceso físico, social y económico a suficiente comida inocua y nutritiva para satisfacer sus necesidades. En él están representados los países miembros de Naciones Unidas, el sector privado y la sociedad civil a través de organizaciones no gubernamentales y otros organismos.
Al respecto, su máxima figura ponderó que para garantizar ese derecho lo que hace falta es cambiar leyes, dar financiaciones y difundir tecnologías, de modo tal que terminaría la hambruna de 842 millones de personas. Verburg afirmó que "tenemos la tecnología, los conocimientos, los materiales, tenemos todo para alimentar a los nueve mil millones de personas que seremos en 2050".
En opinión de la experta, se puede hacer mucho más para mejorar tal situación y evitar llegar a 2020 con menos gente que en el mundo padece hambre. Sobre el tema ejemplificó como Latinoamérica, un gran productor de alimentos y muy activo en cuestiones relativas a la agricultura y la alimentación, se convierte cada día más en protagonista dentro de la agricultura, en normativas y producción de alimentos, y también en seguridad alimentaria. Verburg recordó que aunque la región ha sido criticada por destinar grandes volúmenes de soja y maíz a la obtención de energía, recientemente se firmó un acuerdo para que la producción de biocombustibles y de alimentos no entren en conflicto. Dicho texto se logró con el consenso de los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, para que se pueda aplicar a niveles regional o nacional.
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