(El Mercurio) La industria minera está jugando un rol clave para el desarrollo del mercado de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), que se configuró a partir de la entrada en vigencia de la ley que obliga a las generadoras eléctricas a que parte de la energía que venden provenga de este tipo de fuentes.
Para lograrlo -debido a que el diseño de la legislación les impide vincularse directamente en esta actividad-, las mineras están comprando acreditaciones de generación ERNC (fundamentalmente a partir de minicentrales hidroeléctricas) provenientes de la operación de proyectos ubicados en la zona centro-sur del país, correspondiente al Sistema Interconectado Central (SIC).
El modelo consiste en armar un portafolio de certificados que las cupreras luego distribuirán entre las eléctricas convencionales que las abastecen habitualmente, para que éstas los usen para cumplir su obligación legal.
La ley de ERNC fija que hasta 2014, el 5% de la electricidad que las generadoras comercializan debe provenir de fuentes renovables no convencionales y luego dicho porcentaje subirá. Esta obligación se verifica al término de cada año, momento en que las empresas que no cumplan pagarán multas.
Eso explica que en los registros del Centro de Despacho Económico de Carga (CDEC), a siete meses de vigencia de este sistema, haya generadoras que no registran actividad. Ése es el caso de Norgener, E-CL (Edelnor y Electroandina) y GasAtacama, que precisamente operan en el Norte Grande, donde se concentra la actividad minera.
José Miguel Bustamante, abogado del estudio Carey, que ha asesorado a algunas mineras en estas negociaciones, explica que "las generadoras tendrán hasta marzo de 2011 para conseguir un convenio que les permita imputarse la inyección de energía de un determinado medio ERNC".
La compra de acreditaciones no implica que las mineras reciban efectivamente la energía, pues la ley pide que sean transferencias de acreditaciones en las que se demuestre que la electricidad circuló en el sistema, aunque éstas no se hayan dado en el sistema que abastece a dichas compañías.
Costos razonables
El interés de la industria minera es contar a un costo razonable con energía más limpia y así tener un sello verde que satisfaga los requerimientos crecientes de los mercados internacionales. Este objetivo no se lograba con la fórmula ofrecida por los productores convencionales, ya que les resultaba más caro.
El mercado de certificados de ERNC supone mensualmente operaciones de entre US$ 23 millones y US$ 30 millones. Estos montos suponen una tercera vía de ingresos para los desarrolladores de estos medios de generación, pues, en primer término, reciben remuneración por la potencia que declaran para el sistema y, en segundo término, por la energía que suministran.
Se espera que las ventas de acreditaciones alcancen su mayor dinamismo a comienzos de 2011, cuando las generadoras convencionales deben demostrar que cumplieron la ley, trabajo que en buena parte están realizando desde ya los actores de la gran minería.
Fuente / El Mercurio
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