Las bondades de la jornada intensiva
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Mejora el rendimiento de los empleados y se ahorra más
- las compañías que optan por la flexibilidad de horarios, el teletrabajo
Un grupo de trabajadores, en una oficina.
ADN
Trabajar en agosto cuando todos están de vacaciones tiene sus pros: aquel compañero plasta se marcha a Cancún, el pelota se va con el jefe a Benidorm, hay menos trabajo (no siempre), y en septiembre las vacaciones siempre salen más baratas.
Otra ventaja puede ser la jornada intensiva, si la empresa y el tipo de trabajo lo permiten. Cada día son más las compañías que optan por la flexibilidad de horarios, el teletrabajo y, cuando llega el verano, por que sus trabajadores trabajes sólo hasta mediodía. La web monster.es ofrece cinco razones a las empresas para optar por la intensiva.
La primera y una de las fundamentales es que con la perspectiva de la tarde libre, los trabajadores rinden más. Tras un año con el tupper a cuestas y saliendo ya cuando anochece, se agracede poder salir de la oficina hacia las tres, cuando aún se tiene toda la tarde por delante (playa, compras, ocio...). Y como dice el sabio, cuando el trabajador está contento, rinde más.
Con la familia
La segunda razón es la posibilidad de conciliar la vida laboral con la familiar. Uno de los grandes problemas del verano es qué hacer con los niños mientras se trabaja. En agosto las colonias infantiles son escasas y en cualquier caso solo se ofrecen de mañanas. Siendo así son muchas las familias que tienen que compaginar horarios (tarea a veces imposible) y tirar de los sufridos abuelos. Tener la tarde libre para estar con los niños es un respiro para más de uno.
También se aprovecha mejor el tiempo, segun monster.es. Julio y agosto son meses con poco trabajo en la oficina, la mayoría está de vacaciones, hay pocos clientes que atender, se dejan los temas más espinosos o que dan más trabajo para septiembre... y en esas circunstancias el trabajo concentrado evita un mal muy español: el de calentar silla.
Más. Con una jornada intensiva la empresa ahorra, en luz, en aire acondicionado, y también ahorra el trabajador, que puede comer en casa (el menú diario, si no se opta por el tupper oscila entre los 10 y los 15 euros).
Con todo ello, la empresa mejora su imagen de cara a los trabajadores que ven que los jefes intentan facilitarles la vida, y el trabajo, en verano.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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