Las cuatro lecciones aprendidas luego del colapso de Lehman Brothers
Cinco años después de la crisis financiera de 2008, la economía mundial comienza finalmente a comportarse de manera más normal. ¿Qué hemos aprendido de esta dolorosa experiencia? Hemos aprendido que la intervención de políticas oportunas y coordinadas puede contribuir enormemente a la recuperación económica. Sin embargo, el plan de acción de una reforma política duradera aún no está terminado.
La crisis del sistema financiero mundial comenzó el 15 de septiembre de 2008, cuando el banco de inversiones Lehman Brothers entró en quiebra. El miedo se propagó entre las instituciones financieras de todo el mundo y rápidamente se extendió a la economía real. Básicamente, los mercados financieros cerraron, los precios de las acciones y las inversiones privadas colapsaron y la mayor parte de los países industrializados fueron arrastrados a una recesión. Se necesitó del esfuerzo combinado de bancos centrales, tesoros públicos y legislaturas para detener la hemorragia financiera y restablecer la confianza en el mercado financiero, entre otros.
En el quinto aniversario de la crisis, cuatro lecciones pueden ser rescatadas de esa experiencia:
Lección número uno: La intervención por medio de políticas monetarias y fiscales oportunas y orientadas puede apuntalar la demanda, restablecer la confianza del sector privado que es de suma importancia para la inversión y dar el puntapié inicial del crecimiento económico.
La crisis financiera impactó dramática y velozmente en la economía, es decir, profundos recortes sobre el PBI, inversiones privadas y puestos de trabajo. En respuesta, el Banco de Canadá redujo dramáticamente las tasas de interés a corto plazo e intervino segmentos específicos del mercado financiero. Los gobiernos canadienses implementaron un estímulo fiscal activo por medio de beneficios fiscales orientados y aumentó el gasto en la infraestructura y otros programas que podían ser implementados con rapidez. El plan funcionó –el crecimiento canadiense se restableció a mediados de 2009.
Lección número dos: Es necesaria la acción coordinada entre los principales países para poder abordar la crisis económica y financiera mundial.
A principios de octubre de 2008, tuvo lugar una serie de negociaciones y acciones coordinadas entre los principales países industrializados. Por primera vez, mercados emergentes claves como China, India y Brasil también fueron invitados a participar. El FMI recomendó a los países inyectar un estímulo fiscal igual al 2% del PBI de forma inmediata. Los bancos centrales coordinaron sus esfuerzos para inyectar liquidez. Una vez más, el plan funcionó. La mayor parte de los países afectados recuperaron su rumbo de crecimiento hacia fines de 2009.
Lección número tres: El sector financiero requiere de supervisión normativa extraordinaria, dado que un sistema financiero de buen funcionamiento es clave para el desempeño de cada uno de los otros sectores de la economía.
La crisis fue precipitada por una burbuja en el sector inmobiliario en los Estados Unidos y partes de Europa, a la que se le permitió crecer y luego estalló. El dolor se expandió mundialmente a través de la innovación financiera, como los valores respaldados por hipotecas, permitidos por una legislación que no seguía el ritmo de la evolución del sector financiero respecto a la década anterior y que no era ni efectiva ni eficiente. Se ha progresado un poco respecto a desarrollar una legislación mundial eficaz sobre el sector financiero, pero el proceso aún no está terminado y la implementación de la legislación aún permanece inconsistente.
Lección número cuatro: Cuando las empresas son "muy grandes como para quebrar" pueden amenazar todo el sistema económico.
Esta fue una razón clave por la que determinados bancos grandes y compañías automotrices fueron rescatadas por los gobiernos entre 2008 y 2009. Desafortunadamente, ha habido pocas acciones posteriores para reducir lo que los economistas llaman "riesgo sistemático" al abordar el tamaño general de las empresas. Por tanto, un gran banco o compañía automotriz que quiebre hoy en día probablemente aun terminaría siendo rescatada por el gobierno.
En 2008, aprendimos cómo responder a una crisis: implementando estímulos fiscales y monetarios selectivos cuando son necesarios y organizando el esfuerzo mundial coordinado.
Sin embargo, no se aprendieron las lecciones respecto a cómo prevenir una crisis. Cinco años después de la crisis financiera de 2008, la economía mundial se encuentra en mejores condiciones pero permanece expuesta a factores de riesgo claves: regulación mundial del sector financiero y muchas grandes empresas con problemas financieros. En este aspecto, aún se requieren acciones y políticas más importantes.
Glen Hodgson es vice-presidente senior y economista en jefe de The Conference Board de Canadá.
Traducción: Florencia Albertelli
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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