Terminamos una semana de claroscuros. La solidez de la economía chilena contrasta con la debilidad y turbulencias de los mercados internacionales. La crisis financiera en algunos países de la periferia europea amenaza con trasladarse al centro, y ello ha gatillado un aumento importante del riesgo de países como Italia, Francia e incluso Alemania. Los últimos datos de crecimiento son desalentadores: durante el segundo trimestre Europa creció sólo
Felipe Larraín Bascuñán
Ministro de Hacienda
1,7%. Y las perspectivas para los próximos 18 meses no son favorables. Mientras, en Estados Unidos la ausencia de un plan de ajuste fiscal creíble y la baja en su clasificación de riesgo han minado fuertemente las confianzas.
Frente a este escenario adverso, las noticias en Chile fueron alentadoras. Nuestra economía creció 8,4% en el primer semestre, con un sólido desempeño del consumo privado, la inversión y las exportaciones. Durante el segundo trimestre del año destacan la mejora de las exportaciones (crecen sobre 10%) y el sólido desempeño de los sectores agrícola, industrial y de comunicaciones. Si bien esperamos una desaceleración en la segunda mitad del año, terminaremos con un crecimiento anual en torno al 6,5%.
Tenemos un nivel de deuda pública inferior al 10% del producto y en términos netos el sector público es acreedor del resto del mundo. Nuestra política fiscal es altamente respetada internacionalmente y por ello tenemos uno de los niveles de riesgo país más bajos del mundo, inferior hoy al de Francia, Italia, Japón, Austria y Bélgica.
Nuestra economía tiene sus bases muy sólidas. Pero no estamos blindados ni somos inmunes a lo que pase en el resto del mundo. Especialmente frente a las turbulencias externas, debemos cuidar lo que hemos construido entre todos. Esto es responsabilidad no sólo del Gobierno sino también de toda la sociedad, trabajadores, empresarios, estudiantes; ello debe expresarse también en las demandas, porque no se puede satisfacer todo sin comprometer nuestras perspectivas.
En este escenario seguimos avanzando en nuestras metas y construyendo un futuro mejor para todos los chilenos. El miércoles pasado se aprobó unánimemente en el Senado la eliminación del 7% de cotización de salud, que favorece a casi 700 mil adultos mayores pertenecientes al 60% más pobre de nuestro país. Este beneficio, que se hará efectivo el 1 de noviembre próximo, constituye en la práctica una importante mejora a sus pensiones. Doce meses después, en noviembre de 2012, se reducirá de 7 a 5% la cotización de salud para los jubilados que estén en el 80% de menores ingresos y no hayan recibido la eliminación completa del 7%. Los beneficiarios de esta iniciativa aumentarán así hasta llegar a casi 1.050.000, cumpliendo un anhelo largamente esperado por nuestros adultos mayores, que era un compromiso del programa de gobierno del Presidente Piñera.
También se presentó esta semana el proyecto de información comercial, que va a entregar una protección efectiva a los deudores. Entre otras cosas, permitirá que ellos puedan corregir en forma expedita la información errónea que muchas veces los deja por largos períodos en Dicom. También prohibirá que la información comercial se use para excluir a alguien de una atención de salud o para impedir encontrar un empleo. El proyecto también contempla que la información positiva de los deudores fluya (y no sólo la negativa). Esto, sumado a una información más completa, permitirá que el mercado crediticio funcione mejor, y se traducirá en más competencia y menores tasas de interés para los deudores.
Sin embargo, fueron las iniciativas de educación las que capturaron la atención en esta semana. El Gobierno está haciendo un esfuerzo gigantesco y macizo para superar las deficiencias del actual sistema -que se arrastran desde hace muchos años- y mejorar la calidad de la educación que reciben nuestros niños y jóvenes. La propuesta incluye un cambio constitucional para garantizar calidad, la desmunicipalización de las escuelas de mal rendimiento y un aumento fuerte y progresivo en las becas de educación superior. También se reducirá el costo del crédito con aval del Estado (CAE) desde una tasa de interés superior hoy a 5% al 2%, lo que beneficiará a más de 360 mil deudores hoy y disminuirá significativamente la carga en que se convierte estudiar para los sectores más vulnerables y de clase media.
El costo de estas iniciativas está comprendido en los US$ 4.000 millones adicionales para educación que anunciara el Presidente Piñera para los próximos 4 a 6 años. Su financiamiento, junto al del 7%, el posnatal y otras iniciativas sociales, está perfectamente encuadrado dentro de un presupuesto que crece con la expansión sostenida de la economía, y con las medidas de austeridad fiscal y reasignación de recursos que ya hemos tomado. Algunos que nos cuestionan tampoco creyeron que la economía chilena podría acelerar al doble su crecimiento, como ha ocurrido en 2010 y 2011. Y esto sucederá en un contexto en que reduciremos el déficit fiscal estructural de 3% del PIB que heredamos a 1% del PIB en 2014, y con un gasto público que crecerá menos que el producto, para dar espacio a una menor inflación, menores tasas de interés y un tipo de cambio más competitivo.
Una reflexión final. Las demandas "aquí y ahora" no son la forma de avanzar ni construir un país mejor. Los acuerdos transversales, el diálogo sin intransigencia y el trabajo conjunto sí lo son. Nuestra historia reciente así lo demuestra.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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