Un magnate musulmán nada tradicional
POR YAROSLAV TROFIMOV - THE WALL STREET JOURNAL - BANGALORE, India
Con una fortuna de 17.000 millones de dólares, Azim Premji, es el empresario musulmán más rico del mundo, además de la realeza del Golfo Pérsico.
El empresario musulmán más rico del mundo desafía la creencia tradicional sobre los magnates islámicos. No opera desde el Golfo Pérsico, no debe su fortuna al petróleo, ni hace alarde de su fe.
Oriundo de Mumbai, Azim Premji aprovechó la abundancia de talentosos ingenieros en India para transformar una empresa familiar de aceite vegetal, Wipro Ltd., en un gigante de la tecnología y la tercerización. Al servicio de fabricantes, aerolíneas y empresas de servicios públicos occidentales, Wipro le ha generado a Premji unos US$17.000 millones, una fortuna aparentemente mayor que la de cualquier otro musulmán fuera de la realeza del Golfo Pérsico.
Tal éxito, señala Premji, demuestra que la globalización, una fuerza que los activistas islámicos desprecian como neocolonialismo occidental, está convirtiéndose en una "vía de doble sentido" que puede generar beneficios tangibles a los países en desarrollo. El ascenso de Premji ya está inspirando a algunos indios musulmanes a acoger el mundo moderno y globalizado. "Es un ícono. Demuestra que la excelencia no tiene casta ni credo y que, si uno tiene excelencia, puede llegar a la cima", dice Mohamed Javeed, director de Al-Ameen, una universidad musulmana en Bangalore.
Un ejemplo como el de Premji podría ser lo que los musulmanes de India necesitan. Aunque la economía del país crece a una tasa de 9% al año, la gran mayoría de los cerca de 150 millones de musulmanes del país sigue marginada, pobre y sin acceso a una educación de calidad.
Aun así, para gran parte de la comunidad musulmana de India, la enorme fortuna de Premji, lejos de ser inspiradora, es un ejemplo de que el éxito tiene un precio que los fieles no pueden aceptar. Resienten que Premji le reste importancia a sus raíces religiosas y se niegue a defender causas musulmanas. "Si eres musulmán y quieres ser rico en India, tienes que demostrar que eres muy secular", dice Zafarul Islam Khan, secretario general de All-India Muslim Majlis e Mushawarat, un foro de organizaciones e instituciones musulmanes.
Premji ha mencionado su fe islámica tan rara vez en público que muchos indios musulmanes no saben que comparten las mismas raíces. Ninguno de los altos ejecutivos de Wipro, aparte de Premji, es musulmán. La empresa, que hace sus negocios y entrevista a postulantes de empleo en inglés, mantiene su horario de trabajo regular durante los feriados islámicos importantes. Entre sus 70.000 trabajadores, sólo un puñado es musulmán.
En la entrevista en el pulcro campus de Wipro en Bangalore, Premji se burló de la idea de que debería propagar su identidad musulmana o apoyar el progreso musulmán en India. "Siempre nos hemos identificado como indios. Nunca como hindúes, musulmanes, cristianos o budistas", dice.
Premji no estudió en una escuela musulmana, sino católica, y luego se graduó de ingeniería eléctrica de la Universidad de Stanford, en California. Aunque grupos musulmanes en India se quejan de ser discriminados a diario, Premji asegura que la única vez que él se ha sentido así no fue en India, sino en un aeropuerto en Estados Unidos, poco después del 11 de septiembre de 2001. En India, mantiene, "no creo que ser musulmán o no musulmán ha sido una ventaja o desventaja. Todo ha sido por mérito y oportunidades".
Y él ha sabido aprovecharlos. Después de la muerte de su padre en 1966, asumió el mando de Wipro a los 21 años, a pesar de la oposición de los directivos que preferían un gerente experimentado. Entonces, la empresa que cotiza en bolsa, aunque la familia controla un 81%, registraba sólo US$2 millones en ventas anuales.
Wipro se conocía como Western India Vegetable Product Ltd. y producía mayoritariamente un tipo de aceite de girasol llamado vanaspati.
Premji buscó diversificarse y en 1977 llegó su gran oportunidad.
Una coalición de nacionalistas hindúes, socialistas y otros derrocó al partido gobernante y provocó un éxodo de multinacionales como International Business Machines Corp. y Coca-Cola Co.
Premji rápidamente empezó a fabricar computadoras y otros electrónicos. "Apareció un espacio porque se prohibieron las importaciones o éstas tenían aranceles muy altos", recuerda. Wipro se convirtió en uno de los principales fabricantes de hardware.
En los 90, India abandonó el socialismo y eliminó las restricciones a las importaciones. Esto desató una crisis para Wipro y otras firmas de electrónicos.
Mientras que algunos colegas no pudieron sobrevivir el cambio, Premji vio una oportunidad. Acudió a las firmas extranjeras con las que hizo negocios cuando era fabricante, como General Electric Co. y Sun Microsystems Inc., y les ofreció un nuevo trato.
Por un bajo costo, sus ingenieros altamente calificados podían encargarse de diseño, investigación y pruebas. Hoy, Wipro diseña celulares para marcas de renombre, gestiona sistemas de computación para empresas europeas y ofrece consultoría. En el año fiscal que terminó el 31 de marzo, sus ganancias subieron 44%, a US$677 millones, y sus ventas 41%, a US$3.470 millones. El valor de mercado de la empresa, que también cotiza en Nueva York, bordea los US$20.000 millones.
Rodrigo González Fernández
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