| (Estrategia) El titular de Minería, Laurence Golborne, afirma que se parte de la base que los contratos existentes con las empresas serán respetados, pero la apuesta es conversar y proponer incentivos para que se acojan al nuevo régimen impositivo.
¿Cuáles son las diferencias de este royalty con el anterior?
—Se ha aumentado la tasa en forma significativa. La propuesta original tenía tasas que partían en 3,5% y llegaban al 9%, hoy día la tasa permanente de impuesto va a partir en 5% y va a llegar a 9%. Es un incremento importante, garantiza que el país no va a recibir nunca menos del impuesto que percibe actualmente (4%).
Se trata del régimen permanente, pero hay un caso particular que es el tratamiento de 10 empresas aproximadamente que son las que pagan fuertemente el royalty actual y que tienen un contrato de invariabilidad tributaria establecido en 2005. Por lo tanto, con ellas hay que establecer un régimen especial: se les ha planteado una alternativa de que se acojan a este sistema por tres años, con una tasa que varíe del 4% al 9%, vuelvan al sistema que tienen hoy día pactado, y luego se acojan al sistema general.
El proyecto tiene variaciones enriquecedoras y que se ha hecho eco de la inquietud de diversos parlamentarios en el Congreso.
¿Será un impuesto sobre ventas o utilidades?
—El impuesto se sitúa sobre las utilidades. Hay que ser muy claro en esto, cuando se sitúa un impuesto sobre las ventas se establece un costo fijo adicional a la industria tremendamente peligroso en períodos cuando el precio cae, pues si una empresa tiene un costo alto, que debe pagar de cualquier manera, llega mucho antes a un punto donde ya no puede sostener su actividad y eso lo que termina haciendo es que la compañía cierre, que no se recaude ningún impuesto y se genere desempleo.
Por lo tanto, la filosofía de este impuesto es que "cuando las cosas van bien, el país se beneficia y cuando las cosas van mal, nos quedamos en la situación en que estábamos antes".
¿Que invariabilidad establece?
—Se incrementa en tres años la aplicación de esta tabla y se mantiene la invariabilidad en ocho años.
Hay que entender, como lo ha planteado el ministro (Felipe) Larraín, que esta es una negociación que va a tener que darse con las empresas mineras cuando el proyecto sea aprobado. Podemos definir lo que queramos, pero lo único concreto es que esos sectores tienen hoy día derecho a mantener la condición tributaria pactada del año 2005 hasta el 2017. Debemos ser pragmáticos, dado que tenemos una situación heredada en que nos obliga a conversar y encontrar algo que permita algún grado de atractivos en su cambio.
Este mes termina el plazo para que los tributos del 2010 puedan ser utilizados el próximo año. ¿Cuentan con piso político para que la iniciativa sea aprobada con urgencia?
—Es imposible tener unanimidad, pero la discusión ha favorecido el debate, y podremos llegar a mayorías amplias que otorguen estabilidad a un sector que significa riqueza para el país y que requiere estabilidad en el largo plazo en las reglas por las cuales se rige.
Hay quienes opinan que cambiar el royalty en un corto plazo puede afectar la inversión extranjera...
—No, toda vez que este país discute sus temas abiertamente, con un debate amplio. Es una prerrogativa de cualquier nación soberana establecer y modificar los mecanismos tributarios que estime convenientes, respetando obviamente los contratos que se han establecido, y esa es la situación que estamos viviendo. Esos contratos serán respetados; sin perjuicio de ello, el régimen general se propone cambiar y espero que lo haga en esta dirección.
¿Usted negociará el proyecto en el Congreso?
—Claro que sí. Hemos trabajado en conjunto con los ministros Larroulet y Larraín, y seguiremos haciéndolo, tratando de hacer coincidir los apoyos y consensos para un proyecto que es de tremenda relevancia para el país.
Fuente / Estrategia
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