Hollywood hace caja con sus retoños: nunca los famosos vendieron tanto
Jose Luis de Haro/ Nueva York | 7:10 - 21/07/2008
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Dicen que los bebés vienen con un pan debajo del brazo, pero esto le pasa a la gente común. En la meca del cine, traen un cheque en blanco en busca del mejor postor. De un tiempo a esta parte, Hollywood se ha dado cuenta de que presentar en sociedad a su neonato se ha convertido en un suculento negocio, en el que los nuevos reyes son Vivienne Marcheline y Knox Leon, los nuevos gemelos de la pareja del momento, Angelina Jolie y Brad Pitt.
En medio de la vorágine de cámaras, paparazzis, periodistas y unidades móviles que cercan el hospital Leval de Niza, en Francia, los actores que más sex appeal rezuman por los poros de su piel se piensan hasta dónde elevar el listón que las revistas tendrán que desembolsar por publicar, en exclusiva, las primeras imágenes de sus hijos. La cifra que se baraja ronda los 11 millones de dólares, aunque varios fotógrafos especializados aseguran que se podría alcanzar perfectamente entre los 15 y los 20 millones de dólares. Con estos precios, sólo un selecto club de medios se harán con las imágenes.
Alrededor de estos infantes se ha creado una dinámica industria en Estados Unidos, donde la nueva moda entre cantantes, actores y artistas es vender las fotos de sus bebés al mejor postor. Al otro lado del Atlántico no se pagan cuatro duros por unas simples instantáneas con hijos de por medio: las publicaciones desembolsan de media 500.000 dólares por un puñado de imágenes. Eso sí, los padres de los protagonistas en cuestión deben formar parte de la primera línea del famoseo patrio.
Coincidiendo con la vorágine de los nuevos gemelos de Jolie y Pitt, la revista Forbes publicaba no hace mucho un ránking en el que clasificaba a los bebés de famosos mejor pagados del mundo. Hasta la llegada al mundo de Vivienne y Knox, otro par de gemelos se colgaba la medalla de oro: por los hijos de la polifacética Jennifer López junto al cantante Marc Anthony se rumorea que se pagaron cerca de 6 millones de dólares por ocupar la portada de la revista People el pasado 31 de marzo (la publicación se niega a hablar de precios concretos).
Pero son Angelina y Pitt los que más dinero han recaudado por poner las fotos de su amplia familia a disposición del mundo entero. Por los primeros retratos de su primera hija biológica, Shiloh Nouvel, se llevaron en Estados Unidos 4,1 millones de dólares. En el Reino Unido, la versión inglesa de Hola desembolsó otros 3,5 millones por tener la exclusividad en su país. En este caso, sin embargo, donaron íntegramente esa cantidad a distintas organizaciones caritativas de África, continente en el que nació la pequeña. Claro que su última adopción, la del pequeño Pax Thien, de 3 años, también pasó por caja y sus fotos se canjearon por 2 millones de dólares. Y no fue tirado en balde. Por ejemplo, la portada de People con Shiloh, Angelina y Pitt hizo que la revista incrementase en un 45 por ciento su tirada semanal, que se disparó hasta los 2,2 millones de copias.
Con esta prolífica forma de hacer dinero, bien sea para obras de caridad como para beneficio personal, los embarazos de famosos están a la orden del día en Estados Unidos. Pero no siempre la fórmula funciona y no todos los bebés enternecen a los lectores. La aparición en People de la actriz Nicole Kidman junto a su nueva hija provocó que la tirada de la publicación cayese por debajo de la media. Por suerte para ellos, la actriz no cobró por las fabulosas instantáneas.
Sin escrúpulos
Niños y bebés a un lado, el famoseo norteamericano ha creado una incómoda industria que se lucra con el fisgoneo en la vida de actores, actrices o cantantes sin mostrar ningún tipo de escrúpulos. Eso sí, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, porque aquí se beneficia hasta el apuntador.
No es extraño circular por las calles de West Hollywood y ver a una legión de coches a la carrera persiguiendo desesperadamente a Britney Spears. No es en vano, la díscola cantante ha conseguido que revistas, programas de televisión y websites acumulen cerca de 100 millones de dólares gracias a la difusión de sus imágenes. Una magnífica suma que pone los dientes muy largos.
Una de las agencias de paparazzi más importantes de Estados Unidos se llama X17 (porque dicha letra es la menos registrada en el país). Fundada en Los Ángeles por el fotógrafo francés François Navarre, este club de paps, como se les conocen a los atrapafamosos, se ha convertido en una pesadilla para las celebrities y un cuerno de la abundancia para los medios de comunicación. Mientras que hace años el oficio de perseguir a una actriz o un cantante era un trabajo detectivesco y bastante elitista, ahora es un dura pelea en la que participan cada vez más inmigrantes, muchos de ellos ilegales, que compran camáras fotográficas a golpe de tarjeta de crédito y dedican las horas muertas a perseguir a Brad Pitt, Angelina Jolie o Paris Hilton. En el caso de X17, la cantera de fotógrafos se acerca casi al centenar y la mayor parte de ellos no son estadounidenses. Con un sueldo que suele oscilar entre los 800 y los 3.000 dólares semanales, este trabajo cada vez tiene más solicitudes de empleo.
Estos traviesos fotógrafos, que pueden pasar días viviendo en su coche, funcionan gracias a una red de contactos en parkings, restaurantes, tiendas y discotecas. Hasta tal punto son importantes que X17 incluye,entre sus gastos propinas y pagos a más de 600 personas entre camareros o gerentes en puntos clave para la vida de los famosos.
El pistoletazo de salida
Hasta hace unos años, los paparazzi eran un grupo marginal dentro de la industria fotográfica, al menos en Estados Unidos. Fue la revista US Weekly la que dio el pistoletazo de salida a la caza del famoso en su estado natural, es decir, en chándal y con ojeras. Realismo ante todo. Al entrar como editora jefe, Bonnie Fuller inauguró una sección titulada Son como nosotros, en la que incluía fotos de famosos paseando por el parque o acudiendo a su tienda favorita.
El éxito de la sección hizo que la imitaran otras cabeceras, que empezaron a dar paso a fotos que hasta entonces sólo se colaban en publicaciones de segunda, como el National Enquirer o el News of the World. La salvaje competencia comenzó a elevar el precio de los paquetes de fotos de Lindsay Lohan bebiendo en una discoteca, Spears enseñando sus intimidades o Paris Hilton regalando poses en un centro comercial. Algunos de estos paquetes, como aquellos que incluyen a la familia Jolie Pitt en pleno éxtasis rutinario, pueden costar, fácilmente, 100.000 dólares.
El año pasado, X17 consiguió recaudar 3 millones de dólares sólo con la venta de fotos de Spears, e hizo su agosto cuando empezó a revender el mismo set de fotografías por todo el mundo. Y gracias a la aparición de videocámaras de alta definición cada vez más ligeras, también vende material a los programas de cotilleo de la televisión. Hasta la prensa seria ha sucumbido a los encantos de Paris Hilton en plena fiesta.
Gracias a la labor de los paps, muchas empresas se benefician sin comerlo ni beberlo, puesto que pillar a Jessica Simpson bebiendo una Coca Cola o a Natalie Portman leyendo el New York Times puede disparar las ventas. Una imagen de Paris Hilton con el libro El poder de ahora, de Eckhart Tolle, hizo que se vendieran 3.000 ejemplares la semana siguiente a la publicación de la foto.
Saludos
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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