Paradójicamente, el barco más famoso de la historia es el Titanic, un transatlántico que no consiguió llegar a su destino.
La soberbia del constructor le hizo creer que era indestructible. Pero es precisamente la soberbia lo que nos hace débiles, lo que destruye nuestros proyectos porque nos ciega.
En aquel naufragio murieron varios cientos de pasajeros, fueron sobre todo los más pobres porque sólo habian balsas de salvamento para los ricos.
Mi amigo Raúl Martínez Mañas de 5º de Primaria del "José Loustau" me ha regalado este delicioso dibujo que representa el famoso naufragio. En él, algunos pasajeros ya están a salvo en las balsas y reman para alejarse del barco, mientras, otros caen por la cubierta hacia una muerte segura. En el centro, la pareja de protagonistas enamorados, de la película de James Cámeron, chapotean sobre un tablero tratando de salvarse. El impresionante barco inclinado, con las chimeneas aún humeantes se va inundando lentamente: dos horas y 40 minutos tardó en hundirse. Dicen que la orquesta siguió tocando durante el hundimiento para aliviar la desesperanza de los pasajeros.
Se adivina en Raúl unas dotes narrativas importantes; es capaz de transmitirnos esa tragedia con detalles precisos, con una composición interesante, con trazos seguros, sin textos, prestando la importancia que requiere el elemento humano: la tragedia no es que se hunde un gigantesco barco, sino que unos seres humanos están luchando por sobrevivir en unas aguas heladas, es lo que con gran sensibilidad nos destaca. Yo animo a Raúl a que siga contando historias con el lápiz o el pincel, porque lo hace muy bien. El Arte nos ayuda a comunicarnos con los demás.
Siempre hay una enseñanza que sacar y es que, a veces, nuestra vida puede convertirse en un titanic. Siempre hay un icebeg que oculta su parte más peligrosa y que acecha nuestro exceso de confianza. Nuestra vida puede hundirse si no la conducimos con pulso firme. Conociéndonos y sabiendo nuestras posibilidades, midiendo los riesgos y sabiendo lo que queremos hacer con ella, llegaremos sin prisa a nuestro destino. No es urgente llegar, lo interesante es vivir el camino.
Saludos,
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