R. Zanetta, L. Castañeda y F. Urroz
La fruticultura -y particularmente la uva- es el sector más afectado por la caída del dólar. Esto, según un estudio realizado por la Dirección de Estrategia de IM Trust, que comparó el actual tipo de cambio (corregido por inflación tanto local como externa) con el valor de la divisa en 1.999, cuando mostraba niveles nominales similares.
El informe concluye que exportadores de fruta operan hoy con un valor de tipo de cambio equivalente a $339. Más crítico es el caso de la uva, en que el precio del dólar equivale a un valor de $313 en ese período.
Lo anterior, en un escenario complejo para el rubro, en que a la caída de la divisa se suma el aumento de costos de producción, particularmente ante los mayores precios de la energía.
De todos modos, Matías Braun, autor del informe, explica que si bien el tipo de cambio ha caído en el último tiempo, elprecio del promedio de las exportaciones ha aumentado por sobre el avance de la inflación en los últimos 8 años.
Braun agrega que la competitividad de las exportaciones ha crecido 38% desde el cuarto trimestre de 1999. Esto es, el dólar tendría que caer a $318 para bajar al nivel de competitividad de las exportaciones en 1999.
Décima caída
El dólar retrocedió ayer $2,2, a valores de $440,20 comprador y $440,50 vendedor, y acumuló su décima baja consecutiva.
Desde enero de 2008, la moneda acumula una depreciación de $57,60 frente al peso, lo que convierte a la divisa local en la que más se ha apreciado frente al dólar a nivel mundial en lo que ha transcurrido del año.
El ajuste de ayer sitúa a la moneda norteamericana en su menor valor frente al peso desde el 30 de diciembre de 1997. La debilidad mundial del dólar frente a una canasta de monedas, junto con el alto precio alcanzado por el cobre en las últimas semanas, son las principales razones para explicar el ajuste. El diferencial de tasas existente hoy con Estados Unidos también avala la caída.
Los ojos en el Central
Para determinar el rumbo de la moneda es clave tener en cuenta la reunión de Política Monetaria del Banco Central de este jueves.
George Lever, gerente de estudios de la Cámara de Comercio de Santiago, explica que el dólar debiera tener un respiro en los próximos días. Esto siempre y cuando el instituto emisor opte por mantener la tasa de interés en 6,25%, observando en su comunicado el tema cambiario.
Lever agrega que una posible corrección en el precio del cobre podría quitarle presión al dólar, ya que a su parecer, valores en torno a los $4 la libra no son sustentables en el largo plazo.
Mauricio Bonavía, de BBVA, sostiene que el tono del comunicado del Central será decisivo. En el caso de que abra espacio para alzas en la tasa de Política Monetaria, el dólar alcanzaría valores de $430 a $435.
Rodrigo Aravena, de Banchile, destaca como dato relevante la publicación del IPC de febrero en EE.UU., el mismo que se entrega este viernes. Un IPC bajo lo esperado abriría camino para nuevos recortes, y por lo tanto podría generar nuevas bajas de entre $5 y $7 en el dólar.
Los beneficios del dólar bajo
Si bien es cierto que la caída de la divisa golpea a diversos rubros de la economía local, también favorece a otros sectores. La caída del tipo de cambio permite, por ejemplo, acceder a productos tecnológicos y bienes como autos e importaciones en general, a mejores precios.
A su vez, la industria también se ve favorecida, ya que puede acceder a insumos a valores más convenientes, así como bienes de capital (maquinarias).
Además, el menor tipo de cambio mitiga el alza que ha registrado el precio de los combustibles e impulsa al turismo.
SNA no ve una salida
Para Luis Schmidt, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), los sectores más afectados con el tipo de cambio son las frutas y los vinos.
"El tipo de cambio tiene a nuestro sector -por un lado- desfinanciado, con balances en rojo, y con la desesperanza de no ver alguna salida a este tema", señala Schmidt.
Explica que el bajo tipo de cambio, además de hacer perder competitividad, comienza a llegar a productos lácteos y a carnes baratas, lo que complica fuertemente a la agricultura, que en muchos casos es sustituida por importaciones.
El presidente de la SNA comenta que la reducción del impuesto específico a los combustibles, como sector, no les favoreció, ya que los tractores y camiones que se utilizan en la agricultura usan petróleo.
Schmidt plantea que el Gobierno debiera reducir el IVA en 2 o 3 puntos, en un período de 2 o 3 años, para aliviar al Banco Central y con ello reducir la brecha de tasas.
Formas de intervención
Bajo el esquema actual de flotación cambiaria, el Banco Central de Chile se reserva la opción de intervenir en el mercado cambiario -en circunstancias excepcionales de una sobrerreación en la paridad cambiaria- mediante operaciones cambiarias de compra y venta directa y/o proporcionando instrumentos de cobertura cambiaria. Otro de los instrumentos es el encaje al flujo de capitales externos de corto plazo que hoy está en cero, pero que está restringido por el TLC con EE.UU.
Desde que partió el esquema de flotación ha habido dos anuncios de intervención. En agosto de 2001, frente a la rapidez y sucesivas variaciones que exacerbaron la depreciación del peso, comunicó que hasta fin de año podría intervenir. Vendió divisas por poco más de US$ 800 millones e hizo una emisión de deuda indexada al tipo de cambio y pagadera en pesos por US$ 3.000 millones. En octubre de 2002 consideró que la depreciación reflejaba movimientos de un mercado operando con poca liquidez y alta volatilidad. Sólo emitió deuda indexada al tipo de cambio por US$ 1.500 millones.
El consultor Guillermo Le Fort opina que ya es necesario intervenir, porque el tipo de cambio real (TCR) y el nominal (TCN) están bajo su nivel de equilibrio. El TCR está en 86 a 87 puntos respecto del índice base 100 de 1986, cuando su valor de equilibrio es de 90 a 95 puntos, dice. Transacciones forward comprando a futuro para hacer subir el precio del dólar o vender opciones que les den derecho a los compradores a vender dólares a un precio prefijado poniéndole un límite a la baja, son básicamente los instrumentos de intervención disponibles, señala. Cristián Johnson, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, no ve sentido a una compra de divisas. "El Banco Central perdería credibilidad. No puede afectar la tendencia, el dólar se está debilitando a nivel internacional. Y como nuestros competidores están en la misma situación, nuestro tipo de cambio real no se ve afectado", dice.
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