"El ejercicio de la responsabilidad social de las fundaciones sirve para reforzar la imagen de marca del club"
El curso '¿Por qué fútbol?' analiza la aportación de este tipo de instituciones a partir de la óptica del Athletic Club, el Real Valladolid y el Atlético de Madrid.
Desde un punto de vista moral, puede considerarse que sirven para limpiar la cara a las entidades que funcionan como valedoras. El desconfiado, mientras tanto, puede llegar a pensar que los clubes se valen de ellas para que se encarguen de la gestión de alguna capa que, por pereza o falta de recursos, como sociedad anónima o deportiva no pueden -o quieren- administrar. Lo cual no es, per se, malo.
En '¿Por qué fútbol?', el curso de verano de la Universidad Europea Miguel de Cervantes sobre el deporte rey, han participado Galder Reguera, Ricardo Coque y Germán Robles como representantes de las fundaciones Athletic Club de Bilbao, Real Valladolid y Atlético de Madrid, respectivamente, y así lo han demostrado. Es más, es incluso deseable que ese 'postureo' tenga lugar, ya que con él se refuerza la imagen de marca de la entidad futbolística que las ampara.
En el caso de la entidad vallisoletana, fundamentalmente, la labor que lleva a cabo tiene como objeto las categorías inferiores del club, con la gestión de la Residencia de Jóvenes Jugadores como campo base o pata principal, sobre la que descansan todas las demás. "En ella se encuentran tanto jugadores fichados para potenciar el nivel de las categorías inferiores como otros que vienen pagando, con un visado de estudios de un año", explicó Coque, que ejerce de director del centro.
A estos chicos se les ofrece entrenar durante cuatro días a la semana dentro de la estructura, recibiendo las enseñanzas de un técnico instruido. Del mismo modo, en España, aprenden el idioma. Y, por las restricciones normativas de la UEFA no pueden competir al amparo del Real Valladolid -habitualmente, hay casos contados que se escapan a esta excepción- el club procura que puedan disputar partidos amistosos de modo habitual o jugar en entidades amigas.
A su vez, la Fundación Real Valladolid está presente por medio de diferentes vías en hasta ocho países, entre los que destacan Corea, Israel y Colombia, donde cuenta con escuelas formativas. "Esta semana que acaba tres de nuestros técnicos han estado colaborando con un campus en Grecia, como la pasada. Gracias a estas colaboraciones, este año han pasado por nuestras instalaciones alrededor de 420 alumnos".
Pero la cosa no acaba ahí. Mediante diferentes eventos escuelas, dentro de la misma provincia de Valladolid, y de los campus que tienen lugar en diferentes fechas del año, el Real Valladolid "pretende favorecer la educación integral de la juventud", con una metodología similar que tiene como finalidad que quienes forman parte de estos eventos tengan su primera toma de contacto con la manera de trabajar del club, ya que el anhelo que esconden es el de que "lleguen a nuestro primer equipo".
La esfera futbolística es la que se potencia principalmente dentro de las actividades de la fundación. No obstante, hay más, como, por ejemplo, las diferentes actividades sociales que organiza o las colaboraciones con distintas entidades como la Asociación Española Contra el Cáncer, la Cruz Roja o el Banco de Alimentos de Valladolid. "Cuando Javi Guerra luce una camiseta en apoyo a las víctimas del cáncer de mama, se busca que un impacto social que no existiría sin ese acto. Creemos que es una obligación, devolver a través del fútbol la repercusión que se nos da".
Athletic Club Fundazioa como paradigma de fundación
Una de las asignaturas pendientes de la Fundación Real Valladolid se halla en los convenios que mantienen con los clubes del entorno. No así la de la Athletic Club Fundazioa, gestora de las categorías inferiores del Athletic de Bilbao, y que tiene acuerdos cerrados con todos los clubes de Vizcaya -excepto el Arenas de Getxo-, a los que se les proporciona soporte técnico, material y económico.
"Este tipo de convenios son importantes porque nuestro mercado es reducido, pero también por identificación. Sin ir más lejos, en la actualidad estamos intentando trasladar a tres entidades nuestro modelo de trabajo, al margen de las infraestructuras. Dentro de estos acuerdos, es importante que esos clubes hagan suya nuestra política, que primen los valores personales por delante de la competición", explica Galder Reguera.
El proyecto deportivo de esta fundación, sin embargo, no se ciñe al fútbol normativo en su concepto clásico. Más bien al contrario. Si destaca por algo es por la innovación. "El año pasado organizamos un torneo de fútbol playa al que dimos una vuelta de tuerca este año, pasando a hacerlo en espacios urbanos y rurales en los que no está permitido jugar, como el Guggenheim. Con ello, buscamos volver a la espontaneidad, al fútbol de la calle".
Estos encuentros, en formato cuatro por cuatro, carecían de árbitro, de manera que estaban autorregulados, como los partidos del patio del colegio o en la plaza del barrio. Y, al finalizar, eran los propios equipos, los que debían informar a la organización del resultado. Pero, ¿cómo lograr esa identificación antes referenciada con torneos como este? Haciendo que los campeones jueguen en el viejo San Mamés días antes de su demolición.
Junto a ello, la Athletic Club Fundazioa ha puesto en marcha el equipo RAIS-Athletic Club para personas sin techo, con el cual se pretende ayudar a socialidad a las personas que se encuentran en esta situación. "Les ofrecemos comida, una ducha y formación a cargo de técnicos de Lezama. De este modo, intentamos romper la identidad de los sin techo y afianzar su arraigo con el Athletic de Bilbao".
Esta empresa, que ha encontrado ya una esfera extendida más allá de la entidad por medio de la organización de campeonatos nacionales para equipos de estas categorías, no es la única emprendida en favor de grupos socialmente desfavorecidos. "También hemos puesto en marcha un equipo con personas con discapacidad, que asisten a entrenamientos y a sesiones de coaching. Hay ya una liga vasca y, a medio plazo, queremos hacer una copa nacional".
El balón, en cualquier caso, no lo es todo. O no como un simple objeto esférico que rueda buscando una portería, impulsado por un jugador. Tan importante o más que todo lo anterior son las actividades que la fundación del club bilbaíno lleva a cabo en el ámbito de la cultura. Alguna tan particular como los 'Bertso Derbia' que tienen lugar cada vez que los leones se enfrentan a la Real Sociedad.
Estos actos consisten en el duelo libre entre tres bertsolaris de cada equipo, que vienen a ser literatos que se enfrentan a sus rivales por medio de la rima, más o menos jocosa, en una suerte de batalla free style que se asemeja mucho a las que se pueden ver en un nutrido número de películas en los que los protagonistas son raperos norteamericanos.
Además de llevar a cabo diversas acciones de promoción del euskera como elemento diferenciador frente a lo rivales, que se expresan en lengua castellana, por lo menos fuera de Euskadi, recientemente la fundación ha organizado una un concurso de reportaje y fotografía en el que, entre otras cosas, el premio obtenido por los ganadores era acudir acreditados a un encuentro de San Mamés donde un periodista ejercía como tutor y les explicaba cómo se deben desarrollar esos géneros.
Thinking Football
Si en una de las sesiones previas el exblanquivioleta José Luis Santamaría quiso acabar con el tópico del futbolista como ser inculto, Galder Reguera no dejó pasar la oportunidad para referirse a este mito en su intervención, basándose en su propia experiencia. "En la Fundación hemos organizado exposiciones de arte y un programa de letras y fútbol en los que intentamos que tomasen la palabra que se les niega en la creencia de que no son cultos", explicó.
Pero, dicho vulgarmente, la madre de todos los corderos ha sido la creación de Thinking Football, en el que reglaron y testaron el fútbol a tres metas, y cuyo epicentro fueron -y son unas jornadas de reflexión cuyo fin es el análisis y la corrección de diferentes cuestiones relativas al fútbol, y a las que, en su primera edición, acudieron personajes tan relevantes como el escritor uruguayo Eduardo Galeano, el político Joaquín Almunia, los periodista Simon Cooper o Axel Torres o Jason Collins, primer jugador de la NBA que reconoció públicamente su homosexualidad.
'Fútbol y desarrollo social', 'Fútbol e igualdad', 'Fútbol, globalización e identidades', 'Sentipensando el fútbol' o 'Fútbol y economía' fueron algunos de los títulos de las ricas conferencias que tuvieron lugar en 2012. Mientras, en este 2013, versó sobre la relación entre el deporte rey y cómo a través de filmes y documentales se han plasmado diferentes cuestiones sociales que con él tuvieron que ver, como títulos como 'The four year plan', sobre la estancia de Flavio Briatore y Alejandro Agag en el QPR, o 'Los rebeldes del fútbol', de Eric Cantoná.
Responsabilidad social como refuerzo de la imagen de marca
Uno de los clubes que más y mejor han trabajado en este sentido en los últimos años es el Atlético de Madrid, al menos en la esfera local y en lo que a la relación con afición y medios se refiere, ya que, desde el descenso a Segunda División, ha venido aplicando una política de marketing radical que buscaba paliar los efectos provocados por la pérdida de competitividad deportiva con el fortalecimiento de su particular idiosincrasia.
"Campañas como la que recordaba que el Bayern y el United también estuvieron en Segunda, el 'papa, ¿por qué somos del Atleti?' o el 'Ya estamos aquí' tuvieron en su día muy buena acogida y sirvieron para afianzar el sentimiento de pertenencia al Atlético. Se consiguieron proyectar unos valores deportivos que primaron sobre la competitividad y la rentabilidad", considera Germán Robles, de la Fundación Atlético de Madrid.
"Las fundaciones aparecieron principalmente por motivos fiscales, pero han afianzado su perspectiva social. El ejercicio de la responsabilidad social corporativa que se proyecta a través de las fundaciones sirve para reforzar la imagen de marca del club. En nuestro caso, hacemos periódicamente un diagnóstico general de la situación deportiva y de la imagen externa e intentamos actuar en consecuencia".
Cuando uno piensa en las sensaciones que le despierta el Atlético de Madrid, ciertamente, piensa en algo genuino, cercano, con unos ideales muy particulares y en el dichoso 'pupas', término que fue acuñado por Vicente Calderón después de caer en la final de Copa de Europa de la temporada 1973/74. Y por esa fama, más o menos ajustada a la realidad, suele sentir simpatía por el conjunto rojiblanco.
"Así lo detectamos en nuestros análisis. Por norma, el Atlético de Madrid es un equipo que cae bien y no genera aversión. Esa imagen de marca debe ser un efecto de extrema diferenciación. Nosotros así lo entendemos e intentamos. Basamos mucho nuestro trabajo en el concepto de I+D+i, trabajando, por ejemplo, de manera rigurosa nuestra cantera, desde un punto de vista social, preferentemente, o poniendo en marcha proyectos internacionales como 'A team for the world'", explicó Robles, quien reconoció que, aunque no es del todo desfavorable, dentro de las intenciones de la Fundación está el intentar alejarse del tópico del 'pupas'.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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